Not yet

278 30 25
                                    

-ElenaPOV-

Las vacaciones de verano estaban a punto de terminar, lo que significaba que había que preparar todo para la vuelta a las clases. Ya podías ver los típicos anuncios de la televisión informando de la 'vuelta al cole', como si no fuera suficiente con saber que nos queda poco verano que encima nos lo tienen que recordar todos los días, en fin.
Vanesa, una de mis compañeras en la universidad, organizaba una fiesta en su casa -o mansión, mejor dicho- para despedirnos del verano -aprovechando que sus padres estaban de viaje y no volvían en 4 días- y nos había invitado a Alba, a Ro y a mi, aunque las chicas no asistirían porque era el día de su aniversario y lo querían celebrar ellas solas y a su manera. Sonia podía venir conmigo aunque no estuviera en la universidad ni conociera a Vanesa, ya que según la chica "cuanta más gente mejor, yeah...".
El día de la fiesta, Sonia y yo habíamos pasado todo el día en mi casa dejando el piso para la pareja y sus celebraciones, así que nos preparamos juntas y bajamos del apartamento hasta el coche de la peliazul.
Una vez dentro de este, lo primero que hizo mi novia fue encender la radio y subir el volumen para después empezar a conducir hasta la casa de Vanesa.

—Que motivada, ¿no? —le dije riendo, al verla cantar las canciones que sonaban en el vehículo mientras movía su cabeza al ritmo de la música.

—Yo no soy una motivada, tú eres la sosa —bromeó, guiñándome el ojo para después continuar con su fiesta personal.

Si estás así ahora, no quiero imaginar como estarás en la fiesta cuando bebas alcohol.
—En realidad ya me has visto en ese estado, pero esta vez eres mi novia y podremos bailar muy pegaditas, ¿no? —volvió a guiñarme el ojo, esta vez haciéndome sonrojar también.
—Definitivamente, Londres te ha cambiado.
—¿Es un cambio malo? —preguntó mientras aparcaba el coche, ya que habíamos llegado a nuestro destino.
—Para nada —respondí abriendo la puerta para salir del vehículo— Es más, me gustas mucho así.

Caminé hacia la peliazul y cuando llegué a su lado me cogió de la mano entrelazando nuestros dedos. Después de eso fuimos hasta la entrada de la casa y ya podíamos escuchar la música que venía de dentro. Al llamar a la puerta tardaron unos minutos en abrir debido al volumen de las canciones, y cuando entramos lo primero que vimos fue la cantidad de gente que ya había en el lugar. El interior estaba menos lleno que el jardín, ya que ahí estaba el la música y la piscina, y puedo decir con seguridad que esta era más grande que mi apartamento.
La gente bailaba mientras bebía y todo era iluminado por unos focos que estaban colocados en el sitio perfecto para que se viera todo el jardín, además, las luces de la piscina estaban encendidas y podías ver por donde nadabas, había mucha gente en bañador, preparándose para darse un chapuzón.

—Se te cae la baba —me dijo Sonia, sacándome de mis pensamientos.
—No estoy mirando a las chicas en bikini, si es lo que estás pensando, Sonia Gómez —respondí— Solo estoy observando el lugar.
—Ya, claro —rió— ¿Quieres tomar algo?
—Claro, ¿te vienes a la piscina luego?
—Yo quería que bailáramos pegaditas —dijo mientras entrábamos de nuevo a la casa a buscar las bebidas.
—Podemos bailar primero —respondí— Lo de pegaditas puede ser en el agua.

Después de conseguir las bebidas, fuimos a bailar con la gente de nuevo, todos los presentes estuvimos un buen rato dando saltos al ritmo de la música como si fuéramos idiotas y después, mi novia y yo, buscamos a Vanesa por todas partes hasta dar con ella para que nos dejara un bikini tanto a Sonia como a mi, nos dio uno a cada una y nos acompañó a una habitación para que la peliazul y yo nos cambiáramos y dejáramos nuestra ropa a salvo para más tarde volver a cambiarnos.
Nos dirigimos al exterior de nuevo para meternos en el agua. Al entrar, no estaba muy fría, así que nos sumergimos sin problemas y comenzamos a dar vueltas nadando.

—¿Y lo de estar pegaditas? —dijo Sonia, después de un rato nadando, nos encontrábamos apoyadas en el borde de la piscina, aunque estábamos en la parte menos profunda.
—Ven aquí, idiota —puse mis brazos al rededor de su cuello y ella rodeó mi espalda con los suyos, atrayéndome a ella— ¿Contenta?
—Muchísimo —acto seguido se acercó y unió nuestros labios, apretándome más a ella si es que aún era posible reducir más el espacio que había entre nosotras— ¿Nos vamos a casa? —dijo entre besos, yo solo asentí sin querer separarme de ella en ningún momento.

...

Acabamos quedándonos bastante rato más en la fiesta antes de irnos a casa, el rato suficiente como para que Sonia bebiera más de lo que ella misma esperaba y me la tuviera que llevar a rastras de allí.
Cuando entramos a mi apartamento y cerré la puerta, la peliazul me acorraló contra esta y comenzó a besarme el cuello, yo simplemente puse mis manos en sus hombros y dejé que hiciera aquello que más tarde dejaría una marca en la zona. Me llevó a la habitación y me tumbó en la cama y entonces volvió a besarme en los labios mientras estaba encima de mi y noté el sabor del alcohol que había tomado, la aparté después de tenerla un rato encima justo cuando empezaba a subir mi camiseta para quitarla y me senté en la cama.

—Sonia, ahora no —dije, acariciando su mejilla.
—¿Hay... hay algún problema? —se sentó a mi lado.
—Quiero hacerlo, pero quiero que lo recuerdes por la mañana, ¿entiendes?
—Sí...
—Anda, ve a darte una ducha.

Me hizo caso, se levantó de la cama y fue hacia el baño, y yo me quedé en la habitación y cerré los ojos, quedándome dormida, no sin antes sentir un pequeño beso en la frente por parte de la peliazul.

Still Blue | BHG 2 | Sonia Gómez | Sweet CaliforniaKde žijí příběhy. Začni objevovat