Capítulo 7.

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Me despierto a su lado, aún está durmiendo, pobre, ayer fue un día muy duro.

Retiro su mano de mi cintura con cuidado, me pongo las zapatillas y comienzo a prepararme; hoy es el primer día de universidad, bueno, no realmente, quiero decir, es la presentación y me siento muy nerviosa tanto que ni sé expresarme.
Voy al baño y me cepillo los dientes y el cabello, paseo feliz hasta el vestidor e indecisa pero vigorosa elijo mi outfit. Cojo un top gris sin mangas, un pantalón gris de tiro alto, mochila, carpeta y botas de tacón negras, como toque final gafas de sol.

Camino hasta la cocina y preparo mi desayuno, con unas galletas y un zumo estará bien, tampoco tengo demasiada hambre, si no al contrario tengo el estómago cerrado

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Camino hasta la cocina y preparo mi desayuno, con unas galletas y un zumo estará bien, tampoco tengo demasiada hambre, si no al contrario tengo el estómago cerrado.

Cuando casi es la hora de irme subo y ya está despierto.

—¡Qué guapa! ¿A dónde vas?

—¿Te olvidaste en serio? ¡Hoy es la presentación de la universidad!

—Vaya Les... lo siento.

—No pasa nada cariño. —me despido dándole un beso en los labios y ahora sí, me voy.

Subí al coche y di play a la radio, ¡Música motivadora para el primer día!

Debido a la precaución que tomé saliendo media hora antes para encontrar aparcamiento llegué muy bien de tiempo.

Me bajé del coche y expiré, esta iba a ser mi universidad.

—¡Cuidado idiota! —dije a un loco que pasó volando para finalmente aparcar su lujoso coche al lado del mío.

Eso pasó muy cerca.

Seguí caminando hasta la universidad pero para mí mala suerte el chico que ya se había bajado del coche lo hacía conmigo. Adelante bastante el paso y logré dejarle atrás, pude contenerme para no decirle un par de cosas. Hoy era mi primer día no podía dejar salir mi lado oscuro.

Llegué a la uni y pedí indicaciones.

No me lo puedo creer pensé mirando hacia atrás mientras entraba al aula de arte dramático. ¡Ese idiota iba a estar en mi clase! Me senté con disimulo y él hizo lo mismo a mi lado.

—No me puedo creer que acabe de llegar y mi compañera favorita ya me evite.

—¿Compañera qué? ¿Pero qué dices?

—Eres la única a la que he visto así que no te queda otra —sonrió— Mi nombre es Max, Max Parker, ¿El tuyo?

—Leslie Anderson —respondí con desinterés.

—Bueno, bueno, pero que nombre más... sexy.

—¿Qué dices? —pregunté ahogando una risa, eso no me lo esperaba. ¿Cómo puede ser un nombre sexy?

Nadie Dijo Que Fuera FácilWhere stories live. Discover now