El atardecer sigue siendo mi respuesta.

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"Escoge un sitio" le pidió Lexa una vez que estuvieron fuera del edificio.

"¿Podrías hacerlo tú? Se te da muy bien eso de elegir"

Lexa le sonrió coquetamente a Clarke tomándole de la mano, "Bien, lo haré"

El cambio en su semblante fue tan abrupto que Clarke sintió como si estuviera con otra persona, de tener un gesto amable y desenfadado se volvió inescrutable, como si aquello fuera una misión demasiado importante como para tomarlo a la ligera.

Clarke se dejó dirigir encantada de tener la mano de Lexa atrapada en la suya mientras miraba con determinación las opciones que tenía enfrente. Su suerte no había dejado de mejorar desde la noche anterior y no parecía que estuviera cerca de hacerlo. No sabía a quién agradecerle su fortuna, pero cada segundo a su lado la deuda incrementaba.

"¿Estás bien?" le pregunto Lexa cuando se detuvieron, había logrado reducir sus opciones a dos y estaba contemplando las ventajas de cada sitio cuando percibió que Clarke suspiraba a su lado.

"Nunca he estado mejor" sus ojos brillaron embargados por la dicha de estar ahí, tomada de la mano de una joven hermosa y que su mayor problema fuera decidir donde conocerse mejor.

Lexa sintió como su pecho le dolía al escuchar aquello, juraba que no volvería a sentir esa emoción instalarse y crecer sin proporciones dentro de ella. "Yo tampoco" respondió, sus ojos tuvieron un destello nostálgico por un instante. Clarke pudo jurar que el verde fue suplido por un color gris, pero jamás estaría segura.

"¿Te han dicho que tus ojos son peculiares?"

"Anya me lo dice todos los días, debe ser por los lentes de contacto" dudo.

"¿Anya?" arrugo el entrecejo Clarke, "pensé que..."

"Este será" señalo Lexa escogiendo por fin el mágico lugar que ambientaría su primera cita real. Clarke sintió como la jalaba para hacerla entrar al pequeño restaurante, bajo su perspectiva era un sitio acogedor con el contexto romántico perfecto y privado, pero para Lexa había otro motivo para haberlo escogido tan pronto lo vio. Velas, en cada mesa había una.

"Buenas noches," saludo el maître cuyos ojos no perdieron de vista los encanto de Lexa haciendo que Clarke rápidamente se mostrara posesiva viéndolo de forma furiosa, casi retándolo con su lenguaje corporal "¿Cuantas personas?" preguntó el hombre sorprendido por la intensidad de la rubia.

"Dos "indico Lexa perdiéndose de la guerra de miradas que Clarke había iniciado con el encargado.

"Estamos un poco saturados, si me permite iré a corroborar si hay una mesa disponible, ¿a qué nombre disculpe?"

"Woods"

Clarke lo observo retirarse desconfiadamente mientras luchaba para recuperar la atención de Lexa, sabiendo que el maître seguramente seguía mirando. Si aquello eran celos, no le gustaban. La castaña le ofreció una sonrisa de disculpa cuando Clarke pudo sacarla de su ensimismamiento.

"¿Has venido antes aquí?"

"Rara vez salgo a cenar, de hecho, rara vez tengo citas con chicas que conocí hace unas horas así que..."

"Oh, señorita Woods, me hace usted sentir especial" dijo a la ligera Clarke.

"Lo eres Clarke, eres especial" afirmo Lexa enfatizando cada sílaba para que no hubiera malinterpretaciones.

Clarke olvido como respirar otra vez, pero ¿quién lleva la cuenta de las veces en las que Lexa podría haberle matado si hubiera sido su objetivo? Sintió como si nada la detuviera en la tierra, como si aquellas palabras le dieron un poder que no sabía que tenía. Lexa se acercó para depositarle un tierno beso en la comisura de sus labios. Clarke nunca había sido adicta a nada, pero esto se estaba volviendo peligrosamente en una dependencia.

Las probabilidades del destino [Clexa AU]Where stories live. Discover now