I Knew You Were Trouble. [Terminada]

Por esto y más lo amo.

Me despierto en medio de las cobijas atrapada en los brazos de mi insaciable novio. No puedo creer que cada vez lo quiero y lo deseo más. Acaricio su rostro. Está dormido y se ve tan inocente como no es. Lo amo señor Malik.

Le doy un beso en la mejilla antes de intentar zafarme de sus brazos para ir a ducharme; hay mucho que hacer hoy. Muy mala idea. Mi cuerpo está agotado y no tengo energía para moverme. No fue buena idea tener una noche alocada sabiendo que tenía que despertar temprano. ¿Te quejas? Me pregunta mi voz interna, reconociendo que la respuesta es un claro: No.

Zayn murmura por lo bajo algunas incoherencias mientras me separo de la calidez de su cuerpo. Me rio por lo bajo y le doy un beso en sus rosados labios. En vez de dejarme ir me aprisiona con más fuerza. –¿A dónde cree que va señora Malik? –susurra en un tono grave y sensual.

–Es el día de la boda y somos los padrinos. Es hora de levantarnos…

–Pero si estoy agotado. Unas horas más de sueño, por favor… –es bueno saber que no soy la única cansada. En la boda ambos estaremos con ojeras y cara de sueño.

Me abraza  a su cuerpo y no lo resisto. Susurro su nombre para que me libere. Después de unos minutos decide que tengo razón y nos vamos juntos a ducharnos.

–Zayn pásame mis tacones –me los pasa del otro lado de la cama. En cuanto me los ato está frente a mí con una sonrisa que queda perfecta con su traje negro, el pañuelo blanco en la parte derecha de su pecho con un par de las flores que Luisa ha escogido y su corbata del tono del vestido de las damas de honor y la corte.

Extiende su mano como todo un príncipe y me pone en pie. Besa el dorso de mi mano y luego mis labios, dejando en los suyos una leve marca roja.

–Esta preciosa Señora Malik…

–Señorita St. Cloud –le corrijo.

–Ya eres mía. Eso ni lo dudes.

–Soy tuya desde que entraste a mi clase de cálculo –digo con la sonrisa de enamorada más tonta del mundo, pero que a él parece encantarle.

Me besa con ternura y dice en tono gracioso: –Ves, no fue tan difícil admitirlo –nos reíos por los recuerdos de apenas unos meses.

El día en que lo conocí parece ahora tan lejano, pero tan vivo en mi mente. Yo sabía que él era un problema en cuanto lo vi. Y henos aquí en medio de la boda de mi mejor amiga y a quién sabe cuántos días de casarme con el hombre de mis sueños. Mi troublemaker.

Limpio sus labios antes de salir tomados de la mano en nuestra burbuja de amor. Subimos hasta el segundo piso, donde cada novio tiene su cuarto. Ras la puerta de mi amiga escucho grititos y tacones. Le sonrío a Zayn antes de dejarlo irse por la puerta de Harry. Me guiña un ojo y desaparece. Nunca dejará de ser mi sexi Malik.

La habitación está llena de chicas, flores, rosas, colores pálidos y chicas enloquecidas embadurnándose el rostro con maquillaje. Me recuerda un poco a mis días de porrista. Les sonrío tratando de sentirme cómoda, pero las siguientes horas serán una clara locura.

Cuatro horas después estamos preparadas. Cada una con su ramillete de flores, luciendo magníficamente hermosas y preparadas para la boda. Al fondo de la alfombra roja está mi perfecto y sensual novio. Am y Harry por supuesto. No me culpen, sólo tengo ojos para mi prometido.

Caminamos lentamente hasta el altar. Me imagino por un segundo siendo la novia y algunos nervios me invaden. El día en que me case esto será mayor. Nos acomodamos como hemos acordado y el padre inicia con su típico: “Este día nos hemos reunido para unir a este hombre y a esta mujer en sagrado matrimonio.”

Sin quererlo veo entre los invitados a Liam. Me mira retándome, como si quisiera hacer algo. Como si tramara algo. Los escalofríos se apoderan de mí y solo soy capaz de mover mis ojos a Ed y luego a Zayn. El me da paz.

Me sonríe aunque se nota que me ha visto viendo a Liam. Y eso nunca de los nunca le agradará. Vuelvo a poner atención a la boda cuando Luisa me entrega su ramo para dejar que Harry le ponga su anillo de casada. Me abraza antes de pedirlo de regreso y veo que sus ojos están a punto de soltar una cascada de lágrimas.

–Yo los declaro Marido y mujer; puede besar a la novia –concluye el padre para que todos rompan en aplausos, abrazos y lanzamientos perfectos de arroz sobre los novios. Un día de locura.

La recepción se realizará en una carapa aquí mismo en el patio de la mansión. Luisa luce tan feliz y Harry no ha parado de mirarla. Quién diría que estos dos terminarían juntos. Reo que lo mismo pensarán ellos de mi relación con Zayn. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.

Voy de la mano con mi prometido. Después de fotos, saludos y felicitaciones por la decoración y organización de todo. Estamos sentados en la mesa principal y a mi novio le corresponde hacer el brindis.

–Pues bien, no soy muy bueno con las palabras –escucho un par de suspiros de las pequeñas primas de Luisa–, así que lo único que diré es que espero que Luisa y Harry sean muy felices. Que se amen el uno al otro cada día y cada noche, hasta que no quede ni un soplo de vida en sus cuerpos. Recuerden vivir mientras son jóvenes –toma mi mano–, vivan y amen mientras son jóvenes –el lugar rompe en aplausos y lo recompenso con un beso corto.

¿Y aún me preguntan cómo es que lo amo?

Bailo lentamente con mi novio durante toda la noche… ha sido una velada maravillosa. Los novios se han marchado a su luna de Miel en algún lugar del Caribe. Los invitados charlan mientras otros bailan y ríen.

–Todo te quedó perfecto, preciosa –dice en mi oído mientras bailamos.

–Nos quedó… Gracias por ayudarme, amor.

–Ahora y siempre juntos.

Me separo un poco para ver esos ojos de fuego que tanto amo. –Ahora y siempre.

Justo allí nos besamos. En medio de la pista siendo solamente él y yo. Marie y Zayn; Zayn y Marie. Nada ni nadie podrá separarnos. Nada ni nadie.