Capítulo 18: "La invitación de Armin."

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Capítulo dedicado a Santiago5677 ¡Gracias por tu apoyo con la historia! Cada vez hay más gente leyendo, me llenan de felicidad :'D

Capítulo 18| La invitación de Armin.|

Laura iba de un lado a otro dentro de su pequeña habitación en el cuartel. Se encontraba nerviosa. Mordisqueaba las uñas de una mano, mientras con la otra hacía jirones su cabello azabache. Lo único que podía oírse allí era el eco de sus pisadas y el inquietante tic toc del antiguo reloj en la pared.

En la mesita de noche descansaba un arrugado sobre color amarillento, en el cual podían leerse "Laura Baker" en la parte superior, sobre su cama –que está de sobra decir que se encontraba deshecha– el equipo de Maniobras Tridimensionales y algunas hojas de la espada, y, de un pequeño clavo junto a la puerta de roble, se encontraba colgada su nueva prenda de la Legión.

Suspiró, mientras secaba con su muñeca el sudor que descendía de su frente. Caminó temerosamente hacia la mesa y estiró su mano. Cuando la yema de sus delgados dedos rozaron el sobre, sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo. No predecía nada bueno.

"Querida Laura:

Hemos recibido tu carta y, para serte sincera, nadie aquí se lo tomó muy bien. Sobre todo mamá, ella está peor que todos. Ha estado llorando en su cuarto toda la noche. De todos modos, no te sientas culpable, sabemos perfectamente que no ha sido tu decisión, sino del comandante.

Como seguro te has enterado, nos hemos mudado de Karanese. Sí, así es. De nuevo volvimos a abandonar nuestro hogar. Ahora estamos aquí en Yarckel, en Sina. Es horrible. Todos parecen ser personas de mucho dinero, lo cual nos deja a nosotros como los pobretones del pueblo. Nuestro poco bienestar económico nos ha convertido (a mí y Madeline) en las niñas con las que nadie quiere juntarse. Técnicamente, nos tratan como si tuviéramos alguna enfermedad contagiosa. Mamá y papá han dicho que en cuanto acaben de mudar la panadería y recuperen el dinero perdido en la compra de la casa, volveríamos a estar un poco mejor.

Se vienen tiempos difíciles. Esperemos que todo salga bien.

Cuídate mucho y prométeme que regresarás a casa con vida.

Te extraño mucho.

Valerie."

Su familia finalmente había recibido la noticia sobre la expedición... y no parecían estar de acuerdo con las decisiones que estaba tomando el comandante Erwin. Ya podía imaginarse la cara de su madre al enterarse de que su hija se había unido a Legión de Reconocimiento y saldría al territorio de los titanes en menos de una semana. Se sintió algo aliviada por no haber estado presente ese día.

Dejó la carta nuevamente sobre la mesa y giró hacia su equipo de maniobras.

Ese maldito aparato había estado fallando toda la semana. Los ganchos no se disparaban y más de una vez había caído al suelo por culpa de ello. También debía afilar las espadas, limpiarlas y luego guardarlas cuidadosamente, cosa que le resultaría muy difícil por el hecho de ser muy desastrosa en cosas que requieren delicadeza y paciencia... así como Conny.

[...]

Hanji sostenía con firmeza la mano de Laura, mientras esta lloriqueaba sobre el banco de madera y trataba de mirar cualquier cosa menos la terrible herida en su palma. La castaña vendaba lo más cuidadosamente posible que podía, pero los gritos que daba la azabache cada vez que rozaba la herida no la ayudaban a concentrarse.

–Calla, pequeña –trató de clamarla Hanji, más no parecía servir de mucho–. E-está bien, fue solo una pequeña cortada. La próxima recuerda, por favor, que no debes tomar las hojas por la parte filosa. –soltó una risa por lo bajo al finalizar. Laura lo notó y bufó.

Hiso un pequeño nudo con el último trozo de venda que faltaba para cubrir completamente su herida y luego dirigió sus ojos a los de Laura. Sonrió asintiendo. La azabache se levantó y sonrió, acariciando con su mano sana su otra mano vendada.

–Muchas gracias señ–

–¡No! –La detuvo tapando su boca antes de que pudiera continuar–. No quiero que uses ningún tipo de formalidad conmigo ¡No lo hagas! Solo dime Hanji.

–Bien, bien. Gracias... Hanji. En serio te agradezco que hayas cuidado tanto de mí, a pesar de que solo llevo tres semanas aquí.

Hanji sonrió y le sacudió el cabello. –Por nada, pequeña. Cuídate y procura no volver a lastimarte, al menos hasta mañana.

Agitó su mano en señal de despedida y, tras cerrar la puerta, observó devastada sus manos. Que gran idea la suya, lastimarse a tan solo unos pocos días de la expedición. ¿Llegaría a sanar dentro de cinco días? Eso esperaba.

Caminaba observando fijamente su mano, por lo que no notó cuando alguien un poco más bajo que ella se cruzó por su camino. Al ser ella mucho más fuerte, él cayó al suelo. Apartó su vista de su herida en el momento en que oyó estruendoso sonido de Armin cayendo al suelo, con un par de libros y una caja con piezas de metal.

–¡Cuidado por donde caminas! –Le reclamó ella, pero luego soltó una risa–. Era broma, lo siento. ¿Te encuentras bien?

El pequeño rubio asintió, sobando uno de sus brazos en el cual le cayó una pieza metálica. Cuando sus ojos azules brillantes se conectaron con los opacos orbes de Laura, sonrió de manera inconsciente. Juntó rápidamente todo y lo metió nuevamente dentro de la caja. Se levantó. Laura le sacudió algo de polvo que se le había impregnado en la camisa. Para esa ocasión, Armin no traía la chaqueta de la Legión ni tampoco las correas del Equipo de Maniobras Tridimensionales.

–¿Qué planeas locura ahora, inventor desquiciado? –preguntó burlonamente.

–Si con "locura" te refieres a que voy a reparar mi Equipo de Maniobras, estás en lo cierto. –Respondió en tono burlesco.

Una risa escapó de los finos labios de Laura. Armin se felicitó mentalmente.

–Oh, ahora que lo recuerdo –antes de continuar, Armin dejó la caja en el suelo y en un veloz movimiento puso una mano detrás de su espalda y la otra sobre su pecho, cerrada en un puño. La azabache reconoció ese gesto inmediatamente: el típico saludo militar que hacía desde que se unió a las milicias–, señorita Laura ¿m-me haría el honor de acompañarme esta noche, después de la cena, a la biblioteca?

–¿Huh? No comprendo para qué.

–S-solo para... para hablar un poco ¡si, eso! Recuperar el tiempo perdido, charlar como amigos. Y-ya sabes, lo típico. –Armin hiso varios movimientos con las manos, señal de nerviosismo, lo cual le causó risa.

–Está bien, iré. Nos vemos esta noche, Armin. –se despidió, antes darse la vuelta y perderse por el pasillo.

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(N/a): Hola, gracias por haber esperado por este capítulo n.n Perdón si me atraso, pero estas semanas me están matando a evaluaciones y apenas tengo tiempo para dormir ;-; Igual, no se preocupen que esto sigue ;D Espero que les guste.

Buscando las Alas de la Libertad #1| Shingeki no Kyojin Fanfic ©Where stories live. Discover now