Capítulo 2: Muros Caídos

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Capítulo 2

16 de mayo, 2004.

Querido Diario:

He sido coronada como princesa.

No sabes lo feliz que me sentí al ver las miradas de todos sobre mí, todas las niñas querían estar en mi lugar y todas me admiraban.

Por supuesto yo sólo sonreí, pues obviamente una perfecta princesa jamás deja de sonreir.

Diario de Eloise Rivers a los 6 años, luego de la coronación como la princesa de la primaria Spring Halls.

Todo ocurrió muy rápido, algunos profesores llegaron a la escena y regañaron a todos, en especial a los que se reían y burlaban sin detenerse a ayudar, lamentablemente no detuvieron a los que grababan con tanta rapidez.

Avery Smith se ofreció a ayudarme a llegar a enfermería, junto a una profesora que jamás había visto. Ambas me escoltaron fuera de la cafetería, nunca pare de llorar.

Kayred y James Harrison fueron llevados con el director, junto a Adrián también. Ryan fue visto por la enfermera y también llevado frente al director.

Cuando llegue a la enfermería Avery ayudo a sentarme y tomando los pañuelos junto al escritorio de la enfermera me entrego un puñado, la asistenta de la enfermera acerco a mí un vaso de agua, cuando fui a tomar ambas cosas me di cuenta que mis manos seguían sucias.

—Ne...necesito lavarme —dije entre hipos, sin poder aceptar ninguna de las cosas que me ofrecían. Vi Avery mirar con lastima a la asistente quien amablemente me dijo.

—Claro cariño, ven acércate a aquí —me ayudo a ponerme de pie y me acerco a un pequeño lavado, parecía muy limpio y olía a lejía, no me pude resistir.

Abrí el grifo y rápidamente sumergí mis manos en el agua helada, las restregué con fuerza y luego de unos momentos por fin pude ver como el rojo de la salsa de tomate era remplazado por un rojo diferente.

Aun no es suficiente.

Di pequeños golpes al dispensador de jabón junto al lavado y comencé a lavar mis manos otra vez, luego pensé en cómo se vería mi rostro y lo moje y lave con fuerza, sin importar mi maquillaje. Siguió mi cabello, comencé a tirarlo para arrancar de él cualquier rastro de espagueti que pudiera quedar y entonces justo cuando iba a mojarlo por segunda vez unas manos me detuvieron.

Era la asistente de la enfermera, Amy, había dicho que se llamaba.

—Nena, tu cabello está bien —Dijo con el tono que usas cuando te diriges a un bebe— porque no te sientas para poder revisarte bien.

—Quiero quitarme la ropa —dije sin mirar realmente sus ojos, lo único que sentía era la tristeza y ansiedad al saber que estaba sucia ¿ellas se reirían de mí?

—Cariño, llamaremos a tu casa y alguien vendrá a retirarte —No, no, a casa no. Enterré mis uñas en las palmas de mis manos mientras ella seguía hablando— aquí no hay nada para que puedas cambiarte.

No podría soportar este desastre.

Volví a echarme a llorar, enterrando mi rostro entre mis manos.

— ¡Oh, dios mío! —oí lamentarse a la enfermera.

—Creo que yo podría ayudarla —Sonó la voz de Avery y luego escuche una puerta cerrarse.

Perfecto ErrorOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz