Capítulo 35.

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Narra Aaron.

Han pasado alrededor de 24 horas desde el lamentable acontecimiento en el hospital. 24 horas en las qué Ariana no ha derramado ninguna sola lágrima más, interminables horas en las que ni siquiera ha pronunciado palabra. Me preocupa que se encierre de esa manera.

Me ocupe de contratar a la mejor funeraria para que se encargue de todo, todos están realmente afectados, Alexander a diferencia de su amiga, no ha dejado de llorar.

Nos encontramos velando su cuerpo, hay varias personas más, amigos de Alex, vecinos de Ariana, si, entre ellos está la Bestia, sino lo he corrido de aquí es porque no ha intentado acercarse a ella. Se encuentra en una esquina junto con otros hombres, también está Celina, junto con un chico, creo que es su novio.

Nadie se acerca a Ariana, está sentada en una de las esquina del lugar, en algún momento aprovechó para cambiar su ropa y ahora está totalmente de negro, al igual que yo y todos los presentes. Tiene recargada su cabeza en la incómoda pared, si no la haya estado viendo fijamente, habría jurado que ni siquiera parpadea. Está sumergida en otro mundo, su rostro no tiene expresión alguna, sus ojos no tienen ese bonito brillo que siempre los acompaña. Parece, que... está vacía.

Nos quedamos toda la noche en el frío lugar, varias veces le insistí a Ariana que fuera a descansar, pero todas las veces me ignoro, ni siquiera me volteo a ver.

A la mañana siguiente nos preparamos para trasladar el cuerpo al cementerio, de inmediato tome a Ariana para que se fuera conmigo en el coche.

Un sacerdote fue el encargado de dar algunas oraciones antes de enterrar el cuerpo.

---Señor Jesucristo, Hijo de Dios, que quisiste tener una madre en la tierra, la Virgen María; mira con ojos de compasión a tu sierva..., a quien has llamado del seno de nuestra familia.
Y por intercesión de Santa María de Guadalupe, bendice el amor que siempre nos tuvo en la tierra, y haz, que desde el cielo, pueda seguir ayudándonos. Toma bajo tu protección misericordiosa a nosotros a quienes ella ha tenido que abandonar en la tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

---Amén ---Respondemos todos.

Cuándo el cuerpo está a punto de ser enterrado, me aseguro de sujetar la cintura de Ariana, quizá esté sea el momento más doloroso para ella.

Pero no, nada, Ariana ni siquiera se inmutó, su vista está clavada en unos cuántos árboles qué están al fondo.

Sin embargo, su tristeza es tan palpable, qué con tan sólo verla te dan ganas de echarte a llorar y por la misma razón nadie vuelve a intentar acercársele, ella apenas y parpadea.

La guió nuevamente hacia el auto, con mi ayuda la situó en el asiento del copiloto. Alex se fue con Alejo, intentó hablar con ella, pero rápidamente lo esquivo.

Manejo a una velocidad más lenta que de costumbre, llegamos al edificio dónde vivo, Cristóbal de inmediato nota que las cosas andan bien, niego con la cabeza para que sepa que no es buen momento para que pregunte algo.

Subimos a mi departamento, le pregunté si quiere algo de comer, o dormir, con su mano me señala el camino a nuestra habitación.

Hago lo mismo de antes, con mi brazo en su cintura, la llevó, la siento en la cama, rápidamente busco una camisa mía, llegó de nuevo hacia ella. Le quitó la camisa y el pantalón, dejándola en sólo su ropa interior, le pongo mi ropa, con unos calcetines más largos.

La tomo de bajo de sus rodillas, y de sus hombros, para elevarle y acomodarla en la cama, levantó las cobijas y las pongo sobre ellas.

—¿Necesitas algo más? —No obtengo respuesta, dejó salir un suspiro de derrota, y me inclino un poco para su besar su frente —Todo estará bien, mi niña, pero déjame ayudarte —Y salgo de la habitación.

Te odio, mi amor.Where stories live. Discover now