Buscando las Alas de la Libertad #1| Shingeki no Kyojin Fanfic ©

Capítulo 6: "Reunión en el bosque".

Este capítulo va dedicado a GylfieDeKuneer, como agradecimiento por haber comentado en el capítulo de ayer y su apoyo a la historia ;) ¡Saludos!

[Editado]

Capítulo 6| Reunión a media noche.|

Año 848.

Un par de semanas más tarde, Laura ya se sentía como en casa. De no ser por el entrenamiento diario y los gritos del instructor que retumbaban en su oído, sería igual.

Su relación con las chicas había mejorado sorprendentemente. Al principio, simplemente se limitaban a saludarse por la mañana al despertar y en la noche antes de irse a dormir. Krista, Ymir y Sasha eran las que Laura calificaba como "Las que mejor me caen", aunque cada tanto se encontraba con Mikasa y charlaban un rato entre ellas. En cambio, con Annie las cosas no habían avanzado mucho. La chica era muy distante con todos y rara vez se unía a sus conversaciones en la cabaña de las chicas.

Los chicos eran otro caso. Laura se llevaba muy bien con ellos, salvo alguna que otra discusión con Jean. Eren, Armin, Jean, Marco, Conny y Franz. Bertholdt y Reiner no le caían mal, pero algo en ellos la inquietaba y, por eso, sus conversaciones no duraban mucho. Algo dentro de ella le decía que debía alejarse de esos chicos, a pesar de que se veían bastante amigas y eran muy atentos con ella. Y ni hablar de Marco, era un ángel y Laura le había tomado muchísimo cariño. Incluso más que eso...

[...]

Como todos los días luego del entrenamiento, ella y Sasha se dirigían a la cabaña para vestirse e ir a almorzar. Y como no, a la castaña se le ocurrió escabullirse a la cocina y robar una manzana.

–¿Cuántas veces te he dicho que no hagas eso? –bufó Laura, dándole un pequeño golpe en el hombro que apenas sintió. Sasha la ignoró y continuó devorando, entre risas Laura agregó–... Chica Patata.

–¡Eh, no me llames así! –reclamó tragando su manzana.

Entre risas, continuaron su camino.

Mientras Sasha le contaba anécdotas sobre lo que había oído que comerían ese día, Laura se distrajo al pasar Conny y Jean entre medio de ellas muy apurados, empujándolas a un lado mientras hablaban. Murmuraban sobre el encuentro que se realizaría en el bosque a media noche, cuando el instructor finalmente dejara de hacer guardia y se marchara a dormir.

–¿Oíste eso? –preguntó Laura entusiasmada.

Sasha enarcó una ceja. – ¿De qué hablas?

"Mejor no decirle nada, iré yo misma"

–Sobre lo que comeremos hoy, ¡Apurémonos, Sasha! –mintió con falso entusiasmo.

Los ojos de la chica se iluminaron y la llevó casi volando a las cabañas para vestirse.

Mientras se colocaba la ropa, Laura no podía quitarse de la mente lo que hablaban Jean y Conny. ¿Qué era tan importante que harían a media noche... ¡y en el bosque!? Posiblemente sería entre ellos, pues Sasha, quien era la primera en enterarse de todo, no tenía idea de que estaban hablando cuando Laura se lo comentó.

–Iré esta noche –dijo acomodando su suéter–. Por eso necesito que me cubaras, ¿sí?

Puso una mano en su barbilla y miró hacia el techo. Sasha parecía estar considerándolo. Hasta que sonrió y asintió.

–Pero mañana me regalas el postre que te den. –estiró su mano y Laura la estrecho, haciendo oficial el trato.

[...]

Las campanadas de la iglesia se oían hasta la cabaña.

Antes de bajar de su cama, Laura observó con cuidado que todas las chicas – Sasha entre ellas, ya que podía oír como murmuraba todo tipo de comidas, eso era algo que hacía estando dormida – y bajó cautelosamente.

No se había molestado en cambiarse. Comúnmente dormía con la ropa que usaría al otro día. Ya saben, para ahorrar tiempo... o quizás solo porque le daba flojera.

"00:00 Misión: Averiguar que traman los chicos y, en caso de que sea alguna travesura, detenerlos... o incluirme si es una buena broma"

Asomó su cabeza por la puerta, tratando de no hacer mucho ruido, a pesar de que las bisagras de esta estuvieran oxidadas y rechinaran bastante. De la cabaña de al lado, salieron siete sombras de distintas alturas. Adivinó enseguida que una de ellas era Conny, ya que se había tropezado y Conny solía ser muy torpe, sobre todo cuando se trataba de hacer una misión que requería suma cautela.

–¡Levántate, imbécil! –ordenó en un fuerte susurro Jean y corrió para ayudarlo a levantarse.

Luego de varios inconvenientes en su camino, llegaron al bosque. Laura los seguía a una distancia prudente. Sabía perfectamente que todos los chicos allí presentes tenían un buen oído y cualquier crujido de rama o pisadas fuertes, podría descubrirla.

Frenaron en un claro del bosque, bastante apartado de las cabañas. Uno de ellos sacó un fósforo y lo arrojó al suelo. Allí había una pequeña montaña de ramas y piedras. Parecía que lo habían estado preparando desde temprano.

Con agilidad felina, Laura trepó al árbol más cercano, cuya rama quedaba sobre algunos de los chicos sentados en el césped. Podía ver claramente los rostros de los chicos iluminados por la tenue luz de la fogata y algún que otro rayo de Luna que se escabullía por entre las ramas de los árboles.

Pasaron un largo rato contando historias de terror, algunas graciosas. Hasta que llegó el momento que todos habían estado esperando y lo cual era más común de oír en una conversación de chicas que de chicos: el amor.

–¿Quién va a ser el primero en hablar? –preguntó Conny emocionado y con un toque pícaro –. ¿Qué tal Marco? El más santo siempre es el que más sorpresas trae.

–Bueno, y-yo... –Marco se puso nervioso y comenzó a mirar nervioso hacia el suelo.

"Dios mío, debo oír más de cerca"

Laura se inclinó más en la rama, más un crujido la hiso espantarse y moverse bruscamente.

¡Plaf! La rama cayó al suelo con hojas y Laura incluidas.

–¡¿Quién o qué esta sobre mi espalda?! –preguntó Armin, debajo de ella y tendido en el piso.

–No te espantes, pero creo que es el trasero de Laura. –rio Jean, pero recibió un golpe de la chica.

–¿Qué estás haciendo aquí? –preguntó Eren, mirándola de brazos cruzados.