CAPITULO 47 -"EL INFIERNO ACECHA"

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Maratón 3/3

SCARLETT POV'S


Bajo de la cama donde Kurt descansa. Su cabeza descolgada en un reposo incomodo en la cabecera de la cama, con su regazo ya libre; es hora de irme. Su pecho subiendo y bajando en un apaciguado compás.

Tomo una última bocanada de aire y salgo de la habitación. Bajo las escaleras con cuidado, con el temor de estropearlo todo. Miro a los lados. Soy una fugitiva en camino a su infierno. Ya es hora de pagar mis pecados.

Una vez en la planta baja, abro la puerta principal. Un suave chirrido resonando en el lugar.

No hay guardias. Se han encargado de ellos.

Abrocho mi chaqueta y subo el cierre hasta el tope. El frío me congela, pero el tiempo va en mi contra y no disponía de este para cambiarme por algo más abrigado. Cierro la puerta detrás de mí y camino hasta el lugar donde mi ubicación fue revelada. He sido una descuidada.

Los tenis se hunden en la nieve y en ese momento resulta de lo más reconfortante. Mis dedos congelándose en el proceso. Mis manos temblando; sé que es por algo más que el frío, pero lo ignoro. Mis labios dejando salir volutas de vaho.

Fijo mi vista en la cálida cafetería y antes de entrar cierro mis ojos.

Es hora. No hay vuelta atrás.

Entro, mirando a mi alrededor, admirado de nuevo su rustica decoración. Más eso no es lo que llama mi atención. Un hombre de abrigo de piel y unos guantes negros cubriendo sus manos criminales y responsables de muertes, se encuentra sentado mirando unos papeles que se desperdigan por la mesa. Parece tan inocente. Un hombre de negocios que sólo quiere el bien para todos. Negocios limpios por tratar y una sonrisa deslumbrante que te lleva a la locura de querer seguirlo cueste lo que cueste.

Sus ojos se posan en mí y la cínica sonrisa que se extiende por su rostro me enferma. Mantengo mi expresión neutra en cuanto camino hacía la mesa en la que se encuentra sentado aquel hombre.

–Pequeña –murmura; su voz es rasposa y consigue helarme hasta el más mínimo centímetro de mi piel –Es un placer tenerte aquí –sus manos se juntan en un acto formal y se acerca lentamente, detallándome y dejando extender una sonrisa en el proceso –Estas más hermosa de lo que recuerdo –susurra, pasando un fino dedo por mi mandíbula. La aprieto y es todo lo que necesita para reír entre dientes y alejarse, fijando de nuevo su vista en los papeles.

– ¿A que me llamaste? ¿Por qué me buscas? Ya déjame libre, Brown. He cumplido mi parte –bajo mis manos de la mesa y debajo de esta, las dejo hacer y deshacer, clavando mis uñas en las palmas de mis manos –Mate la niña. Eso era todo lo que necesitabas.

–Te has unido a la Mafia, Scarlett –su vista esta fija en los papeles, pero no se siente así, se siente como un fuego quemando mi cuerpo, como si sus pupilas estuvieran clavándose cual cuchillos, en mi ser –Me has traicionado. Mi propia sangre, la niña de mis ojos –su lamentación me enoja, me llena de ira. Jamás fui su pequeña, sólo fui su juguete más reluciente.

–No me iba a dejar morir en ese lugar actuando como la pequeña niña de Brown, estaría muerta de ser así. Porque tu jamás enviaste a nadie por mí, nunca hiciste un esfuerzo real –su mirada sí recae esta vez en mí y su color gris me lo recuerda.

Jasper. <<El estaría decepcionado de ti. Lo dio todo por ti...y así es como le pagas>>.

–Tenía asuntos más importantes que resolver. Además eres inteligente, sabía que no te dejarías morir, ¿Por qué crees que eres mi favorita? –sus manos revuelven una y otra vez los papeles, dejando pasar sus largos dedos por el contorno de cada uno, como si acariciara de forma mimosa el parlamento que allí se desarrolla. Algo tiene entre manos.

Mafia In Love (#1 de Bilogía) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora