...Entre efímeros momentos.

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Las manos de Lexa acariciaban con ternura el abdomen de la hermosa artista acostada frente a ella deleitándose de cada exquisito roce, sin pena alguna se inclinó sobre ella, haciendo que su cabello cayera libre sobre su hombro e hiciera cosquillas a Clarke ahí por donde pasaba. Depositó un casto beso entre sus pechos y permitió que sus manos siguieran su trayectoria hasta los muslos de la más joven, sin dejar de trazar patrones invisibles sobre su piel.

Clarke, por su parte, gimió ante la jugada. Sentía como cada centímetro de su cuerpo vibraba bajo el contacto de Lexa.

De pronto, Lexa se sentó sobre sus rodillas y atrajo con fuerza las piernas de Clarke hacia ella. Sus ojos preguntaron alarmados.

"Quiero admirarte, Clarke", siseó. Sus pupilas se veían completamente dilatadas, ardiendo, como el deseo de ambas por continuar.

Se inclinó una vez más sobre su amada rubia, robándole un suspiro dispuesto de sus labios, para después susurrarle sus planes al oído, dejando sin aliento a Clarke en el segundo inmediato. Lexa recorrió beso a beso su cuerpo, embriagándose milímetro a milímetro con la esencia de su novia hasta llegar a su posición previa, estando sobre sus rodillas y con la chica de sus sueños a disposición de sus intenciones más privadas.

"¿Estás lista?", preguntó la castaña con un susurro tentador.

Clarke sólo asintió.

Lexa empezó lentamente a llevar su mano dominante al centro de la rubia, dando pequeñas muestras de contacto a los alrededores hasta que decidió que era suficiente tras observar como la artista se controlaba para no obligarla a concretar con lo prometido. De pronto, y sin avisarle, Lexa introdujo uno sólo de sus dedos en Clarke, una embestida fuerte. Lexa no se perdió ni un detalle de las expresiones de Clarke en ese momento de gloria, no obstante, quería obtener más, haciendo que un segundo dedo hiciera compañía al primero. Clarke gimió sin control, fue imposible para ella no expresar el buen trabajo de su chica en ese momento.

Mientras el ritmo incrementaba y con un ágil cambio de posición que sólo la flexibilidad de la estudiante podría haber permitido, siguió con el vaivén de su mano mientras recogía los gemidos directamente de la boca de Clarke con cada beso que le daba. Y justo cuando estuvo consciente de que estaba en la cumbre del umbral del placer de la artista, mordió el lóbulo de una de sus orejas. En respuesta, fue abruptamente sorprendida por Clarke, quien le pidió que se detuviera un momento, con la duda en su mirada, Lexa le cedió el control a Clarke, quien la hizo ponerse en contacto con la superficie de la estancia y, sin pedirle permiso alguno, se puso a horcajadas sobre ella, tomo con decisión su mano y la dirigió nuevamente a su centro, donde se dejó invadir por Lexa nuevamente, salvo que esta vez ella estaba arriba y dirigía por completo el ritmo.

Lexa levantó un poco su torso, acarició por un instante su cabello terminando por acomodarlo para tener una vista más amplia del hermoso rostro que adornaba su vida ahora. En sus memorias más privadas y selectas, estaría por siempre la visión de la joven, quien seguía muy concentrada en obtener su éxtasis en ese momento. Lexa no quiso quedarse al margen de la pasividad de sólo estar ahí, por lo que contribuyó lamiendo sus pezones en ese preciso momento, logrando que tuviera el orgasmo más arrasador en toda su historia.

La próxima vez que la castaña miró los ojos de Clarke, estaban tan dilatados que sólo pudo encontrar deseo genuino en su mirada. Sin haber liberado la mano de Lexa, Clarke se acercó peligrosamente a los labios de Lexa y tomó posesión de ellos arrasadoramente, con pasión, sin mesura ni control alguno, enmarcando la cara de la castaña con sus propias manos. Su respiración estaba acelerada, casi era caótica.

Las probabilidades del destino [Clexa AU]Where stories live. Discover now