Still Blue | BHG 2 | Sonia Gómez | Sweet California

Intro

—¡ALBA! ¡ROCÍO! —gritaba cierta peliazul en el aeropuerto de Madrid.
—¡SONIA! —contestaban dos chicas, corriendo hacia la anterior.

Las tres se sumaron en un abrazo cuando se encontraron y, juntas, salieron hacia el coche de la pelirrosa para dirigirse al piso que ella y su novia compartían en la capital.
El camino en coche se hizo más corto cuando la rubia encendió la radio y las tres juntas comenzaron a cantar la letra de 'Love Myself' de Hailee Steinfeld y las demás canciones que sonaban en el coche.
Cuando llegaron al piso y entraron, lo primero que hicieron Alba y Rocío fue ofrecerle algo a Sonia para beber y una ducha para que se relajara del viaje que había hecho desde Londres; la peliazul aceptó, lo necesitaba.
Cuando acabó en la ducha y se puso ropa más cómoda, se dirigió al salón donde la pareja veía tranquilamente una película.

—Sois adorable, lo sabéis, ¿no? —se sentó en el sillón que había junto al sofá ocupado por las dos chicas, las dos rieron.
—¿Qué tal Londres? —preguntó la pelirrosa.
—Pues genial, se vive muy bien allí.
—¿Y porqué has querido volver a España? —habló esta vez Rocío.
—Lo echaba de menos, básicamente.
—Yo se que es lo que echabas de menos, y no es precisamente el como se vive en el país —rió Alba, su risa contagió a la rubia, las dos levantaron su mano y la chocaron, sabiendo a que se referían.
—Echabas de menos a Elena, ¿verdad? —preguntó Ro, y sí, ella ya sabía que las dos eran novias, o al menos lo fueron.

La peliazul se quedó en silencio unos segundos antes de responder a la pregunta que su amiga le había hecho. La respuesta era obvia: por supuesto que la echaba de menos. Cuando acabaron el curso, Sonia quería ir a estudiar a Londres, ya que era su sueño desde siempre, pero Elena prefería quedarse en Madrid porque no le gustaba el hecho de estar tan lejos de su familia y sus amigos.
Al final cada una siguió su camino; Sonia en Londres y Elena en Madrid. Las chicas intentaron continuar con la relación a distancia con skype, llamadas y sobretodo mensajes cada día y cuando tenían tiempo.
Un día decidieron que lo mejor sería dejarlo y continuar siendo amigas; una relación a distancia dolía mucho. Cuando sientes la necesidad de abrazar a la persona que más quieres, está bien, pero cuando no puedes hacerlo porque unos-muchos- kilómetros os separan, sientes verdadero dolor.
Así que Sonia, después de un año estudiando fuera de su país, volvió por amor.
Volvió por Elena.