Still Blue | BHG 2 | Sonia Gómez | Sweet California

Magical; Elena.

Si es bonito hacer algo que te gusta con tu pareja, imagina como debes sentirte cuando la llevas a hacer algo que la hará más feliz que nunca.

Porque es lo que me pasó a mi cuando llevé a Sonia a ese concierto.

Nunca en todo el tiempo que llevamos juntas la había visto tan... viva.

Bueno, puede que alguna vez. Una que no quiero recordar y la otra fue cuando nos volvimos a ver después de que volviese de Londres.

Londres, que sitio tan bonito. Y más cuando lo disfruto con Sonia y con su pelo azul y con su sonrisa y con sus ojos y con nuestras manos entrelazadas...

Cuando llegamos ni si quiera lo creía, porque nunca había estado y nunca había salido de mi país.

Lo que más me gustó de todo el viaje fue el día del concierto y salir de ahí con la chica más feliz que había sobre la faz de la tierra entre mis brazos.

¿Cuántas veces habéis oído la palabra 'gracias' en un solo minuto? Yo logré el récord esa noche.

Ninguna de las dos nos habíamos dado cuenta de la alta temperatura corporal de Sonia en ese momento, bueno, yo si, pero, incluso sabiendo cómo había estado hace días, no quise darle mucha importancia.

Los próximos días en Londres fueron más perfectos todavía. Simplemente por recorrer sus calles junto a Sonia, ya valía la pena haber venido a visitarlo. Aunque en nuestro segundo día allí, llovió como jamás había visto llover en mi vida, y nos tuvimos que quedar en nuestro hotel, aunque no nos molestó para nada.

En el tercer día el tiempo seguía algo alborotado, pero no queríamos pasar nuestro viaje a Londres en un hotel cuando podríamos estar visitando sitios interesantes, así que salimos con nuestros abrigos y ganas de comernos el mundo.

Habíamos visitado en dos días casi todos los sitios típicos y característicos de Londres, como el Big Ben o el London Eye, la gran y famosa noria.

El último día en la ciudad inglesa volvió la tos y los dolores de Sonia. La peliazul no hizo más que llorar entre las sábanas de nuestra habitación en el hotel hasta que llegó la hora de ir al areopuerto para volver a España.

En el avión Sonia iba prácticamente drogada, porque el dolor de oidos y garganta no iba a permitirle relajarse de camino a casa, donde, quisiera ella o no, iba a llevarla al hospital.