CAPITULO -38"MUCHO MÁS QUE UN QUERER"

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SCARLETT POV'S

Herida por herida, curando aquel roto corazón pedazo por pedazo. Hice lo que más podía hacer, cure todas las llagas de su cuerpo una vez estaba fuera de aquel llameante juego lleno ira que creaba a mi padre. Él se llevó todo lo que Jasper alguna vez tuvo. Su valor, su cordialidad, su amor...su esencia. Se esfumo como algo inexistente, como si jamás hubiera estado allí.

Nunca note su dolor hasta que lo vi. Pude ver como golpe por golpe rompía el frágil cristal del que mi hermano estaba cubierto. Vi como los restos de este eran pisoteados por Brown sin piedad.

No quiero volver a ver eso. No quiero ver a Jasper como antes, no quiero sentir de nuevo ese dolor.

A pesar de haberse metido en este lío de la mafia, el ya no es como antes. Está mejorando. Su sonrisa ya no es total calidez, pero tampoco una total desolación. Sus ojos ya no desbordan aquella paz, pero ya no destellan en tristeza. No es lo que era, pero tampoco en lo que Brown lo convirtió.

-Félix, ¿Dónde está Jasper? –pregunto; carraspeo un poco para quitar todo rastro de debilidad y para quitar aquella alarma que emite mi voz, una alarma que me avisa que estoy cerca de derramar dolor y recuerdos por mis ojos. Las lágrimas llegan, pero no las dejo salir, inspiro fuertemente y aprieto mi mandíbula en un intento de disipar aquel nudo se instala en la parte posterior de mi garganta.

-Él no ha llegado. Su vuelo se retrasó. Llega en unas horas –explica, frunciendo profundamente su ceño al ver mi expresión derrotada.

-Maldición –mascullo, imaginándome el peor de los escenarios.

Sangre, múltiples hematomas y una expresión de desolación me siguen, me rondan la mente como carroñeros vigilando su presa.

-¿Podemos entrenar mañana? –ruego, de una forma ajena a mí. Esta no es la nueva Scarlett.

-Claro –acepta este, con una profunda confusión surcando su rostro.

Subo con parsimonia las escaleras, notando de repente el decorado de la casa. A pesar de ser grande no tiene los lujos que tenía la anterior. Tiene un estilo elegante, pero no lujoso. Las paredes están pintadas de un beige tan claro que no resalta, lo único que lo hace ver un poco más brillante y vivo son los toques amarillentos que se cuelan por este. Los bordes de arriba y abajo pintados de un fuerte amarillo, decorados con detalles dorados y unos estrambóticos cuadros resaltando en cada pared. Algunos no lo son tanto, cambiando totalmente de algo moderno a algo tan clásico como la Mona lisa. La escalera de caracol curtiéndose de un café un poco más oscuro que el de las paredes y aquella baranda de dorado.

Abro la puerta de la habitación de Kurt, sentándome en la orilla de la cama, sintiendo de repente que al sentarme puedo estabilizarme mejor..., que no caeré. Estrello con fuerza mis manos hechas puños, contra el mullido colchón, que sólo las deja rebotar una y otra vez cada vez que lo golpeo.

Aún en la distancia aquel despreciable hombre puede hacer de las suyas. Puede llevarnos a aquel agujero de perdición y desesperanza que sólo él puede construir. Eso es lo que un hombre como él puede hacer, eso es todo lo que Brown trae a la vida de las personas. Desesperación, desolación y unas profundas heridas que tal vez jamás sanen. Todo es un armónico círculo que no te deja un espacio pequeño para salir. Estas atrapado en aquella circunferencia, donde cada gritos es sólo un eco sordo. Nadie te escucha, acéptalo.

Algo dentro de mí se estruja, como si cada ácido pensamiento que tengo hacía él fuera incorrecto ser pensado.

<<Es tu padre>> -ruge aquella voz, consciente de como la sangre que él tiene corre por mis venas.

Mafia In Love (#1 de Bilogía) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora