capitulo 8

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Sasuke avanzó lentamente con dirección hacía la mujer que tenía en frente, sin importarle que la sala estuviera repleta de personas, lo único que quería era llegar a su destino y su destino era Sakura. Pero a medida que se acercaba a ella, más clara era su imagen, ahora que lo pensaba, no la había podido ver bien aquel día en que se encontraron frente a la casa de los Wells y más que el encuentro no fue muy agradable que digamos. Sakura era una mujer sumamente hermosa , sus ojos color Jade brillaban intensamente, era como si con una simple mirada lo quisiera hechizar y vaya que lo estaba consiguiendo, sus labios, tiernos y sensuales lo invitaban a besarlos y él siendo hombre no podría dejar escapar una oportunidad como esa, su cuerpo, dios su cuerpo, esa silueta iba acompañada de dos hermosos pechos que perfectamente se podrían moldear en sus manos, sus tentadoras curvas moldeaban maravillosamente su cuerpo y era como ver a una musa desnuda recibiendo los rayos plateados de la luna y él a su lado haciéndole el amor. Cerró sus ojos ante esos pensamientos, pero ella iba a ser su esposa así que no tenía nada de malo pensar en ello y cuando ambos estuvieran casados no sólo él lo disfrutaría, si no ella también Cuando estuvo lo suficientemente cerca, le tomó su mano derecha y la besó. A pesar de tener guantes Sakura pudo sentir el potente beso atravesar su tersa piel. —Señorita – dijo con voz condenadamente seductora – Esta noche está especialmente hermosa Sakura no podía negar sentir una fuerte atracción hacia Sasuke, pero no debía y no podía permitirse el sentir eso, ya que él era un libertino que no podría ofrecer nada... solo pasión. —Gracias – dijo ruborizada — ¿Por qué no vamos al comedor? – Los interrumpió Minato– La cena ya está lista —Ustedes vayan – comentó Sasuke sin dejar de ver a los ojos a su futura esposa – ¿Me permiten unos momentos con la dama? —Por supuesto Sasuke – respondió Minato Itachi y Minato salieron juntos. Naruto no quiso moverse de su lugar, no le gustaba dejar a su hermana con ese tipo, pero Gaara lo empujo hasta salir de la sala de estar. — ¡Ya déjame! – Dijo enfurecido y se trató de soltar – No me gusta dejarla con ese tipo —Tranquilo Naruto, él es su prometido —No – negó el rubio – Aun no le ha dado el anillo de compromiso, así que no tiene derecho de estar a salas con ella —Este comportamiento se debe a ¿qué no te agrada Sasuke o que tienes celos? – Preguntó Gaara cruzándose de brazos —Ni me agrada ni tengo celos – explicó su hermano – No me gustaría ver a mi pequeña hermana sufrir por un imbécil — ¿Prefieres que se vaya a un convento? Naruto no dijo nada, estaba a punto de entrar de nuevo a la sala, pero su hermano menor lo tomó de los hombros y lo hizo caminar en dirección al comedor. —Recuérdame golpearte el trasero cuando está velada termine – murmuró —Por supuesto que te lo recordare, pero falta ver si yo me dejo Naruto y Gaara entraron al comedor. El padre de ambos ocupaba el asiento del señor de la casa, a su izquierda estaba Itachi, los dos jóvenes tomatón asiento a un lado de Itachi, ya que los dos asientos de la derecha fueron reservados para Sasuke y Sakura. — ¿Crees que fue buena idea dejarlos solos? – Preguntó Minato a Itachi —Por supuesto. Sasuke se siente presionado cuando hay demasiada gente a su alrededor, es mejor dejarlo solo para que le pida a Sakura matrimonio – explicó Itachi Si es que no se arrepiente y sale corriendo – comentó Naruto, pero sintió que alguien lo golpeo en un tobillo y ese era su hermano Gaara, al verlo le lanzo una mirada llena de furia y si no hubieran estado su padre e Itachi lo habría matado —Disculpen a mi hermano – dijo Gaara– Anda de mal humor está noche Ninguno de los dos había dado iniciativa, Sakura iba a tomar asiento pero Sasuke se lo impidió, si tenía que hacer esto, tenía que verla a los ojos para darse un poco de valor, en lo personal le desagradaba la idea de estar casado ya que como lo había dicho en un principio, no sería el esposo que toda mujer deseara fiel y amoroso pero podía cumplir con las obligaciones que le correspondían. —Escucha – antes de sacar la cajita donde estaba guardo el anillo tenía que dejar algunas cosas bien claras con ella – Antes de dar el siguiente paso, quiero que sepas que esto yo no pedí – tomó una gran cantidad de aire y después fue exhalando un poco – Tal vez no pueda ser el marido fiel y amoroso que desea, pero de una cosa puedes estar segura – se acercó a ella lentamente y le susurró al oído – Mientras estés en mi lecho no tendrás queja alguna Sakura al escuchar lo atrevido de sus palabras retrocedió unos pasos un poco sonrojada y se llevó una mano al pecho. — ¿Cómo me puedes decir eso? – dijo ofendida —Simplemente soy sincero – respondió encogiéndose de hombros – No puedo ofrecer algo más allá de lo que puedo dar A estas alturas o aceptaba ir a un convento o aceptaba ese matrimonio aun y con las condiciones de Sasuke. — ¿Y dejar que hablen de mí? – Preguntó Sakura – Se la clase de hombre que eres Uchiha ¿Qué pasará si alguien te ve con una de tus conquistas mientras estemos casados? —Seré muy cuidadoso, te lo prometo —Vaya consuelo —Sakura, aquí hay dos opciones. Puedes aceptar casarte conmigo o irte a un convento – comentó y asintió cuando Sakura lo miró – Lo sé todo, sé porque tu padre quiere casarte. ¿Aceptas o no? — ¿Acaso tengo una tercera opción? —No – está vez Sasuke sacó la cajita de su saco, la abrió y reveló el hermoso anillo de compromiso – Esté anillo le perteneció a mi madre — tomó una mano de la peli rosa – Y ahora te pertenecerá a ti, cuídalo ya que es el único recuerdo que tengo de ella – le colocó en anillo en el dedo anular – Y con esto te pregunto ¿Quieres casarte conmigo? Pero antes de que pudiera dar su respuesta, comenzó a sentirse presionada por todo lo que había pasado, su compromiso, el hombre que la besó en aquel baile de máscaras en donde perdió en collar de su madre, no pudo más y se desmayó, pero antes de cayera al suelo Sasuke la sostuvo entre sus brazos. En ese momento entró Hinata a la sala de estar y al ver a su amiga desmayada se alarmó, pero Sasuke le pidió que no dijera nada y que la llevara a la habitación de la dama. Mientras subían las escaleras, recargó a Sakura en su pecho y sintió su calda y suave piel, la miró pero ella tenía los ojos cerrados, esbozó una sonrisa ya que era aún más hermosa durmiendo. Entraron a la habitación y Sasuke llevó a Sakura hasta la cama, sin prestarle atención al vestido color turquesa que estaba recargado en el sofá. —Será mejor que la deje descansar – dijo el pelinegro – El día de hoy ha sido mucho para ella – Sasuke antes de salir vio a Hinata acercarse a Sakura y salió Fue directo al comedor y los hombres que estaban ahí, al verlo guardaron silencio. — ¿Dónde está mi hija? – Preguntó Minato —La proposición la ha dejo impactada que terminó por desmayarse – informó el pelinegro — ¡¿Cómo? – Minato al escuchar eso, se levantó de su asiento dispuesto a ir en busca de su hija —Tranquilo, ella está bien. Yo mismo la lleve a su habitación para que descansara Pero si alguien no presto atención en sus palabras fue Naruto, ya que se levantó y salió del comedor directo a ver a su hermana, al entrar se encontró con Hinata. — ¿Cómo está? – Le preguntó a la joven —Acaba de reaccionar hace unos segundos, pero le dije que durmiera – respondió Hinata con una sonrisa Naruto buscó un banquito y lo dejo a un lado de la cama y de Hinata. Tomó asiento y miro a su hermana. — ¿Te pasa algo? – Preguntó dulcemente Hinata Naruto al escuchar su dulce voz negó con la cabeza y la miró a los ojos. Hinata tenía los ojos más Extraños y más hermosos que cualquier mujer pudiera tener, era de un blanco perlado, ella era hermosa muchísimo más que Karin, recordaba lo estúpido que había sido en dejarse encaprichar con una mujer que nunca le haría caso y cuando conoció a la mujer que tenía enfrente le dio gracias al cielo por tenerla cerca de él, y con el paso del tiempo se iba enamorando más y más de ella. Si su padre no aceptaba dicha relación le pediría que huyeran juntos, ya que no le gustaría verla con otro hombre que no fuera él. Naruto tomó las delicadas manos de Hinata. —No me pasa nada pequeña – y las besó Pero no se conformaba con eso, ya que se levantó y con la inercia atrajo a la joven hacía sí. —Na...ruto – el corazón de la joven latía con mucha fuerza — ¿Qué te propones? – Preguntó nerviosa —Besarte Dicho esto, acercó sus labios a los de ella y los hizo presos de un beso abrazador y lleno de amor, donde los sentimientos salían a flor de piel. Se besaron sin saber que alguien los había visto. —Lo siento – Hinata se apartó de él – Esto no es correcto —Hinata – Naruto intentó tomarla nuevamente del brazo para atraerla hacia él —No – la peli azul negó con la cabeza y saló de la habitación Naruto observó como la joven se marchaba sin decirle nada más y esto lo hico sentirse frustrado, ya que la amaba y si no podía decírselo se lo demostraría con hechos. Probablemente Hinata pensaba que él estaba jugando con sus sentimientos y que por ser el hijo de su patrón podría darse ciertas facilidades con ella, pero no era así, él la amaba sinceramente, más que a nada en este mundo. No quiso hacer ruido y despertar a su hermana, tomó asiento en el banquito y velo su sueño. —Si querías hacerle saber que la amabas, bastaría con se lo hubieras dicho Naruto abrió los ojos como platos al escuchar la voz de su hermana y se sonrojó. —Se supone que estabas dormida – su hermano mayor inclinó un poco la cabeza y se cruzó de brazos —No pude dormir – dijo sinceramente – Además, no quise interrumpir tu momento con Hinata. ¿La amas, verdad? —Ay, Sakura– Naruto suspiró con solo recordarla – Mucho, sólo que no se da cuenta de cuánto la amo —Pues díselo – lo aconsejó —No puedo, nuestro padre jamás lo permitiría ¿Cómo te sientes? –Naruto prefirió cambiar de tema, ya que si en algo era celoso era precisamente el tema del gran amor que le profesaba a la chica que acababa de salir Sakura roló los ojos antes de contestar —Bien – y después observó el anillo de compromiso – Supongo que la boda ya es un hecho —Así es – Naruto asintió – Una vez llevando ese anillo, ya no hay marcha atrás Esa noche Sasuke había llegado a su casa, en gran parte se sentía preocupado por su joven prometida, esperaba que ella estuviera bien. Cuando Sarutobi abrió la puerta le informó que Karin lo estaba esperando en la sala de estar por más de media hora y que no se había querido ir sin antes de hablar con él, suspiró antes de entrar y encontrarse con ella. La joven se encontraba sentada en uno de los sofás tomando un poco de té, en cuanto lo vio se levantó de su asiento y se acercó a él. Sasuke por lo que veía en sus resplandecientes ojos rojos la joven no se encontraba de buen humor. —Te estaba esperando – se detuvo ante él y se cruzó de brazos – Tu sirviente no me quiso decir donde habías ido, además me trató mal – se quejó —No veo que te haya tratado mal, por lo que veo cuando entre estabas muy cómoda, incluso bebiendo té – a Sasuke le molestaba que se metieran con sus empleados y más el tono en que Karin se había referido a Sarutobi, más que su empleado era como un amigo incluso un padre La joven no supo que responder, así que la mejor opción fue cambiar repentinamente de tema y así lo hizo. — ¿Dónde estabas? — ¿Te importa? – Sasuke arqueó una ceja, lo menos que había deseado era verla, quería llegar a casa y descansar —No me hables en ese tono Sasuke – la joven alzó la voz ante la manera en que Sasuke se dirigía – Te hice una pregunta y no me gusta que me respondan con otra — ¿Quieres saberlo? — ¡Dónde estabas! – insistió en saberlo Sasuke frunció el entre cejo, ninguna mujer por más hermosa que fuera le hablaba de esa manera, aun no nacía la mujer que gobernaba en su corazón, de hecho no existía tal mujer. Y si Karin creía que por el sólo hecho de tener encuentros íntimos ya era su dueña estaba en un tremendo error, ahora se daba cuenta que era tiempo de cortar con esa relación por lo sano, y la mejor manera para hacerlo era informarle que se iba a casar, aunque esto significara que para el día siguiente toda Konoha se enteraría de que el famoso libertino se casaba con la única hija de Minato Namikaze. —Estaba en casa de mi prometida – dijo sin bacilar y esa palabra lo había sorprendido incluso más que a la pelirroja — ¿T—tu prometida? – Balbuceó y se llevó una mano a sus hermosos labios rojos – Es una broma verdad— pero se dio cuenta que no fue broma cuando Sasuke negó con la cabeza de un lado a otro — ¿Pero cómo? Tú... el famoso libertino, comprometido, no puedo creerlo —Pues creerlo. Esta misma noche me acabo de comprometer – explicó Sasuke —Creí que tú y yo... —Pues creíste mal Karin, los dos disfrutamos en su momento esta pequeña relación, pero las cosas han cambiado — ¿Y quién es la afortunada? –peguntó con profundo pesar, ya que en el fondo pensaba que Sasuke terminaría por elegirla a ella —Confórmate con saber que me caso dentro de unos días, prefiero reservarme el nombre de mi prometida Karin se acercó a él y le susurró al odio con un tono sensual y provocador – En ese caso, déjame darte tu despedida de soltero Esto a Sasuke hizo que se le despertara el deseo, pero era mejor mantener la calma, prefería mantenerse alejado por un tiempo del libertinaje, ya después de que se aburriera de su matrimonio regresaría a las andadas. —Tus palabras son muy provocadoras – admitió Sasuke – Pero mucho me temo que no puedo aceptar una propuesta tan tentadora — ¿Por qué no? – Karin inclinó un poco la cabeza — ¿Qué tiene de malo? ¿Acaso ya no me deseas? – la pelirroja rosó sus senos en el fuerte pecho de Sasuke Al sentir el contacto de sus tibios pechos, Sasuke gruñó por sus adentros, deseando en ese instante que ella se retirara, pero su deseo fue más grande que terminó por tomarla de la cintura para atraerla hacia él y besarla, después examinó si no había nadie en la recepción y salió con la joven, para subir por la escaleras y llevarla a su habitación. Una vez adentro cerró la puerta con uno de sus talones, ambos se desvistieron y al poco tiempo se encontraban haciendo el amor. Una hora después, Sasuke contempló las sabanas en donde había estado hace unos momentos Karin antes de irse, a pesar del placer que ambos habían experimentado, por primera vez se sentía vacío y no sabía por qué. Se levantó de la cama y fue hacia una mesa de noche y se sirvió un poco de brandy y salía al balcón a contemplar la luz de la luna, en ese momento a su mente vino esa joven de vestido color turquesa, aun no la podía sacar de su mente, no podía borrar esos labios tibios sobre los suyos, aún tenía su sabor, su aroma, su esencia, esa esencia de una mujer pura que era la primera vez que besaba. ¿En dónde estaba? ¿Por qué se ocultaba? Los intentos por tratar de averiguar quién era cada lo hacían frustrase más e incluso llegó a la conclusión de que tal vez ella era un sueño, un castigo del cielo por ser lo que era, pero no, no se resignaba a creer eso, ella no fue una ilusión ya que la sintió tan real y por primera vez se dijo que si la tuviera en frente renunciaría a su vida con tal de ser sólo para ella. Y no supo porque, pero la relacionó mucho con Sakura, al decir verdad, ambas eran parecidas, incluso si su prometida llevara el mismo vestido, el antifaz y el collar que tenía en su poder, llegaría a la conclusión de que eran la misma persona, pero era evidente que esto no iba a ser, ya que seguramente allá afuera había jóvenes que podrían ser la dama que él buscaba. —Aparece por favor – rogó al cielo porque ella se hiciera presente – aparece antes de que sea tarde Eso último era más que una súplica, porque si ella se hiciera presente, él mandaría al diablo su compromiso y le sería fiel a esa misteriosa mujer. Madara había logrado averiguar con facilidad quien era el tal Sasuke Uchiha, ¿Así que era un libertino, eh? Bueno al menos ya sabía cuál era su punto débil, las mujeres, solo era cuestión de saber por dónde atacarlo y ya sabía perfectamente quien lo iba ayudar. Entró a la habitación de aquella mujer, ella se encontraba maquillándose y dejo de hacerlo al verlo, en ocasiones cuando él se sentía aburrido buscaba su compañía ya que era una de las mejores amantes. —Necesito tu ayuda – Madara se había acercado a ella y miró sus ojos Jades y fríos reflejados en el espejo – Pero tiene que quedar entre nosotros dos —Tú dirás – y la joven de cabello Rosa esbozó una sonrisa Continuara

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Dejame Quererte~♡ [Sasusaku]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu