Perfecto Error

Capítulo 3: Sanarse

Capítulo 3

23 de noviembre, 2004.

Usted no lo entiende, no puedo simplemente dibujar "lo que yo quiera"

Tengo que pensar en todas las opciones ¿Qué pasa si dibujo un arcoíris y luego me doy cuenta de que quería dibujar un gato? La vida no es tan simple, necesito más tiempo, necesito pensar.

—Eloise Rivers a su maestra del jardín infantil, justo cuando acabo el tiempo de la actividad de dibujo libre.

Una hora después me di cuenta que la humillación fue peor de lo que creí, en YouTube habían videos con títulos como "Desastre con espagueti", "Lady espagueti" que tenían más de dos mil visitas, teniendo en cuenta que el Spring Small habían sólo mil seiscientos alumnos eso no era muy reconfortante. Pero el título más doloroso era "Loca sufre ataque TOC" volví a tomar los medicamentos después de eso y con ayuda de mi tío, pude tomarme un día de descanso.

Tía Cordelia había tomado su avión a Francia después de dejarme en casa y pude tomarme un baño tranquilamente sin tenerla encima gritándome, mi tío hablo a mi psiquiatra para una cita rápida en la tarde y luego se encerró en su estudio.

No quería ir a ver a la Dra. Brunner, tomar mi baño me había ayudado a no pensar en lo que había sucedido, no quería recordar las risas de todos, la lastima en los ojos de gente como Avery Smith o el odio en los de Kayred Harrison por tratar mal a su novia.

Pero luego del baño me cambie a una cómoda blusa de algodón y pantalones cortos, me fije en mi armario todo estaba ordenado en tonos de color y tipo de prenda, me mire en el espejo y arregle mi cabello en una cola.

Tome mi bolso y observe que hora en mi reloj.

17:30 hrs.

Volví a mirarme en el espejo y por tercera vez comprobé mi peinado para que ningún cabello saliera de él.

¿Se veía lo suficientemente bien?

El golpe en la puerta me hizo saltar.

—Eloise —escuche la voz de mi tío.

Conté hasta cinco como siempre y abrí la puerta.

—Ya estoy lista —le dije sin mirarlo a los ojos, cerré la puerta de mi habitación.

Oscar Rivers, era el hermano mayor de mi padre y quien se había quedado con mi custodia luego de que él muriera. Tenía el mismo cabello rubio dorado de mi padre y sus ojos verdes se parecían a los míos, era un hombre serio y ocupado, pero bastante cariñoso. La tía Cordelia era su esposa, diecisiete años menor que él.

—El auto te espera abajo, ya hable con la doctora —dijo y antes de que pudiera comenzar a caminar tomo mi mano y me detuvo— Eli, intenta hablar con la doctora, creo que te hará bien.

¿Realmente serviría?

Lo mire con atención, sus ojos no reflejaban lastima, solo preocupación así que suspire aliviada.

Realmente nunca había realmente intentado hablar con la doctora.

—Antes te veías tan feliz Eloise —dijo lleno de preocupación y puso su mano en mi mejilla. Cuan cierto era eso— Ahora pareces tan apagada.

¿Acaso todos me veían así?

Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi tío me abrazo.