Causa y efecto.

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Lexa la acompañó hasta la puerta de su casa, parecía un poco decepcionada de que la noche estuviera llegando a su fin, pero su atrevimiento no era tan grande como para pedirle extender su tiempo a su lado. Habían pasado un día de locos, pero no hubo minuto en el que no disfrutara como no lo había hecho en bastante tiempo, sentía una parte de sí misma renovada.

Una parte que no quería separarse de Clarke aún.

"Me la he pasado muy bien" dijo y se arrepintió de inmediato. Esa era la frase más cliché para terminar una cita y estaba segura que podía hacerlo mucho mejor.

"No tiene que terminar aun si no quieres" sugirió Clarke buscando algo entre su ropa. Parecía haber olvidado que horas atrás había llegado embargada por la emoción y arrojado sus llaves en algún punto del apartamento sin prestar atención.

El rostro de Lexa fue un poema, sus deseos no expresados los había manifestado Clarke con esa invitación. Pasó de un breve rubor en sus mejillas acaloradas hasta la palidez por lo poco premeditado de tal situación, sabía que no quería irse, pero no consideró por un instante que pasaran de un punto a otro en tan poco tiempo.

"Puedo mostrarte lo que puedo hacer con las manos, sólo debemos llegar a mi habitación" le guiñó el ojo. Lexa palideció más, por supuesto Clarke hablaba del arte sobre el papel, no le pareció necesario especificar más y no tenía mente para ello porque sus desgraciadas llaves seguían sin aparecer.

"O podríamos sólo hablar," propuso Lexa.

"Eso también me gustaría," sonrió Clarke conforme con el plan.

Justo cuando llegaron a la puerta de su departamento aceptó que no llevaba las llaves consigo, lo que le dejaba la bochornosa situación de llamar y esperar que Raven fuera lo suficiente madura como para abrir. El problema surgió cuando vio la prenda alrededor de la manija, la señal universal de que el apartamento era inhabitable para dos de las tres chicas que vivían ahí por culpa de la tercera.

"Raven," gruño Clarke en voz baja.

"¿Está todo bien?" inquirió Lexa preocupada.

"Olvidé mis llaves y Raven está ocupada" señaló la puerta. Lexa dejó salir un suspiro de alivio que no pasó por alto la rubia pero que fue malinterpretado. "Podríamos ir a tu casa" se aventuró.

Aquello hubiera sido factible si Lexa no hubiera recordado que su hogar estaba invadido de cámaras escondidas y lo último que quería en la vida es que Clarke le mostrara lo que podía hacer con las manos y esto quedara grabado para la posteridad en otra cosa que no fuera sólo su memoria.

"¿Estás segura de que has perdido tus llaves?"

"No están perdidas, sólo dentro del apartamento" aclaró Clarke. "Podemos esperar a que vuelva Octavia, no suele pasar la noche en casa de su novio por las enfermizas reglas de su hermano mayor"

"Creo que puedo entenderla" declaró Lexa.

"Oh, Anya no es tan mala" comentó Clarke sentándose al lado de la puerta, recargándose contra la pared.

"¿Qué haces?"

"Octavia no se queda a dormir con Lincoln, pero te aseguro que tampoco se apresura en volver," le informó invitándola a sentarse a su lado con unas palmadas en el piso.

Lexa dudó un momento en acompañarle, pero al final se unió a ella grácilmente justo en el sitio que la rubia le había indicado. Clarke se rió a su lado, enternecida por la gracia que Lexa parecía mantener en todo momento.

Las probabilidades del destino [Clexa AU]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz