LBDG

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AROA=

- Dame una calada, anda - dijo 

- No, ni una calada ni mierdas. Ayer ya te di un paquete entero. - dije 

- ¿Qué te cuesta?

- Dinero - dije ya cansada de este tema 

- ¿Has hablado con Mario? - me preguntó 

- No pero no te preocupes, que el asunto lo manejo yo - dije con cierta superioridad

- ¿Cuándo te va a dar la droga?

- La verdad es que no tengo ni puta idea, pero ya le he pagado y sabe que si no lo cumple, va a sufrir las consecuencias - hice un esbozo de sonreír pero en eso se quedó 

- Vale - y se fue

Por fin me quedé sola inmersa en mis pensamientos. Necesitaba la cocaína, se había vuelto su mejor amiga en este infierno de vida. Desde que sus padres murieron asesinados en ese puto accidente, sólo pensaba en drogarse como mejor método para vivir. No podía suicidarse, tenía que joder la vida todavía a mucha gente y claro que lo iba a cumplir. Todos iban a sufrir las consecuencias. Dio un puñetazo a la pared y empezaron a sangrarle los nudillos, cuando veia la sangre sentía placer, sentía amistad. 18 años tenía, y no tenía a sus padres, su hermana estaba en coma y ella, ella vivia enrabietada con el puto mundo. A tomar por culo la religión que le había inculcado sus padres, para ella Dios era su mayor enemigo. No necesitaba a nadie, pero todos le necesitaban a ella y ella tenía el sartén por el mango. Se río, sólo podía reírse porque sabía que pronto todos iban a sufrir las consecuencias de su ira y la sangre se derramaría y ella podría disfrutar, disfrutaría de cada gota de sangre. Los mataría uno por uno, pero será una muerte lenta, que nadie pueda olvidar y que la gente aprenda que es mejor no tentar al diablo. Y de nuevo, desee la puta droga. 

CLAUDIA=

Intenté dormirme en el coche, ya estábamos camino a Barcelona. Intentaba olvidar todas las consecuencias e incluso apagué el móvil. Debía de dormirme, coño, quería dormirme pero no podía, había algo que no me lo permitía. Miré a mi hermano, ya estaba dormido como un bebé. Le admiraba, admiraba la facilidad con la que se había dormido. Y empecé a mirar por la ventana  los paisajes.

VERA=

Me subí a mi casa, era temprano y no había nadie. Decidí bajarme a la piscina y relajarme durante unas horas. Me cambié rápidamente aún sabiendas de que no me iba a bañar. 

Mi piscina era grande, o para mí tenía el suficiente tamaño para poder jugar al escondite o simplemente para perderse. Me senté en un rincón donde no había apenas gente y donde podía tumbarme tranquilamente sin que nadie me molestase. Apagué el móvil y me dormí. No me dormía pero sí que tenía los ojos cerrados y sentía tranquilidad. Entonces de repente escuché un ruido. 

Y vi a una chica, morena con ojos azules. Parecía mayor que yo. Y la tenía en frente mía mirándome con total curiosidad.

- Hola - dijo 

- Hola, ¿qué quieres? - dije de manera brusca

- Nada, necesito conocer gente - dijo esa chica peculiar 

- Pues vale - asentí y volví a cerrar los ojos 

- Te vas a quemar si sigues con esa postura - dijo negando con la cabeza

- ¿Qué quieres? - pregunté 

- Conocerte 

Entonces abrí de nuevo los ojos, la observé detenidamente. No era fea, al contrario, tenía su punto.  Y me senté mientras bostezaba. 

Días de veranoWhere stories live. Discover now