CAMBIOS.

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DIEGO=

Me llamo Diego y tengo 14 años ya. La verdad es que es una edad complicada, estoy al borde de ser ya un adolescente pero sin serlo todavía. Mi vida no ha sido fácil, y me he rodeado de personas que no han tenido tampoco una vida fácil y eso no me ha hecho más débil, al contrario me ha hecho más fuerte. Mi madre murió al parirme, por lo que tampoco me enteré bien de lo que sucedió, lo curioso es que a veces la veo en sueños. De mi padre sé poco, bueno, estuve unos años con él, y no fue demasiado agradable, el alcohol le convirtió en un hombre miserable y eso a la vez hizo que madurara. Luego, no sé todo ha pasado tan deprisa pero conocí a Irene y a Pablo y a partir de ahí todo fue una historia complicada... Pero sentía que ahora tenía los cuernos bien sujetos porque en el fondo Aroa nos necesitaba y nosotros a nuestra manera la necesitábamos. Después de la discusión con Álvaro nos fuimos a casa de Aroa, ella parecía alterada y a la vez confusa lo que a mí me provocaba risa, pero a ella no, porque si ya era borde de por sí, su mala hostia se duplicó. Se fue a la cama directamente y nosotros nos quedamos en el salón. 

- Chicos - dije de pronto - mañana podríamos dar una vuelta por Barcelona, ver tiendas y todo eso

- Pero si no tenemos dinero - dijo Irene

- Bueno, pero verlo y tal y tenemos que pensar en nuestro futuro - dije serio 

- Mi hermana es peor de lo que me imaginaba - dijo Irene 

- Está confusa, y eso le jode porque nunca había experimentado esa sensación, quizás salir mañana le venga genial 

- Sí, vamos, tú crees que tal y como está va a querer ir 

- Claro que irá, hazme caso. Ahora está en su habitación fumando pero mañana a las 9 lo planearé todo. ¿Qué opinas, Pablo?

- Que yo no quiero al centro de la ciudad, yo quiero ir a las cuatro esquinas - dijo cabreado

- Lo peor es que lo dice en serio - dijo Irene rodando los ojos

- Bueno, yo me voy a dormir que mañana será un día duro

No sé como lo iba a hacer pero las cosas tenían que cambiar y sinceramente creo que tenía bastantes puntos débiles Aroa que no había descubierto. 

CLAUDIA= 

Cuando llegué a mi casa, después de un camino de vuelta bastante frío, por decir algo, desde aquel intento de beso. Él me pidió perdón varias veces y yo los aceptaba pero estaba en mi mundo, no sabía como analizar el beso, tampoco pude ver la razón por la que me aparté. En fin... Cuando entré, ya estaba mi hermano vestido para dar el paseo que le prometí. 

Estaba bastante silenciosa, lo que sabía que a mi hermano le sorprendía pero él tampoco era una persona acostumbrado a las palabras por lo que fue fácil, no tuve que darle una explicación de mi actitud aunque sí notaba su mirada observando la situación. Llegamos al centro y nos sentamos en un Starbucks donde mi hermano estaba viciado a los batidos de chocolate. Pedimos y nos sentamos. 

- Estás extraña - dijo él 

- No 

- Sí, ¿qué te ha pasado?

- ¿Desde cuando estás tan hablador?

- Bueno, no querías que cambiase, que fuese más social - soltó una carcajada

- Ya... bueno es que no estoy acostumbrado y no me pasa nada, sólo asuntos de... 

- ¿De chicos? Qué rápido te has acoplado... - dijo con una sonrisa

Días de veranoWhere stories live. Discover now