capitulo 12

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Con una sonrisa endemoniadamente seductora se quitó su saco y dejó en un rincón de la habitación, caminó lentamente hacía la tina de baño, se inclinó de rodillas y apoyó una mano en la tina para luego recargar su cabeza, la miró dormida, su expresión era relajada y quiso tocar un mechón de sus cabellos mojados pero no lo hizo por temor a despertarla. El agua cubría sus pechos y sólo podían verse el nacimientos de ellos, se levantó y se arremangó las mangas de su camisa hasta los codos, luego se colocó detrás de Sakura, encontró una esponja que estaba a un lado, la tomó y la llenó de jabón, se volvió a inclinar de rodillas y rosó la esponja en uno de los hombros de Sakura. La peli rosa al sentirlo se despertó de golpe y quiso levantarse pero Sasuke se lo impidió. —Shh – le susurró al odio – Soy yo – dijo con una voz seductora que hizo a Sakura ponerse nerviosa — ¿Qué haces? – preguntó con la respiración entrecortada Sasuke esbozó otra sonrisa — ¿No puedo ponerle jabón a mi esposa? Sakura no supo que contestarle ya que en ese momento sus manos se acercaban sigilosamente por su pecho. —Tienes una piel suave – volvió a susúrrale al odio –Tan suave como los pétalos de una rosa Mientras cubría su pecho de jabón, besaba con ternura y pasión las tentadoras curvas de su cuello, un suspiró por parte de la chica hizo que todos sus sentidos se encendieran junto con su ya endurecido miembro. Dejó a un lado la esponja y con sus expertas manos tocó la suave piel de Sakura, deslizó poco a poco sus dedos por la piel de la joven, hasta llegar a sus rosados pezones tomó entre sus manos los dos pechos y dibujó círculos en cada pezón, Sakura se arqueó al sentirlo y también sus sentidos comenzaron a encenderse pero se sobresaltó cuando sintió que una de sus manos de deslizaba más abajo acariciando su ombligo. —Tranquila – su voz era más que un susurro en su oído Y esas palabras la hicieron relajarse y dejarse llevar por el momento, pero Sasuke no buscaba su obligo si no su botón mágico, sintió ese valle de risos de su entrepierna, acarició las puertas que mantenían oculto el paraíso y con uno de sus dedos la penetró. Sakura al sentir las potentes caricias de su esposo se arqueó una vez más, debido al intenso calor que nacía en su entrepierna, movía sus caderas de arriba hacia abajo, el agua se mecía a su mismo ritmo, formando pequeñas olas en la tina, buscó los labios de Sasuke y cuando por fin los encontró los besó frenéticamente y en cada uno era una súplica a que siguiera con sus embestidas. Desesperado él también la besó, pero el deseo de querer sentirse dentro de ella dejó de penetrarla, la tomó entre sus brazos para llevarla a la cama, no le importó que lo empapara ya que quería hacerla suya, hacerle el amor como lo había deseado tanto. La dejo con cuidado sobre la cama y después se desvistió, Sakura quiso cerrar los ojos pero su curiosidad fue mucho mayor que su timidez y se dejó maravillar por su cuerpo, era alto y poseía un físico increíble, su cabello y sus ojos negros la cautivaban por completo, ahora entendía por qué todas las damas que conocían estaban locas por él. Lo sitió subirse a la cama, después en un abrir y cerrar de ojos él besaba sus mejillas, sus labios su cuello, mientras que sus manos moldeaban cada cuerva de su cuerpo. —Te deseo – lo oyó susurrarle al oído y el corazón de la joven volvió a latir con más fuerza Sus expertas manos separaron poco a poco las piernas de la joven y con su miembro erecto rosaba de arriba hacia abajo las puertas de la tierna feminidad de Sakura, y sin más que decir la penetró con urgencia, con ese fuego que lo había estado consumiendo, se movía en su interior, besó nuevamente a su esposa y ella rodeó sus caderas con sus piernas intensificando el momento, los latidos de sus corazones eran un solo latido, sus cuerpos eran uno sólo y los gemidos de ambos eran una sola sinfonía, hasta que después ambos estallaron en mil fragmentos cuando llegaron al orgasmo al mismo tiempo. Tambaleándose se recargó a un lado de su esposa, la tomó de la cintura y lo atrajo hacía si, Sakura recargó su cabeza en el duro pecho de esposo y pudo escuchar los acelerados ritmos de su corazón. — ¿Cómo estás? – preguntó Sasuke rompiendo el silencio Sakura alzó la cabeza para verlo a los ojos, esbozó una sonrisa y esto provoco algo en el interior de Sasuke que no se pudo explicar así mismo. —Bien – ella asintió – Aunque me sorprendió no verte esta mañana —Lo siento – se disculpó sinceramente – Pero tuve que hacerle una vistita a mi hermano, por cierto escuche que llegó un francés a Londres y van hacer una fiesta en casa de los Johnson – no quiso revelar la verdadera fuente de quien se lo comunicó ya que prefería que el nombre de Karin siguiera anónimo — ¿Te gustaría ir? Su esposa lo vio fijamente, al decir verdad a Sakura no le gustaba ir a fiestas su padre y sus hermanos la obligan casi llevándola arrastrando, no le agradaba ver gente hipócrita mientras hablaban saludaban cordialmente y en un descuido hablaban mal a sus espaldas. —No me gustan las fiestas – se mordió el labio inferior – Hace poco fui al baile de marcaras que organizaron los señores Wells — ¿Fuiste a ese baile de máscaras? – preguntó sorprendido —Si – ella asintió, pero era conveniente que no dijera los que después paso, aquel joven que la tomó entre sus brazos y la basó no sería indicado desrícelo a su esposo —No te vi – respondió encogiéndose de hombros, de hecho él estaba al pendiente de la joven de ese vestido color turquesa y que nunca se fijó en otra mujer más que de ella —Se supone que era un baile de máscaras, nadie tenía que reconocer a nadie. Pero si quieres ir al baile que están organizando los Johnson vamos — ¿Segura? No quiero que te incomode ver tata gente —completamente segura Sasuke la miró con ternura y la volvió a besar mientras terminaban una vez más haciendo el amor hasta media noche. Miraba su reloj ¡Dios! Nunca había esperado tanto en su vida a una mujer, caminaba de un lado a otro de la recepción mientras bebía un poco de brandy, escuchó pasos y giró sobre sus talones y por poco de ahogaba con el vino al verla. Allí, en el último escalón se encontraba su bella esposa, quien llevaba un vestido color verde, se moldeaba a su delgada figura luciendo sus tentadoras cuervas y un ligero escote, el pelinegro parpadeo varias veces, dejó la copa de brandy en una mesita y se acercó a ella, le tomó una mano y la besó con ternura. —Bella – susurró regalándole una sonrisa – Serás la envidia de cualquier mujer y yo seré la envidia de cualquier hombre al tener una esposa tan hermosa Sakura se sonrojó – Gracias Sasuke apoyó la mano de Sakura en uno de sus brazos y ambos partieron con destino a aquel baile. Entraron y en la recepción dejaron sus abrigos, luego se adentraron más al salón, todo el mundo se les quedaba viendo, algunas murmuraban al verlos otras miraban con recelo a Sakura ya que según ellas, tenía tanta suerte por tener un esposo tan apuesto y apasionado como lo era Sasuke. Saludaron a algunas personas incluyendo a los Johnson, el tal francés aún no había llegado, de pronto una joven pelirroja se acercó a ellos. —Bienvenidos – dijo Karin – Creí que no iban a venir —Buenas noches Karin – dijo Sasuke haciendo una pequeña reverencia pero sin soltar a Sakura La joven pelirroja al ver a Sakura sintió coraje, ya que tenía las ilusiones de que Sasuke apareciera solo en dicho baile. —Sakura, luces hermosa – comentó Karin con cierto sarcasmo en su voz A Sakura nunca le había caído bien Karin por lo que le había hecho a su hermano Naruto, ya que él siempre estaba enamorado de ella, la cortejaba pero simplemente ella le dijo que ya no lo hiciera, que nunca iba a sentir nada por él. —Gracias Karin – respondió Sakura aferrándose más al brazo de Sasuke, ya que la miradas constantes de la joven pelirroja hacía su marido provocaban algo de celos en ella – También tú luces bella Sasuke se disculpó con la pelirroja ya que tenía que presentarle unos amigos a su esposa, así que sólo pudo ver al joven matrimonio retirarse. —Está noche serás mío Sasuke – se prometía así misma en seducirlo y llevárselo a los rincones del jardín donde pudieran disfrutar de un momento apasionado Poco más tarde Sakura se encontraba platicando con unas damas conocidas, el francés había hecho su aparición poco tiempo después que ellos pero aun no tenían la fortuna de presentárselos tanto a ella como a Sasuke ya que estaba ocupado saludando y siendo presentado a otros invitados, mientras él aprovecho para ir por una copa de brandy y fue ahí donde Karin se le acercó y le susurró en su oído. — ¿Por qué tan sólo? – Preguntó seductoramente — ¿No te gustaría pasar un momento agradable conmigo? —Karin, ten cuidado – comentó el pelinegro – Aquí hay mucha gente —Eso el fácil de arreglar, podemos escaparnos e irnos al jardín – le guiñó un ojo — ¿O tienes miedo? De hecho al verla con ese vestido color verde sus sentidos se elevaron a un grado de hacerla suya, pero no era el lugar adecuado. —No tengo miedo – negó con la cabeza – Te espero en cinco minutos en el jardín —Estaré ahí – esbozó una media sonrisa y se retiró Sasuke permaneció en el mismo lugar y observó a Sakura, al parecer su joven esposa estaba disfrutando de la velada platicando con esas damas por lo cual no notaria su ausencia, así que después pasados los cinco minutos dejó la copa en una bandeja que llevaba un mesero y se dio una escapada hacia los jardines en donde esa pelirroja lo estaría esperando. Las damas con quien Sakura platicaba tuvieron que dejarla sola por unos momentos ya que sus maridos las habían sacado a bailar, la joven buscaba por todos los rincones a su marido por no lo encontraba. — ¿Quién es esa señorita? – preguntó un hombre con su acento francés mientras señalaba con la mirada a Sakura —Su nombre es Sakura Uchiha – explicó el señor Johnson —Es hermosa – comentó el joven —Damián te aconsejo que no pongas tus ojos en esa joven – sugirió el hombre – Es mujer casada —Pues al parecer el marido no está al pendiente de su esposa – el francés lo miró — Disculpa, pero debo presentarme ante ella El francés se apartó del señor Johnson y fue directo hacía la joven de ojos chocolates. —Disculpe señorita – hizo una reverencia – Pero creo que no nos han presentado, soy Damián Dupont – tomó con cuidado la mano de Sakura y la besó —Encantada señor Dupont, Sakura Uchiha – respondió En ese momento se iniciaba otro baile, Damián miró a la joven y... — ¿Me concede este baile señorita? —Lo siento – Sakura negó – Estoy buscando a mi... —Vamos – insistió – Solo un baile y no acepto un no por respuesta Sakura lo miró y después observó todo el salón y algunos los observaban, si aceptaba estaría segura que andaría en boca de todos pero si no aceptaba ese hombre no se iba a dar por vencido, así que asintió y el joven la llevó hasta la pista de baile. Las embestidas eran cada vez más fuertes, estaban a punto de alcanzar el clímax, por lo que los gemidos de Karin eran más difícil de reprimir, se escucharon unos pasos y Sasuke le cubrió la boca a la pelirroja para que no los escucharan. — ¿Ya viste a la esposa de Sasuke bailando con el francés? – comentó una joven —Por supuesto, eso le pasa a Sasuke por dejar a su esposa sola, quien sabe en donde este – respondió su joven acompañante —Si no se pone listo le saldrán unos cuernos en la frente Ambos estallaron en una risa, a lo cual a Sasuke le hizo arder de coraje ¿Cómo era posible que ella estuviera engañándolo de esa manera? Sus ojos se transformaron en dos llamaradas de fuego, se retiró de la joven y comenzó a acomodarse la ropa. —No... — rogó Karin – Déjala que siga con ese francés — ¿Y que hablen de mí?... Ni loco Estaba a punto de irse pero la pelirroja lo detuvo tomándolo de un brazo. —Si me dejas aquí, te prometo que lo nuestro termina aquí —Espero que cumplas tu palabra Y dicho esto la dejo sola, salió de entre las hiervas y los jóvenes que habían hablado de él se quedaron mudos al verlo, pero el pelinegro no les dijo nada, así que apresuró su paso hacía el salón y ahí todos los invitados formaban un circulo mientras observaban a una pareja bailar, Sasuke se coló entre las personas y algunos al verlo se hacían a un lado, cuando llegó al centro su ira aumento al ver a su esposa bailar con un hombre alto, de ojos azules y cabello negro, ese era el francés del cual había escuchado hablar. Sin importarle nada se acercó a ellos y tomó a su esposa del brazo interrumpiendo el baile. —Disculpen que interrumpa – dijo Sasuke —Sasuke – Sakura al sentir su brazo se sobresaltó —Es tarde amor, debemos irnos – pero esto lo hacía viendo al francés y no a su esposa Sasuke atrajo hacia si a su esposa y la cubrió con su espalda mientras observaba al francés. —En cuanto a usted, no quiero que se acerque a mi esposa – sus palabras eran más que una advertencia —Señor, no es mi culpa que no le preste atención a su esposa – comentó el francés – Si yo tuviera una mujer tan bella como ella, créame que no me le despegaría ni un segundo —Gracias, lo tendré en cuenta desde ahora Y así Sasuke y Sakura abandonaron el salón dejando atrás los murmullos de los invitados, les entregaron sus abrigos en la recepción, subieron a su carruaje y en el trayecto permanecieron callados sin dirigirse la palabra el uno al otro. Al llegar a casa, Sasuke le ayudó a bajar del coche, entraron a la casa y él la siguió hasta su habitación, el pelinegro cerró la puerta de golpe tras de él y ahí se desato la guerra. —Te dejo sola unos momentos y mira lo que pasa – dijo con ira y furia – Te encuentro bailando con ese francés —No digas nada, que el culpable de esto eres tú – contraataco la joven – Si no me hubieras dejado sola él no se hubiera acercado a mí y pedirme un baile —Ese no es el punto, el punto aquí es que debiste negártele —Lo hice, pero insistió —Y tú aceptaste encantada De pronto él se acercó a ella, la rodeó por la cintura y la atrajo hacía él y comenzó a besarla posesivamente. —Sasuke...— Sakura trato de apartarse de él – ¿Qué haces? — ¿Qué hago? – Susurró besando su cuello – Te haré el amor para que te olvides de ese francés —Estás equivocado si piensas eso – forcejaba entre sus brazos para soltarse – ¡Suéltame! Logró zafarse de él y se apartó lo más lejos posible, lo miró y era como si recapacitara sobre lo que estaba a punto de hacerle. —Este matrimonio fue un error – gritó con furia – No sé por qué acepte casarme contigo, nunca podría estar casado con una mujer que no amo. Desde ahora dormiremos en habitaciones separadas Salió de la habitación azotando la puerta, el corazón de la joven latía con fuerza no de miedo si no por las palabras tan frías que había utilizado, se dejó caer en la cama y sus lágrimas no dejaban de parar, era verdad, ella también no podía estar casada con un hombre al que no amaba y no amaría nunca. Continuara

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