Capítulo 6.

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Miré a mí alrededor perplejo, ¿Qué había pasado?
—Lavado de estómago. Bebiste demasiado. —dijo como si pudiese leerme la mente.— Lo importante es que estás bien y de aquí a unas horas podremos volver a casa.

—¿A ca... Casa? —dije como pude mientras me sentaba de nuevo en la camilla.

—No hagas esfuerzos innecesarios, tardarás más en recuperarte, acuéstate. Te lo contaré todo. —dijo serena y pausada, como si ya se hubiese desahogado antes de que me despertase.— ¿Recuerdas la supuesta infidelidad? —negué con la cabeza mintiendo— bueno, tú llegaste tarde, muy tarde. Y me buscaste y cuando me encontraste estaba con un supuesto amigo, y digo supuesto porque para mí a pesar de todo solo era visto como un amigo, para él no. Y al verte de reojo, como yo le había hablado de ti me besó sin motivo alguno para que rompiésemos. Luego tú te marchaste corriendo, sin dejarme explicarte nada, te llamé mil veces y te escribí cientos de mensajes y tú solo los leías sin contestarme, luego te fuiste a beber, y gracias a Dios que subiste snaps para poder asegurarme de que estabas bien, las horas transcurrían y seguiste bebiendo, te encontraste a Britany y bebiste más aún, la cosa se puso fea, casi ni veías, ella se asustó y me llamó. Tuve que ir a su casa, tú estabas en ropa interior. Te metí en la ducha e intenté bajarte la borrachera con agua fría, que para poco sirvió, ya casi muriéndome te llevé al coche a rastras, por eso tienes algunas magulladuras a la altura de los gemelos. Aquí me empezaron a hacer preguntas que me costaban responder debido a que no sabía que sustancias habías tomado, al final los médicos tomaron la decisión de hacerte un lavado de estómago. Mientras tanto me quería morir, todo eso había pasado por mi culpa joder, decidí darte una sorpresa, ya que tenía fe en que te despertaras, firmé el alquiler de la mejor casa que pude, con las mejores condiciones que pude para ti. Solo quería no volverte a fallar aunque en cierto modo nunca lo hice.

Le miré a los ojos, estaban rojos y llenos de impotencia, estiré mi mano, la acerqué a mí y la abracé lo más fuerte que pude. Ella era lo mejor que me había pasado en la vida, lo daría todo por mí, cosa que, por muy guapa y divertida que fuera otra no lo haría por mí.

Intenté contenerme las lágrimas pero resultó un fracaso.

—Te voy a contar otro de mis temores que nadie sabe. Tengo miedo a perderte. —dije yo reuniendo aliento, ella me apretó más, me dio un beso corto y luego se separó.

—Tu madre está en camino y tu padre está fuera, le diré que pase, ¿Qué te parece?

Asentí.

Ella lo llamó y el entró echándome la bronca.

—Eres una vergüenza, a nadie le deseo un hijo así... —él seguía y yo sentía que no podía más.

—¡Cállese! —gritó Les para sorpresa de todos.

—¿Cómo? —preguntó él exagerando su gesticulación.

—¡Qué se calle joder! Que lo último que necesita su hijo es que su padre le traté así cuando está muy mal. ¿Sabe? Quizás usted es el mal padre.

Mi padre bufó molesto mientras negaba con la cabeza, luego se fue.

Agradecí a Leslie con la mirada.

—¿Sabes lo que podemos hacer antes de que vengan a visitarte? ¡Podemos leer comentarios! Te encanta y te pone muy feliz.

Asentí sonriendo, no había persona en el mundo que me entendiese y quisiese más y lo mejor era que ahora lo sabía.

Me alcanzó mi móvil para que lo desbloqueara y comenzó a leerme comentarios.

—"sois los mejores" "love u guys" "voy a morir de risa"... —y me leyó muchos más. Luego colgamos una foto en instagram.— escucha estos comentarios —rió— "recupérate jaja salu2" "vamo a curarno"

Pasé una tarde genial dentro de lo que cabe y para cuando llegó mi madre ya me habían dado el alta.

Leslie condujo hasta casa después de cenar con mi madre que ya había echo oficial su divorcio, haciéndole firmar inmediatamente los papeles a mi padre.

—Hogar, dulce hogar. —dije al llegar, era una casa muy grande con una iluminación bestial— ¿Sabes qué es lo mejor de todo? —dije cuando terminó de enseñarme la casa.

—Tu estudio. Es genial. —Dijo alegrándose por mí.

—Si bueno el estudio es una pasada, pero no es lo mejor.

—sorpréndeme —dijo levantando las manos a la altura del cuello.

—Compartir mi vida contigo, eso es lo mejor que me pudo pasar. —dije y la cogí por la cintura.

—Te quiero, y me gustaron mucho las flores.

Reí, le correspondí el te quiero y la besé.

—Oye —me dijo— hace mucho que no me cantas nada.

Me aclaré la garganta.

déjame decirte que no existen palabras,
Para decirte lo que siento,
Solo me basta con mirarte a la cara,
Para entender que como tú no hay dos.

Niña no me mire así de esa manera,
Que sabe que para mí no eres una cualquiera,
Y que yo por tu amor daría mi vida entera.

Pensando en ti me paso las noches en vela,
Dibujando tu cuerpo bajo las estrellas,
Y que me atrevo a decirte...

Que eres para mí,
La luz que me ilumina y en mi caminar,
Y eres para mí,
Como ese mar en calma tras la tempestad,
Y eres para mí,
Como para un niño su primer regalo,
Y he de confesar,
Que no eres solamente un amor de verano,
Y es que tú eres,
Todo para mí.

Déjame decirte al oído mi secreto,
Llevo esperando tanto tiempo,
Sabes que no miento y que siempre fui sincero,
Y por favor no tengas miedo, no.

Tus labios rojos, dulces como un caramelo,
Tu cuerpo con mi cuerpo derritiendo el hielo,
Hagamos el amor hasta el amanecer.

Prometo regalarte hasta el mismo cielo,
Cuidarte como nunca nadie lo había hecho,
Tú tienes claro que... Eres para mí



Espero que os haya gustado, os debía capítulos y pues por eso hoy he subido dos.
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¿Que pasen un buen día!

Nadie Dijo Que Fuera FácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora