Capítulo 30.

6.8K 343 9
                                    

Un calor abrumador, ocasiona querer cambiarme de lugar, pero un brazo cubriendome protectoramente me lo impide. Sin más opción me obligó ha abrir mis ojos. Parpadeo varías veces para despertar completamente, pero en cada movimiento parece que voy a caer dormida otra vez.

Un gruñido de desagrado, por parte de mi acompañante hace que sonría y me apega más a él. Hunde su cabeza en el hueco de mi cuello. Con esfuerzo saco mi brazo debajo de su grande cuerpo, y lo paso por arriba de su cabeza, para acariciarle su cabello.

---Tenemos que levantarnos ---Le digo, adormilada.

---No quiero ---Se queja como niño ---5 minutos más, por favor.

Sonrió y lucho para bajar mi mano un poco más, cuándo lo logró empiezo hacerle cosquillas en un costado, rápidamente empieza a moverse con cuidado de no golpearme ---Basta ---Pide aún riendo.

En un descuido de mi parte, aprovecha para sujetar mi mano, empiezo a reír nerviosamente como un chiquillo al que acaban de descubrirlo en alguna travesura ---Ahora te toca a ti ---Se levanta un poco, y con sus dos manos empieza a picar mis costados. En cuestión de segundos el silencio de la habitación desapareció, dando lugar a mis escandalosas carcajadas.

---¡De-dejame! ---Le suplicó cuándo mi estomago empieza a doler gracias a la risa.

Y creo que por primera vez estoy viendo a un Aaron juguetón y risueño.

Algo digno de admirar.

Por fin se detiene, cuándo no puede detener su risa burlesca ---¡Por poco creí que te harías del baño, aquí!

---¿Quién dice que no lo hice? ---Le pregunto siguiendo su broma.

Iugh —Exclama infantilmente y sin evitarlo me echo a reír nuevamente.

Me levanto de la cama, cuándo nuestros besos empiezan a subir de tono. No quiero tener relaciones con él, por el momento.

Si bien, me tranquilizaron las palabras de Aaron. Mi parte insegura no deja de repetir las palabras venenosas de Alejo.

Salgo de la ducha rápidamente, con una bata que tomé prestada del cuarto de baño, enrollada en mi cuerpo y otra en mi cabello. Aarón rápidamente hace lo mismo que yo.

Seco bien mi cabello, lo cepillo, pongo crema humectante en mi cuerpo y un poco de loción qué cargue en mi mochila. Estoy abrochando la blusa de mi uniforme del bar, cuándo la puerta de la ducha es abierta.

—¿Qué haces?

—¿Vistiéndome? —Le contestó sarcástica.

Lo escucho resoplar —No pensarás ir a trabajar, ¿o sí?

—¡Pues claro qué sí! —Exclamo—No me puedo dar el lujo de tomar un descanso y menos en estos momentos.

—Ariana, no perderás nada, tómalo como unas vacaciones, ¿Está bien? —Comenta un poco más tranquilo.

—No quiero tener ninguna clase de favoritismo sólo porqué me acuesto contigo —Exploto de repente, sintiéndome enfadada.

—¡¿Qué diablos estás diciendo, Ariana?! Cómo mujer me vales una mierda Auch —Pero cómo tu jefe tengo ciertas obligaciones, así no me rindes lo suficientemente bien para tratar a mis clientes, te prefiero lejos en lo qué arreglas tus problemas.

Me quedo muda, perpleja. No era consiente de lo qué Aaron pensaba de mi, pero ya me queda todo claro. Lucho con todas mis fuerzas para no soltarme a llorar.

Tonta, tonta, tú solita te lo buscaste.

Actúa cómo si no importará, no es la primera vez qué te rompen el corazón y no será la última.

No aprenderás a que no duelan las cosas, por qué eso es imposible, aprenderemos a fingir.

Me apresuro rápidamente a ordenar mis cosas, para marcharme antes de que él regresé.

Pero no, eso no sucede, por qué soy Ariana Villegas, ¿Qué esperaban? ¿Qué por primera vez tuviera suerte? ¡Pues no!

Le índico que iré primero a mi edificio a cambiarme de ropa, para poder ir al hospital.

No dice nada. En todo el trancurso el auto se sumerge en un incómodo silencio.

Una idea me viene a la mente, sacó mi celular y busco el contacto de Bastian, de inmediato empiezo a escribir un mensaje:

Hola, Bastian, espero que recuerdes que prometiste llevarme a conseguir ese dinero, si estás dispuesto desearía que fuera hoy.

A los pocos minutos mi celular vibra, indicándome su respuesta:

Se que está es muy mala idea, y qué te estoy arriesgando de varias maneras, pero está bien, haré lo que quieres, a la hora que decidas, te llevaré.

Te veo en media hora. --Contestó simplemente.

—Arréglate, te espero aquí abajo —Habla Aaron, cuándo se estaciona frente a mi edificio.

Bueno, eso no lo esperaba.

—No-o —Carraspeo, para aminorar un poco mi nerviosismo —No es necesario, haré un poco de limpieza, ya sabes, mi departamento está un poco sucio...

Junta las cejas, y sé que está confundido. Quizá a pesar de todo, si tengo un poco de suerte, por primera vez no me cuestiona nada.

—Adiós —Me despido, y bajo apresurada del coche, no correré el riesgo qué cambie de opinión.

***

Golpeó con mis nudillos, la puerta de mi vecino, se tarda un momento en abrir la puerta. La sonrisa relajada y sincera qué suele ofrecerme siempre, hoy no está en su cara, en su lugar tiene una mueca tensa.

Niega con la cabeza —Esto es una mala idea, Ariana —Por primera vez en mucho tiempo me ha llamado por mi nombre.

Asiento en acuerdo —Lo sé, Bastian, sé que probablemente cometeré la cosa más estúpida de toda mi vida... —Tomó una pausa —Pero estoy dispuesta hacerlo por mí madre, incluso puedo venderle mi alma al diablo, no me importaría con tal de verla bien...

Suelta el aire y por fin me dedica una bonita sonrisa —Vamos, manzanita. Y rézale a Dios, que salgamos con vida.

*******

Perdooooon, por tantos días de ausencia. He tratado de terminar rápido el capítulo, pero ni siquiera tenía tiempo de empezarlo😭

Mi idea era hacerlo más largo para compensar esté tiempo de espera, pero si lo hacía probablemente tardaría más días. Y no quería que esperarán más.

Les juro que el otro lo estaré publicando durante la siguiente semana.

Recuerden qué los capítulos no están editados.

Y no olviden decirme qué les pareció en un comentario y sus hermosos votos, nos leemos la próxima semana.

Te odio, mi amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora