Nadie Dijo Que Fuera Fácil

Capítulo 22.

SKYLER'S POV

Dylan fue a su hotel a por algo de ropa para adecuarse a la situación. Tampoco es que le hiciese especial ilusión acudir a la fiesta de Liam pero dijo que iría por mí. En unos veinte minutos vendría a buscarme.

Me había duchado esa misma mañana así que debido a la falta de tiempo, evité hacerlo de nuevo. Abrí las puertas del armario de par en par y examiné con un vistazo rápido el armario. Para la ocasión escogí un vestido rosa pastel que a penas cubría unos diez centímetros debajo del trasero. Esto lo combiné con unos tacones sin plataforma y cordones de un color similar. Con unas tenazas definí algunos rizos y usé algo de maquillaje resistente al agua. Lista. Cinco minutos tarde pero lista al fin y al cabo. Metí mi bikini en mi bolso de mano a penas ocupado por un lipstick, mi móvil y las llaves de mi hogar.

Bajé las escaleras tan rápido como pude mientras colocaba una goma elástica en mi muñeca para luego.

Dylan estaba apoyado en el antiguo Ferrari de su padre. Este llevaba una camisa roja punteada en blanco, un reloj negro y vaqueros.

Perfectos, pensé. Aunque rosa con rojo... Patada en el ojo. Decidí no pensar en eso. No por mucho tiempo íbamos a estar vestidos. Dylan no me regañó por la tardanza, de camino a la fiesta pasamos por una tienda pre-mamá y le compramos algo de ropa a Leslie. Al llegar los aparcamientos estaban casi llenos lo que indicaba que la fiesta efectivamente había comenzado.

Entramos dando, sin querer, una entrada llamativa. Abrimos la puerta con sumo cuidado pero al hacerlo todo el mundo se nos quedó mirando. Sonreímos y saludamos incómodos hasta llegar a Liam y Leslie. Dylan le saludó con un apretón de manos a él y dos besos a ellas. Se notaba algo de frialdad por parte de ambos chicos. Yo igual los saludé y les entregué nuestro presente.

—Lo que hiciste hoy fue digno de agradecer —le dije en voz baja.

—Si, lo sé. —Ella sólo miraba a su alrededor agobiada.

—Oye, ¿Te pasa algo? —pregunté un poco preocupada, si se caía, si se estresaba demasiado podía perder el bebé.

—Ven —dijo y me cogió del brazo. Me disculpé con Dylan, quién se vio obligado a quedarse con Liam.

Leslie me llevó hasta un amplio baño. Ella se apoyó sobre el lavamanos y soltó un suspiro.

—¿No te gusta la fiesta? —pregunté rompiendo el silencio.

—¿Cómo no iba a gustarme? Es genial y se nota que Liam se ha esforzado mucho. Además no le habrá costado poco dinero. Y la estúpida de Leslie no puede disfrutarlo. Soy la peor novia del mundo.

—¿¡Qué!? ¡No! ¿Cómo dices eso? Tu solo estás agobiada, mala novia serías si lo estuvieras fingiendo, eso le partiría el corazón —traté de poner el peor ejemplo para que se sintiese mejor.

—Tienes razón.

—Anda, volvamos a tu fantástica fiesta.

—Si, será lo mejor.

Volvimos, Leslie se perdió entre felicitaciones y regalos. Alguien me cogió con fuerza por muñeca. No quise mirar quién era en ese momento, ya me lo suponía. Estábamos en un lugar bastante apartado, tanto que casi ni se oía la música.

Miré a Liam. Él estaba enfadado.

Con fuerza me pegó a la pared y me habló desde muy cerca.

—No vuelvas ha hablar con Leslie.

—¿Y si no qué? ¿Vas a pegarme? —reí.

—Podría. Pero no. Atente a las consecuencias.

—¿Consecuencias como estas? —pregunté acercándome a sus labios aunque sin realmente tocarlos.

—No, como estas. —dijo y acabó con el poco espacio que nos separaba.

Al acabar la acción y mirarnos a los ojos no podía creerlo. ¿Por qué yo había hecho eso? ¿Por qué le había hecho eso a Dylan? A Dylan y a Leslie.

Corrí.

Liam me llamaba pero me negaba a volver.

Llegué hasta Dylan.

—¿Nos vamos? —pregunté cogiéndole de la mano y dirigiéndolo a la salida. Él no dijo nada, ni opuso ningún tipo de resistencia.

Llegamos a su coche. Nos sentamos en nuestros respectivos asientos y entonces habló.

—¿Qué pasó en la fiesta? —habló serio y mirándome a los ojos. Abrí la boca para contestar— No me engañes, quiero oír la verdad. ¿Qué hizo Leslie para que tú derrepente quisieras irte?

—¡Vamos Dylan! No es qué hizo Leslie,        es qué hacemos nosotros aquí. Está reunida una familia celebrando un acontecimiento importante. No pertenezco a esta familia. Fui una idiota al arrastrarte a venir aquí.

—Tu jamás serás una idiota —me abrazó— igual solo hechas de menos a tu familia.

—Puede ser.

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Este capítulo va dedicado a lauragranadosorjuela ¡Gracias por apoyar la historia! Bueno, a ella, ¡y a todas! Si quieres que te dedique un capítulo sólo tienes que pedirlo.

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