Capítulo 4: "Primer día".

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[Editado]

Capítulo 4| Primer día.|

"Bien, es la última vez que hablo antes de tiempo"

Laura finalmente encontraba algo peor, mucho peor que los mismo titanes: Keith Shadis, el instructor de la Tropa de Reclutas del ciclo n°104. Un hombre de piel morena, pequeñas ojeras, calvo y con barba. Bastante gritón y de una mirada intimidante.

Justo él tenía que tocarles a los jóvenes novatos que aspiraban a ser soldados.

Su corazón le dio un vuelco cuando el hombre pisó fuertemente con sus botas frente a ella.

–¡¿Quién diablos eres tú?! –gritó frente a su rostro, varias gotas de su salvia cayeron en la cara de Laura, más no hiso nada.

–¡Soy Laura Baker, del Distrito Shiganshina, señor!

–¡¿Y qué vienes a hacer aquí?! –volvió a preguntar, alzando la voz mucho más que antes.

–¡Vengo a luchar por la gente del pueblo y obtener la victoria de la humanidad, señor!

–¡Irás al escuadrón número tres, media vuelta! –tomó su hombro y de un tirón la hiso voltearse.

Cuando finalmente el instructor se alejó, soltó todo el aire que había contenido. Se sintió aliviada y, finalmente, en paz. Más no sería lo único malo de su día.

"Me pregunto quién será ese chico que quería unirse a la Policía Militar para servir al Rey. Se veía muy adorable y en ningún momento se le borró la hermosa sonrisa que traía en el rostro. No puedo negarlo... realmente es muy lindo"

[...]

Al medio día, todos comenzaban a entrar a la cabaña donde comían, hambrientos por el interrogatorio que hiso el instructor a la mayoría de ellos.

Sasha Braus aún seguía dando vueltas alrededor de todo el terreno, como castigo por haber robado una papa cosida de la cocina.

Del interior comenzaba a olerse el aroma a comida. Muchos chicos miraban divertidos a Sasha corren en el campo, más Laura realmente sentía lástima por ella. No había bebido ni una gota de agua desde que comenzó con su castigo y parecía que se desmayaría en cualquier momento.

–¡Eh, tú! –gritaron a sus espaldas.

Miró sobre su hombro y vio a Jean Kirschtein. Ese chico era un completo idiota. Según había dicho, quería unirse a la Policía Militar para vivir en los muros interiores. ¡Vaya cobarde! Pero el instructor le había dado su merecido con un buen golpe en la cabeza.

–¿Quieres venir a comer con nosotros, amigo? –preguntó.

Laura apretó con fuerza sus puños. ¿Acababa de llamarla "amigo"? ¿La estaba tratando de hombre? Enseguida muchos comenzaron a reír. Sintió sus mejillas arder por la vergüenza.

–Idiota, es una chica. –dijo Reiner seriamente, pues fue el único que se dio cuenta de lo avergonzada que se sentía Laura.

–Pues no lo parece... –murmuró por lo bajo Jean.

Laura llevó una mano a su pelo. Lo había cortado para ese mismo día. No era tan corto, pero a juzgar por su peinado, de espaldas parecía un hombre. Y tampoco vestía de manera muy femenina que digamos. Pero había que ser idiota – justamente como Jean – para no darse cuenta de que era mujer.

–Al menos soy más hombre que tú. –dijo ella y todos los presentes emitieron un "Uh".

Jean frenó de repente y se dio la vuelta para encarar a Laura. – Repite lo que has dicho, hombrecito.

–¡Dije que al menos soy más hombre que tú! –apretó sus dientes avanzando hacia él.

–¿Te crees muy valiente, eh?

–Más que tú, definitivamente sí.

Comenzó una discusión interminable entre ella y Jean. Hasta que llegó a un punto en que los insultos del chico la hartaron. Marco, quien era uno de los más pacíficos del lugar, trató de retener a Laura por los hombros, más ella – sonrojada hasta las orejas y temblando de los nervios – continuaba tratando de golpear a Jean.

–Vaya, pero si eres un tomatito. –se burló él, viendo cómo se ponía Laura.

Laura se detuvo de forcejear de repente.

"¿T...tomatito? ¡¿Acaba de llamarme "tomatito"?!"

Esa fue la gota que derramo el vaso. Laura le dio un empujón a Marco para que la suelte y se tiró sobre Jean, dándole un golpe en medio de la nariz.

Laura alzó nuevamente su puño para golpearlo en el mismo lugar, pero alguien tomó fuertemente su brazo e hiso que se levantara de un tirón.

–Parece que alguien quiere acompañar a Braus en su castigo. –dijo el instructor Keith.

Rodó los ojos – sin que el instructor lo viera, por supuesto – y tuvo que correr hacia donde Sasha, para correr alrededor del campo hasta la hora de la cena, a diferencia de Sasha, quien debía "Correr hasta decaer". No faltaba mucho ni era un trabajo muy duro, pero las miradas burlescas de sus compañeros y de Jean la hacían querer parar ir a darles un golpe a cada uno.

–No deberías prestarles atención... son... son unos tontos. –aconsejó Sasha jadeante de sed.

–¿No estás agotada de tanto correr? Si quieres puedo ir por... –antes de que Laura terminar, Sasha negó con su cabeza–. Bien, si tú lo dices.

[...]

La hora de la cena pasó rápidamente. Laura no se detuvo ni un segundo. Ella y Sasha habían estado charlando durante su castigo, por lo que decidió continuar corriendo junto a ella. Hasta que llegó la hora de irse a dormir.

–Sasha, deberíamos... parar ahora. –el estómago de Sasha gruñó y miró a Laura asintiendo.

Caminaron con las piernas adoloridas hasta llegar a las cabañas, pero Sasha cayó al suelo por el agotamiento. Claro, había estado corriendo al rayo del sol mucho antes que ella.

–¿Estás bien? –preguntó preocupada Laura, tratando de tocar el hombro de Sasha.

Ella se levantó bruscamente y comenzó a olfatear. –¡Hay comida cerca!



Buscando las Alas de la Libertad #1| Shingeki no Kyojin Fanfic ©Where stories live. Discover now