45

14.2K 960 790
                                    

Ese día inició fenomenal, por lo menos de mi parte así lo sentí. Camila ha adquirido esa nueva y maravillosa costumbre de despertarme con besos. Está  besando mi abdomen con mucho detenimiento, una de sus manos esta entrelazada con la mía, un agarre flojo de mi parte.

—Me encanta despertar así— anuncio que me he despertado, sigo sin moverme ni abrir los ojos.

—Me encanta despertarte así.

Sus besos van en ascenso, mi cuerpo recién levantando está recibiendo todo de una manera sensible. Me mira un instante antes de unir nuestros labios en un suave beso, aparto su cabello de su cara y la pego más si es posible, ambas sonreímos antes de seguir con lo nuestro.

—Falta la mejor parte, algo que teníamos pendiente— no recuerdo tener nada pendiente, mi cabeza no está funcionando a su máximo y sus besos no están ayudando mucho a eso.

Fue directo a mi cuello, considero que estaba siendo tierna porque era la primera vez que no estaba mordiéndome, estaba tomándose su tiempo en cada beso que repartía en mi cuello, haciéndome suspirar en cada uno de ellos. Bajó sus labios a mi clavícula y mordió, dejé salir un pequeño grito de la impresión para luego dejar salir pequeños gemidos por lo que estaba haciendo con su mano más abajo.

No iba a detenerla, y mucho menos cuando llegó a mis senos y la mano que tenía en mi feminidad la pasaba por todo mi cuerpo llenándome de ese líquido viscoso. Cada cosa que hace es como una tortura, no me dejaba tocarla y eso estaba enojandome, no dejaba que tomara el control.

Me resigné al admitir que ella es la que manda en estas situaciones y que no puedo hacer nada más que dejarme querer. Se posicionó entre mis piernas tomando cada extremo y besando entre ellas, se sentía esa necesidad, el centro de mi feminidad estaba necesitando algo para dejar de contraerse como lo hacía.

—Camila... ah...— me senté para volver a caer sobre mi espalda.

Sin previo aviso su lengua se había colado entre mis piernas,  estaba gritando su nombre, ella se reía mientras intentaba hacerme callar poniendo una mano en mi boca. Comprendí como se sintió aquel día que lo hice, esto es algo mágico y nubla tu mente, no eres consciente de lo que haces ni de lo que dices. Mis caderas se movían por si solas contra la boca de Camila, la divina boca de Camila que me tenía rogando más.

—Mi amor vas a despertar a todos los peces— sentí su aliento producto de su risa, mi centro se contrajo una vez más.

—No me importa, por favor Camila estaba tan cerca— mi voz salía con dificultad, mi corazón estaba muy acelerado y ni hablar del sudor de mi cuerpo, llevábamos un buen rato haciendo esto y no obtenía lo suficiente.

—Estás algo caliente— sopló por toda mi zona íntima, estaba tan sensible que me encontraba prácticamente temblando—. Y sabes muy bien, increíble, puedo considerar esto mi desayuno.

Terminé tomando la almohada para ahogar todo, me aseguraré de que nuestra casa sea en la más alta montaña para gritar su nombre a gusto. Era desesperante la manera en la que me hacía sufrir, creo que ella lo sabía pues cada vez que estaba cerca se detenía.

—¿Qué pasa si hago esto?

Uno de sus dedos estaba dentro de mi centro, éste lo apretó mucho, se sentía bien, pero definitivamente se sintió mejor cuando lo empezó a mover, de adentro hacia afuera. Combinó su dedo con su boca, y tuve que tomar la almohada de mi cabeza una vez mi y morderla, no pensaba que podía ser mejor pero ella lo estaba haciendo cada vez que metía y sacaba su dedo y pasaba su lengua por toda mi feminidad. Mi cuerpo empezaba a temblar y a tener espasmos, creo que le hice una abertura a la almohada.

Mar Dorado | Camren.Where stories live. Discover now