... de color tu cielo.

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Advertencia: Un pequeño capítulo rosa y un poquito erotico. Se recomienda leer el final del anterior para contexto ya que se unen.

[...]

"Vine aquí para conocerte, pero no me lo estás haciendo fácil," dijo Clarke limpiando sus labios de los restos de comida.

"Y quiero que lo hagas, pero... He vivido los últimos cinco años bajo el recuerdo de alguien con quien planee una vida."

"Lo que dices es absurdo, tienes veintiún años" observó Clarke.

"Eso no quiere decir que no soñara con mi futuro," contestó en calma Lexa. "Lo único que te pido es que me des tiempo."

"Hemos ido a un ritmo inapropiado, supongo," sugirió Clarke. "Pasamos de extrañas, a interés romántico a compañeras de departamento y ahora a amantes en un plazo menor a dos semanas"

"Quizá rompimos el esquema de un cortejo normal,"

"Creo que tienes razón. Quisimos vivir un romance de toda una vida en pocos días," rió Clarke. "Clásico error de libro."

"No sé qué pienses tú, pero a mí me gusta aprender algo cada día." Los ojos de Lexa sonrieron ante la propuesta implícita.

"Clarke Griffin, un placer," dijo la rubia levantándose de la silla para acercarse a estrechar la mano de Lexa.

"Comandante Alexandra Woods," se presentó ella a su vez, "pero puedes decirme Lexa. El gusto es completamente mío."

"Espero que con este nuevo comienzo omitamos por completo la restricción del sexo hasta la tercera cita," bromeó Clarke.

"Estamos de acuerdo en ese punto." Respondió Lexa.

(...)

En la mañana siguiente y las que continuaron, fueron completamente robadas por la rutina que estaban adoptando. Lexa se levantaba cinco minutos previos a que sonara su alarma, observaba a Clarke unos segundos antes de saltar de la cama, arreglarse para salir a ejercitarse, no sin antes posar un tierno beso en la frente de la inconsciente rubia para poder abandonarle en su cama sin remordimientos.

Lexa también había aprendido a dejar lista la cafetera, para sólo llegar a encenderla y su café – como a ella le gustaba- estuviera listo mientras ella se preparaba.

A las seis menos quince, la pareja ya estaba vestida y lista para ir al campus donde la artista robaría un beso de los dulces labios de la estudiante de leyes para demostrarle a Luna y al resto del alumnado que la castaña estaba con ella. Lexa solía sonreír en el beso y eso endulzaba más las mañanas de Clarke.

Después una se hundía en las actividades de su licenciatura mientras la otra se iba en búsqueda de una aventura que la hiciera sobrellevar las horas en las que su chica estaba ausente.

Por días, sólo era acompañarla y regresar, otros días se

Por días, sólo era la acompañaba y volvía, otros días se perdía por la ciudad descubriendo nuevos sitios que deseaba mostrar a Lexa cuando tuviera tiempo. Su mañana favorita fue cuando se descubrió frente a la cafetería móvil del campus y en ella se encontraba un letrero que decía: "Se busca ayudante" y ella, como cualquier artista en crecimiento, tenía un currículo sabiendo un poco de esas labores.

(...)

"¿Qué has hecho hoy?" le preguntó Lexa cuando la vio esperándola cerca del árbol que Clarke eligió como su sitio. Ahí le robaba besos por las mañanas y se los devolvía por las tardes.

"He encontrado la forma de acosarte," confesó.

"¿A qué te refieres?" inquirió Lexa con curiosidad mientras se arreglaba las gafas, le parecía un poco extraño ya no llevar nada que protegiera su herida, la cual había cerrado satisfactoriamente.

Las probabilidades del destino [Clexa AU]Where stories live. Discover now