I'll Be

Capítulo 32: Molestemos A Hallie

Un escalofrío recorrió mi cuerpo al sentir su aliento en mi oído. Pero sus palabras habían sido las principales responsables de tal escalofrío.

¿Qué debía responderle? ¿Debía responderle? ¿Me quedaba callada?

¡¿Que hago?!

Mi celular comenzó a sonar, al otro lado de mi cama. Haciendo que Will se apartara.

Me incliné hacia donde estaba mi teléfono y lo tomé.

Connor.

Will se tensó al leer el nombre en la pantalla de mi celular.

¿Qué acaso Connor no le agrada?

—Hey— contesté.

—Hey— habló de vuelta— ¿Todo bien?

—Sí, ¿Tu?

—Digamos que sí.. No te aburriré con mis cosas— rió— uhm, te llamaba para decirte que lamento no poder salir hoy. Surgió un problema familiar.

—No te preocupes. No estoy enfadada. La familia primero— sonreí— igualmente me lo dijiste con tiempo, no tengo por qué estar enfadada.

Will frunció el ceño, obviamente no entendía nada.

—Gracias por entender.. Hey, ¿Estas con alguien o estas ocupada?

—No realmente, estoy con Will.

—Oh ¿Interrumpo?.. Escuché que ustedes dos estaban juntos.

Tarde, querido. Te enteras tarde.

—Ya no. Pero si quieres cuando esté libre, te hablo de vuelta.

—Esta bien. Adiós Hallie.

—Adiós Connor.

Colgué la llamada y pude ver los ojos verdes de Will viendo cada movimiento que hacía.

—¿Por qué me miras tanto?— reí sin entender. Un poco.. Intimidada.

—¿Te gusta?

Ay demonios.

—No empieces.— rodé los ojos, sin estar enfadada.

—Necesito saberlo, Hallie. Porque no quiero ser una especie de... Freno para que salgas con alguien más. Dímelo y así me apartaré del camino.

Esas palabras fueron como 7 cuchillos clavándose en mi corazón.

Y lo peor: no sabía qué responderle.

—Will yo...— paré y suspiré— Yo no quiero empezar una relación con alguien más. Al menos no tan pronto. Lo nuestro...

Y me había quedado sin palabras.

—No has respondido mi pregunta— dijo después de esperar a que terminara mi oración, cosa que no pude hacer.

—Connor... Connor es sólo un amigo más ¿Si? Dejémoslo allí.

Will asintió y trató de sonreír. Pero conocía su sonrisa; ésa no había sido para nada sincera.