CAPITULO 43 -"UN FRÍO RECUERDO. UN CÁLIDO REFUGIO."

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SCARLETT POV'S

Salgo del baño con una sonrisa impregnada en mi cara. La he cosido personalmente para no dejar ver la mueca de culpa que se ha colado impetuosamente por mi fortaleza contra recuerdos.

<<No te permitas ser débil>>

Suspiro débilmente, acercándome a Kurt, con el fuego impertinente comiéndome viva por dentro.

–Vamos –apremio, sin mirarlo demasiado a los ojos.

El sobre donde guardo la evidencia de mi más temido secreto, se encaja en mis costillas. Creo que haberlo guardado apresuradamente y con manos temblorosas, en mi abrigo, no ha sido la mejor idea, pero si la única que ha pasado por mi cabeza en medio de la palpitante adrenalina.

Doy una última mirada por encima de mi hombro hacía la esbelta holandesa que me ha entregado un boleto VIP a mi pasado. Ella sólo me dedica una mirada de reojo conjuntando con su pequeña sonrisa, cargada con una gran porción de burla.

Ella lo sabe. Ella debe trabajar para él.

Incluso en otro país y continente, él puede encontrarme y hacerme la vida un infierno. Puede jugar sus mejores cartas a la distancia.

Una vez salimos de aquella pequeña cafetería la ventisca de invierno me azota, colisionando con el fuego que hierve dentro de mí, congelándome hasta la punta de los de los pies.

De repente una sensación de aquel calor agradable que ya había tachado de ausente, hace acto de presencia cerca de mi mano derecha. Sus dedos aprisionando los míos en un cálido encierro.

Él ha cogido mi mano.

Miro de reojo a Kurt, quien no muestra expresión alguna en su rostro, su cara carece de una sonrisa que demuestre que aquella acción no es sólo algo mecánico, algo tan monótono como levantarse todas las mañanas del lado izquierdo de la cama.

Y luego reacciono.

Mi mano sigue quieta, sin acoplarse a su agarre.

Y lo entiendo. Así que decido responder a aquel cálido choque de dedos, manos y un leve roce de muñecas. Entrelazo mis dedos con los suyos, sintiendo aquella característica corriente eléctrica que se desata cuando su ferviente calor se combina con la frialdad que de por sí mi cuerpo desprende.

Y así es como lo veo. Su media sonrisa tratando de ocultarse tras aquella máscara de seriedad, sus duras facciones buscando su refugio.

Ambos somos lo suficientemente rudos como para demostrar que nuestra extraña y grata combinación, es perfecta.

Una vez llegamos a las rejas que separan la imponente fachada de una casa de ricachones mafiosos, el suelta mi mano. Primero una leve caricia como si se despidiera del huracán que ocasionamos juntos, después su agarre se afloja...Y ahí lo comprendo, así que suelto mi fría prisión compuesta por unos largos dedos en busca de calor. Él termina el trabajo soltando nuestras manos, liberándome del cálido encarcelamiento que había creado.

Entramos en silencio, tras el leve chasquido de la puerta siendo cerrada por aquel hombre que nos había acompañado en cada momento de nuestra breve salida, pero del cual habíamos olvidado su existencia.

Me quedo parada en el primer escalón de las escaleras en forma de caracol que conducen a mi condena.

No quiero dormir. Sé que no dormiré. Sé que esa cama no me será lo suficientemente grande para todas las vueltas que daré en la noche.

–Gracias –susurro, fijando mi vista en una de las ventanas de la sala vintage.

La noche ha caído hace rato, cubierta por el viento elevando de un lado a otro los copos de nieve, arropando así la negra noche con aquellas motas blancas.

Mafia In Love (#1 de Bilogía) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora