Capítulo 24.

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La noticia de la boda de Liam Harries con la ex-modelo Leslie Anderson recorrió las redes rápidamente.

Curiosamente una oleada de nuevos suscriptores golpeó el canal de Liam. Ofertas para sesiones de fotos le habían surgido a Leslie cómo se había previsto. Pero aún así algo no estaba bien.

En la misma ciudad, en otra casa, la cosa tampoco iba excelente. Ella se sentía culpable. Incapaz de seguir el transcurso normal de su vida con ese sentimiento tan raro en el pecho. Por su parte, él se sentía apenado. En breve tendría que volver y no le apetecía hacerlo sin ella. También sentía que algo raro estaba pasando.

Ambos ambientes se tornaban incómodos más veces de las que les gustaría.

Leslie sentía la necesidad de decírselo. Aquello no podía continuar así. No tenía ninguna vida creciendo en su vientre a diferencia de lo que ya todo el mundo creía. Se maldijo por no habérselo dicho antes o por inventarlo directamente. Ahora arrastraba un sentimiento de culpabilidad mayor al de cualquier otra persona. O al menos eso creía.

Se miró al espejo. Observó cada detalle de su reflejo y se detuvo en el anillo. Redondo, porque no tenía fin. De diamante, porque es indestructible. En el anular, directo al corazón.

¡Joder! Era su propia culpa no poder disfrutar de ello al máximo.

Él apareció tras ella. La abrazó por detrás y sonrió al verla mirando su anillo. Ahora él también tenía uno.

Se sentía como una mierda. También por la misma razón que ella y algunas otras más. No podía terminar de sentirse agusto con ese dolor en su pecho. Bajó las escaleras y salió de casa para salir a pasear como comúnmente lo hacía.

Últimamente necesitaba un tiempo cada día para relajarse y no explotar. Para no pensar en lo que ocultaba. Para no pensar por qué su corazón aún se sentía traicionado al ver las fotos con Dylan si ellos no eran nada. Él era algo con Leslie. Su corazón se abstina a entenderlo.

Le era difícil madurar si su corazón seguía montándole perretas cada que veía una foto de la rubia. Pero también aquél estúpido órgano bombeador de sentimientos le hacía sentirse especial en aquellos momentos que estaba con Leslie a solas.

Ni él mismo se entendía y eso no podía dolerle más.

Dylan bajó de su coche. Tenía algo en su cabeza y no sabía cómo se lo tomaría ella. Cada vez que lo pensaba se sentía feliz más ella nunca aceptaría. ¿Por qué demonios él era tan egoísta? Entendía la situación pero no podía evitar tener esa ambición.

Se acercó al mostrador que yacía delante de él y dió una orden clara y precisa de lo que necesitaba. Con mucha educación, y, algo de emoción al reconocerle, el delgado chico vestido de negro desapareció unos segundos. Al regresar hizo algunas confirmaciones, cobró la cantidad señalada en pantalla y le dejo marchar.

Dylan tomó la bolsa mas se deshizo de ella apenas salió de la tienda. Sólo le importaba el contenido. Lo guardó en el bolsillo interior de su americana.

[...]

Leslie estaba sentada en el borde de la cama. Sus finas manos le sujetaban la cabeza. Se sentía rendida. Parecía que el debate que tenía lugar en su cabeza no iba a acabar nunca. Se lo decía o no se lo decía. ¡Vaya tontería! Era evidente. Pronto notarían que no crecía nada en su barriga pero... Ella no podía ceder a la idea de que su boda fuese arruinada por la confesión. ¿Qué hacer entonces?

—Quiero adelantar la boda. —afirmó segura a su novio. Este queriendo deshacerse finalmente de Skyler no se opuso. Con las miradas parecieron entenderse —A la semana que viene.

¿Por qué la semana que viene? Porque no podía ser antes. Ella se casaría al día siguiente si se hubiese podido. Necesitaba liberar ese sentimiento.

—¿La... La semana que viene? —vaciló él. No se esperaba una fecha tan próxima.

—La semana que viene. ¿Sabes por qué verdad? —habló ahora ella levantando una ceja. Ahora mismo estaba siendo despiadada mas daba por seguro que la mentira que iba a soltar iba a pasar completamente desapercibida.

Él parecía sudar. ¿Por qué? ¿Acaso había algún acontecimiento o fecha que recordar? Trató de poner esfuerzo por recordar pero nada le vino a la mente.

—Eh... No. —apuntó sincero aunque nervioso. No estaba como para agregar mas mentiras.

—La semana que viene hace un año de "La apuesta". —Calculando se dió cuenta de un pequeño fallo, esperaba que el no se diera cuenta.

Él regañó la cara. ¿En serio? Si ella lo decía sería verdad. Se encogió de hombros.

Un año.

Miró al techo.

¿No era precipitado? Es decir, sólo se conocen desde hace un año y ya iban a casarse.

Agitó la cabeza.

De ninguna manera iba a abrir paso a dudas e incertidumbres. La decisión estaba más que tomada.

—Pues me parece una fecha perfecta. —se apresuró a contestar antes de que algo más pasara por su cabeza. O alguien.

—¡No se diga más! ¡El próximo sábado será! No tenemos tiempo que perder. Empezaré ya mismo con los preparativos. —ella lo abrazó. Él besó su frente y posteriormente sus labios antes de verla desaparecer tras el pasillo.

El sábado 27 de Julio tendría lugar la apresurada boda de Liam Harries y Leslie Anderson.

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¡Hola! Este capítulo va dedicado a macarenaocana2003.
En serio, mil gracias por leer y comentar. ¡A ella y a todos vosotros! Si quieres que te dedique un capítulo no te olvides de pedirlo en los comentarios.

Que tengáis un buen día 💕😘

Nadie Dijo Que Fuera FácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora