Las probabilidades del destino [Clexa AU]

...para seguir enamorándome de ti.

Pasaron el umbral de la puerta tropezándose con las bolsas.

Lexa creía que todo aquello era poco, mientras Clarke pensaba que era demasiado. La mayor deposito con cuidado las bolsas junto a la mesita de la entrada, en cambio Clarke dejo caóticamente tiradas las que llevaba algunos metros más allá intentando visualizar donde podría crear su propio espacio creativo sin siquiera creer que tendría esa oportunidad.

Por su parte, Lexa ya lo sabía. El loft era lo suficientemente amplio como para instalar el caballete y los lienzos en la esquina contraria a su pequeña biblioteca, tendría toda la luz que ofrecían los ventanales y acceso al resto del departamento sin ninguna clase de problema. Sabía desde el momento en que la rubia entró a su vida, que el control y la tranquilidad habían marcado su despedida. No obstante, poco le importaba si era testigo de la irradiante sonrisa de la artista.

Fue detrás de la menor y la rodeo con sus brazos por la cintura, depositando un beso en su mejilla sin pensarlo demasiado.

- "¿A qué se debe eso?" preguntó Clarke dándose la vuelta sin romper el abrazo de Lexa.

- "No lo sé, sólo quise hacerlo," confesó Lexa.

Clarke levantó una de sus manos para acariciar la mejilla de la joven hasta acunar su rostro para robarle un suspiro en forma de beso. Lexa dejó salir un discreto gemido muy lejano a ser placentero, queja de su pobre ceja atacada.

- "Deberíamos ver eso," señaló Clarke tomando las manos de Lexa para guiarla al sofá y obligarla a sentarse.

- "No es nada," gruñó Lexa odiando obtener esa clase atención de Clarke.

- "Pues esa nada, está sangrando," replicó Clarke quitando el pequeño parche, frunciendo los labios en ese momento, "Se te ha caído un punto," le informó, "¿Tienes algún botiquín de primeros auxilios?"

- "En el baño, tras el espejo," dijo Lexa derrotada.

Clarke se perdió tras la puerta de su habitación, regresando con una pequeña caja blanca entre sus manos, parecía haber examinado el contenido en su recorrido hasta ella.

- "Al menos tiene agua oxigenada y gasas," refunfuño Clarke cogiendo las únicas cosas de utilidad en ella para dejarla de lado.

- "No suelo lastimarme con frecuencia," comentó Lexa encogiéndose de hombros. "Aunque tampoco suelen arrojarme de la cama antes de... ya sabes." Sonrió pícaramente. Clarke le dio un leve empujón en su hombro haciendo que Lexa sonriera aún más ante su reacción. Poco después se vengó colocando un poco del líquido sobre la gasa y presionando sobre su ceja.

- "Quizá debí advertirte que ardería un poco," sonrió Clarke con un poco de malicia ante el súbito pero discreto alejamiento de Lexa. "Listo, casi como nueva," avisó tras trabajar algunos segundos más sobre la herida, el punto que había perdido estaba justo a la mitad, pero no parecía que crearía problemas, a lo mucho dejaría una cicatriz que quizá la haría ver mucho más ruda de lo que ya era.

- "Gracias," susurró Lexa tocándose el nuevo parche, logrando que Clarke le llamara la atención y apartara su mano.

- "Es lo mínimo que puedo hacer, fue un regalo para mí lo que ocasiono todo esto." Manifestó. "La que debería agradecer soy yo. No debiste comprar tanto," sus ojos recorrieron las bolsas llenas de material.

- "No debía, pero quería," susurró Lexa colocando sus manos sobre la cadera de Clarke. "Además, empiezo a creer que este lugar está demasiado ordenado."

Clarke levantó una ceja sin poder creer eso. No hizo falta demasiado para notar como Lexa limpió el pequeño desastre que ella hizo durante su mañana sola, así que no era creíble que fuese a permitirle explayarse por completo.