Baile de Invierno. Parte II

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–Estás preciosa –dice mirándome directo a los ojos. Su antifaz negro hace que sus ojos miel de fuego, se noten más, y quemen en más partes de mi piel.

–Gracias… –susurro. Tenerlo cerca me debilita, pero a la vez me hace indestructible.

Sonríe, esa misma sonrisa lasciva de aquel joven chico con el que solía tener relaciones. Pero esta vez su sonrisa va acompañada de un brillo exquisito en sus ojos.

El espacio entre nosotros termina, y sentir sus labios de nuevo, es la más sublime, perfecta y electrizante sensación. Mis labios lo extrañaban, y al parecer los suyos a mí. Es un beso apasionado, un beso con necesidad, con mucho más que sexo implícito en él.

Fui hecha para él, y él para mí. Lo sé. En este momento simplemente lo sé. Mis pulmones reclaman atención, los olvido por tres segundos más, queriendo saciarme hasta la última gota.

Él es quien nos separa, me toma de la mano y corremos entre la multitud hacía las puertas. Salimos del salón y caminamos por las aceras del campus. Llegamos a un pequeño parque con bancas, me quito los tacones y me subo a una de ellas con su ayuda. Camino en punta de pies, le sonrío y luego bajo cayendo en sus brazos.

Me recibe con otro beso. ¿Para qué palabras? Pienso aprovechar este momento, después ya veré que haré.

Me lleva de la mano hasta su departamento, justo enfrente del campus de Julliard; ninguna palabra ha sido mencionada, solo gestos, besos caricias. Nada más. Siendo honesta así me imaginaba nuestro reencuentro.

Me deja pasar. Mis tacones caen al suelo en cuanto me aprisiona contra la puerta cerrada. Enredo mis dedos en su cabello, se quita la chaqueta del smoking y los zapatos.

Su corbatín cae de mis dedos cuando lo saco. Unidos caminamos hasta su habitación. No detallo el departamento, porque el único objeto de mi interés es Zayn.

Suelto mi cabello y caemos en su cama, él sobre mí. Mientras se distrae con mis labios, desabrocho su camisa y su pantalón. Pronto está sobre mí con una sola prenda de vestir y su antifaz de ángel oscuro.

No pierde el tiempo, nos rueda y quedo sobre él. Me quita el vestido con agilidad, deseándome tanto como yo a él. Mi ropa interior tampoco es un problema. Nos hundimos en las suaves sabanas de color blanco.

Sonríe viéndome, tal vez sea porque ambos aun llevamos nuestras máscaras, pero no nos importa. Cruza sus dedos con los míos por encima de nuestras cabezas, besa despacio mi cuello, y cada roce hace que mi piel arda en anticipación.

Está oscuro, pero puedo notar su figura. Sin duda ahora es más fuerte, más grande… más ardiente. Besa mi abdomen, su poca barba hace cosquillas y me retuerzo. Tal vez sin querer nuestras caderas chocan, y eso me da todo lo  que quiero de él.

Atrapa mis labios, él está listo, Vaya que sí. Abro las piernas a cada lado de su cintura y lo atrapo con ellas. Lanza un gruñido  bajo en su garganta. Muerde un poco mi labio inferior y entra en mí. Vuelve a donde siempre perteneció.

Los gemidos y los roces me enloquecen. Cada parte de mi cuerpo reacciona a él. Suelta mis manos y le doy rienda suelta a mis dedos en su cabello, en su espalda, tratando de acercarlo más a mí.

Es más poderoso…la sesión es más larga, se da su tiempo para saborearme, para sentirme. Lo hace con calma, sin prisas y hasta con dulzura.

Sus gemidos resuenan en partes de mí que sólo el conoce y controla. Mi cuerpo busca liberación, y la alcanza al mismo tiempo que el suyo. ¡Santo cielo! Esto es lo que quería, esto es lo que necesitaba. Lo necesito a él.

I Knew You Were Trouble. [Terminada]Where stories live. Discover now