Te odio, mi amor.

Capítulo 15.

¿Porqué todo lo malo me sucede a mi? Es cómo si todos los Dioses de la mala suerte, me miraran y dijeran: Miren a esa patética chica, está tan concentrada en su trabajo, que deberíamos hacerle la vida miserable.

Si, de seguro eso piensan.

Bastian, lo observa con furia —¿Y tú quién diablos te crees que eres?

Bueno, es guapo, tiene negocios en cada lugar que puedas imaginar, es uno de los hombres más ricos a tan poca edad, en nivel mundial. Aunque no es válido, tiene muchas malditas razones para creerse. Así que tu insulto no es para nada válido.

Aaron, vuelca los ojos, pero no dice nada, en cambio, posa su mirada en mi —Vamos, te llevaré a tu casa, es mejor que descanses... —Qué lo ignore, cómo si no estuviera ahí, realmente hace enfadar a mi vecino, es tanto su enojo que empieza a cerrar sus manos en puño.

Ay Dios.

—Puedo seguir trabajando, estoy en perfecto estado —... De miseria.

Mi jefe niega con la cabeza -No, es mejor que te vayas a casa, yo mismo te llevaré -Entrecierro los ojos, acusadora.

No creo para nada su gesto de amabilidad, porqué Aaron no hace nada, sin saber que no está afectando a otras personas. Le gusta la satisfacción de humillar a los demás, y el poder que eso le ocasiona.

Pero no participaré en su estúpido juego.

Sonrío falsamente —Siendo así, entonces con mucho gusto acepto su propuesta de irme a casa, pero no con usted, no es necesario que el jefe sea el chofer de sus empleadas —Si, eso fue un reproche, se lo merece —Me iré con Bastian —Giro hacia él y le sonrió, a lo cual él me regresa él gesto.

De inmediato Aaron me jala de mi antebrazo, llevándome hasta él otro extremo del bar, donde nadie nos pueda ver.

Lo observo interrogativa —No me gusta que me contradigan, Ariana, grávate bien eso —Dice, acercándose nuevamente a mí y sujetando mi cintura —¿Dejarás qué ese imbécil te bese de nuevo? ¿Para eso quieres irte con él? —Murmura con los dientes apretados.

—¿Qué? —Formuló nerviosa.

—¿Qué si dejaras que ese idiota te bese?

Mi sentido común por fin se activa y el nerviosismo rápidamente se sustituye por coraje y repulsión —Si yo quiero, me puedo hasta acostar con él —Le respondo cínica.

Aaron ríe sarcástico, acercándome más a él —No vuelvas a decir idioteces.

Alzó la ceja, retadora —No son idioteces, son posibilidades muy grandes... —Aprieta su agarre, lastimando el hematoma que Carlo me ocasionó, suelto un quejido y rápidamente disminuye la presión, pero sin soltarme.

—Ariana, estas colmando mi maldita paciencia...

Me separo bruscamente de él —Y usted la mía, estoy harta de esta situación ¿Qué diablos pretende?

—Yo no tengo prostitutas trabajando en mi bar.

Cierro las manos en puño, conteniendo toda la ira, que este hombre ocasiona en mi —Señor, si en mi trabajo no hay señal que coquetee con los clientes, le pido, no, perdón, le exijo, que se mantenga al margen de mi vida privada.

Se acerca nuevamente a mi —Esta bien, haz lo que quieras... —Esta apunto de dar la vuelta, pero se detiene y vuelve acercarse a mí —Pero si te besa, estarás deseando qué yo sea él que lo haga —Da la vuelta, pero esta vez sin detenerse.

Este hombre es tan malditamente irritante.

Cuándo regreso de nuevo, Alex y Bastian, me miran expectantes,, esperando que hable y les cuente todo, pero no pasara, al menos no frente a mi vecino.

—Ya podemos irnos —Les digo con una sonrisa.

Disimula, que nadie note que tienes unas ganas tremendas de asesinar a alguien.

—¿Está todo bien? —Me pregunta Bastian, preocupado.

Asiento —Por supuesto.

Casi una hora después estoy en casa, ocupe demasiado tiempo tratando de encontrar mis pertenencias, y no es que sea una chica materialista, mucho menos qué mi celular sea de la última generación, pero si lo llegara a perder, no sabría si tendría la oportunidad de comprar otro, y ahora este aparato es indispensable para la comunicación, más cuándo tienes a alguien enfermo en casa.

Alex, no volvió a dejarme ni un minuto sola con Bastian, cosa que le agradecí ya no podría soportar otra crisis de nervios.

Ahora mismo, estamos sentados en la cama de mi habitación. Me mira con cara expectante esperando que comience hablar.

—¿Que? —Le preguntó, mientras juego con los dedos de mis manos.

—¿Que carajos pasa entre Aaron y tú?

Me encojo de hombros desentendida —¿Que debería de pasar? —Entrecierra los ojos, ya comenzando a impacientarse, y mejor comienzo hablar, antes de que eso suceda.

Le empiezo a detallar todo lo ocurrido con mi jefe, sin perder la más mínima escena.

Cuando término, mi amigo me observa detenidamente, y lo que dice a continuación simple y sencillamente causa un estrago en mi salud mental.

Es la cosa mas tonta que se le haya podido imaginar.

—Esta celoso.

¿Verdad qué es estúpido?

¡¿VERDAD?!

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¡Necesito una portada urgente! ¿Alguien que se compadezca de esta chica y le diseñe alguna? 😔

No olviden votar, ni dejarme en un comentario que les pareció el capítulo.❤️