Capítulo 1: "La cobarde y el hereje".

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[Editado]

Capítulo 1| La cobarde y el hereje.|

Año 845, Distrito Shiganshina.

El señor y la señora Baker, nuevamente, se marcharon a un corto viaje de dos días hacia el interior del muro Rose. Finalmente, Melody le permitió salir, pero solo por una hora y debía volver con las cosas que anotó en una pequeña lista, las cuales serían la comida de esa noche. –Arroz... pan... ¡¿Cebollas?! ¿Qué quiere cocinar esta mujer?

Rodó los ojos y continuó caminando. Guardó la lista en su bolsillo, donde creyó que estaría más segura.

Cruzó por la calle donde se encontraba la biblioteca. Normalmente tenía sus puertas abiertas y del interior emana el delicioso aroma a pastel que la esposa del bibliotecario regalaba a sus clientes más frecuentes. Ahora estaba cerrado, con dos enormes tablas de madera obstruyendo la puerta y una hoja que decía: "Clausurado en nombre del Rey".

"¿El Rey? Tsk, ese viejo no sabe hacer más que dar órdenes y mantenerse resguardando dentro de Sina. Tiene más miedo a la gente del pueblo que a los titanes"

Su camino hacia el prado quedaba cruzando por el callejón que dividía la parte trasera de la biblioteca y la carnicería del pueblo, por lo que vio perfectamente como de la biblioteca salía sigilosamente un niño de cabello rubio, apretando fuertemente un libro contra su pecho. Enseguida sospechó que se trataba de un ladrón.

–Eh, tú –gritó armándose de valor–. ¡Trae eso aquí, pequeño ladrón!

El niño se sobresaltó y comenzó a correr, más Laura quería hacer algo heroico y lo persiguió hasta llegar al arroyo. Para su mala suerte, el niño fue al lado contrario del pequeño puente que lo dejaría en la otra orilla, por lo que quedó sin escapatoria.

–¡Devuelve lo que robaste! –Volvió a gritar Laura, extendiendo su mano–. O si no...

Miró de reojo hacia unas casas a su derecha, donde un guardia de las tropas estacionarias patrullaba. – O si no, te delataré ante el guardia.

El niño bajó la mirada al piso y apretó más fuerte el libro contra él. ¿Qué tenía de especial ese libro? A menos que...

–¿Es uno de ESOS libros? –preguntó y él la miró confuso. Miró nuevamente al guardia, estaba bastante lejos, pero por si acaso bajó su tono de voz y se acercó más al niño–. Ya sabes... Los libros sobre el exteri...

Dejó caer el libro al suelo y cubrió la boca de Laura con su mano. –No digas nada, por favor. Si me descubren, querrán matarme.

Entrecerró los ojos y lo miró enarcando una ceja. ¿Enserio? ¿Matarlo? ¿Por un libro? Lo máximo que podrían hacerle sería quitarle el libro y quemarlo, tal y como hicieron con los demás. Tomó el libro que estaba en el suelo.

–¡Sígueme! –Laura jaló su brazo y lo arrastró hasta llegar a la calle principal.

Tenía pensado presentarle a su viejo amigo, el herrero del distrito Shiganshina, Albert Collins. Su esposa había fallecido hace tiempo y su único hijo anteriormente pertenecía a la Policía Militar, más fue echado de su cargo y ahora se encontraba formando parte de la Legión de Reconocimiento. Lo cual para Albert era una desgracia, puesto que temía por la vida de su hijo. ¿Qué pasaría si él moría en una de sus misiones fuera de los muros? Se quedaría sin familia.

–Y dime, Armando...

–Es Armin –corrigió–. Armin Arlert.

–Yo soy Laura Baker –se presentó–. ¿Qué tanto sabes sobre el exterior?

–Bastante. Mi abuelo me ha regalado un libro que habla sobre miles de lugares increíbles. ¿Q-qué hay de ti? –el niño era bastante tímido para hablar.

–Yo no sé mucho, pero he leído de algo llamado mar que...

–¿Otra vez por aquí, hereje? –preguntó caminando hacia ellos.

–¿A quién le dices hereje, cerebro de titán? –creyendo que se lo decían a ella, Laura se sacó de sus casillas y miró al chico con un tic en la ceja.

–¡Miren, el hereje tiene novia! –masculló otro de ellos.

–Creo que deberíamos darle una pequeña lección sobre cómo tratar a tus superiores. –apretaron sus puños y avanzaron hacia ellos

–C-corre, Armin. –gritó Laura, dando media vuelta y yéndose.

Las piernas de Armin no respondían. Quedó paralizado en su lugar. – ¡Arm...!

Uno de los chicos llevó su puño directo al rostro de Armin y lo arrojó al suelo. Laura estaba demasiado asustada, por lo que no se le ocurrió nada más que hacer.

"A-armin... Lo siento, no puedo protegerte. Soy una maldita cobarde... Realmente no sirvo ni para defenderme a mí misma", le dio una última mirada y escapó de allí.

[...]

–¡¿Qué es esto que acabas de traer?! –Melody observó las cosas que Laura acababa de dejar sobre la mesa–. ¿Dos puerros, una botella de leche y un pedazo de pan? Laura, esto no es lo que pedí que trajeras.

Agachó la mirada apenada. Creyendo que los otros tres la seguían, compró lo primero que sus manos tomaron en la tienda y regresó a casa, totalmente asustada. – Lo siento.

–¡Siempre es lo mismo! –gritó su hermana mayor masajeando sus cienes, Madeline comienza a llorar desde la sala–. Luego hablaremos. –dijo, para luego irse.

Laura le dio una fuerte patada a la mesa, aunque solo logró golpear su propio pie. Saltando en una pierna, se fue a encerrar a su cuarto. Desde la ventana los rayos del sol comenzaban a enrojecerse, lo que significaba que estaba atardeciendo.

–Laura, necesito que cuides a Madeline mientras salgo a comprar. –ordenó Melody desde el otro lado de la puerta.

De mala manera, la niña se levantó y tomó a su hermana. Melody se sentía mal por haberle gritado, más cuando intentó disculparse, Laura pasó de ella y salió a afuera, de la mano de la pequeña Madeline de tres años.

–Espero que no seas así cuando crezcas. –dijo a la niña, mientras caminaban juntas hacia el arroyo.

–¿Laura? 


Buscando las Alas de la Libertad #1| Shingeki no Kyojin Fanfic ©Where stories live. Discover now