Still Blue | BHG 2 | Sonia Gómez | Sweet California

¿Cuándo?

Dedicado a mi Anele, que hoy es su cumpleaños y se merece lo mejor del mundo. Te quiero bonita.

***

1 semana había pasado desde que Sonia volvió a España y en todo ese tiempo solo Alba y Rocío lo sabían. La peliazul no quería esperar más para ver a Elena, pero los nervios de reencontrarse con la chica que robó su corazón podían con ella.
Una cosa era bastante obvia, Sonia aún estaba enamorada de Elena, pero... ¿y si ella ya no lo estaba de la peliazul?
Por esa y otras preguntas la chica de ojos azules aún no se sentía preparada para volver a verla. Tenerla delante y no poder besarla significaba dolor y eso era lo que menos necesitaba.
El viernes Sonia se encontraba hablando con Elena por whatsapp-claro, sin comentar nada de que había vuelto a España el viernes anterior- cuando le preguntó que si tenía pensado volver al país, al menos en vacaciones. La peliazul abrió bastante los ojos al leer la pregunta, porque, ¿que le diría? ¿Que ha vuelto pero que es demasiado cobarde para visitarla? No. Sonia respondió con un simple 'no lo se' y un 'me tengo que ir' antes de bloquear el teléfono, resoplar y llevarse las manos a la cara.
Entonces se dio cuenta de que era una tontería seguir escondiéndose de la chica de la cual estaba enamorada.
Ese mismo día cenó acompañada de las chicas, a quienes les contó su decisión.

—Chicas, he pensado que ya estoy preparada para ver a Elena.
—¿En serio? —preguntó Alba— ¡Por fin!
—Aleluya —siguió Rocío— Y, ¿cuándo vas a verla?
—Pues... —se quedó pensando un rato— No lo se.
—Bueno, déjanoslo a nosotras —dijo la rubia— La invitaremos a casa mañana y entonces la verás.
—¿Mañana? —preguntó Sonia— ¿Tan pronto?
—¿No decías que estabas preparada? —habló la pelirrosa— ¿Qué más quieres esperar?
—No, nada... —suspiró la peliazul— Está bien, que venga mañana.
—¡Bien! —aplaudió Rocío entusiasmada, parecía que aún seguía siendo igual de loca.

Esa noche Sonia casi no pudo dormir, cosa de la que se arrepentiría por la mañana, porque el sueño y la cara de cansancio no eran el mejor conjunto para reencontrarse con su chica.

-AlbaPOV-

Me lancé a la cama y segundos después el brazo de mi novia rodeó mi cuerpo, atrayéndome a ella. Giré para verle la cara y acaricié su mejilla, que se tiñó de un tono más oscuro.

—Deberíamos llamar a Elena, para decirle lo de mañana —me dijo, sonriendo.
—¿A estas horas? —pregunté— ¿No es un poco tarde?
—Nunca es tarde para ella —rió, haciéndome reír a mí— Un mensaje al menos.

Le hice caso y cogí mi móvil, que estaba en la mesita de noche. Abrí el chat con Elena y le mandé un mensaje que decía que mañana viniera a vernos y ella contestó segundos después con un 'claro' y un 'buenas noches'.
Volví a tumbarme en la cama y nos tapé a Rocío y a mi con las sábanas para después abrazarla darle y un beso en la frente.

—Sabes que te quiero, ¿verdad? —me dijo.
—Sabes que yo más, ¿verdad? —respondí.
—Eres lo mejor que me ha podido pasar nunca... —suspiró y agachó la mirada.
—Hey —levanté su cabeza— ¿Qué pasa?
—Siento que no soy suficiente para ti —respondió, evitando mirarme a los ojos— Que no soy lo que necesitas.
—Al contrario Ro, eres todo lo que necesito.

Al pronunciar esas palabras, hice que me mirara y me acerqué a ella para besarla. Sus labios se movían con los míos y en mitad del beso noté que estaba llorando. Sequé sus lágrimas con mi mano y la abracé muy fuerte, gesto que ella respondió, escondiendo su cabeza en mi cuello.

—¿Porqué estas así de repente, mi vida? —pregunté, separándome de ella.
—No lo se... —respondió— Solo se que no quiero perderte.
—No te preocupes por eso, estoy segura de que no me perderás.

Y estaba segura. La quería demasiado como dejar que algo malo le pasara, mataría por ella si fuera lo necesario.
Ella es mi vida.

-SoniaPOV-

A la mañana siguiente me desperté después de haber dormido solo tres horas, ya que los nervios no me permitían descansar y pasé la noche mirando al techo pensando cual sería su reacción al verme o viendo videos en youtube; algo que ahora era muy normal en mi.
Me levanté de la cama y fui al baño a lavarme la cara, después volví a la habitación para vestirme y cuando fui a la cocina me encontré a la pareja preparando el desayuno.

—¿Necesitáis ayuda? —me acerqué a ellas.
—Buenos días, peliazul —me dijo animada Ro—Estamos bien, ¿nerviosa?
—Puede...
—Anda, siéntate a desayunar —habló Alba— Te veo cansada.
—No he dormido mucho.
—¿Quieres un café?
—Por favor —dije, mirando a la rubia con cara de súplica— Gracias, chicas.
—Es solo un desayuno...
—Bueno, pelirrosa, me habéis dejado vivir con vosotras, esos son más de un desayuno si hago bien las cuentas.
—No es molestia, eres nuestra amiga —dijo Ro.
—En cuanto encuentre trabajo os ayudaré con el pago del piso —informé— No quiero estar aquí de acoplada.
—No eres eso, no hace falta, de verdad.

Cuando iba a contestar, el timbre sonó interrumpiendo nuestra conversación. Alba fue a abrir y unos segundos después pude escuchar unos pasos acercándose a la cocina y la voz de Alba hablando con otra persona.
Y esa persona era Elena.