Capítulo 27: El Gimnasio

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Capítulo 27: El Gimnasio 

-        Tábata ¿Recuerdas que tenías un boleto extra para el gimnasio al que iremos?

-        Sí, qué pasa con eso ¿eh?

-        Se lo donarás a mi enemiga – mencionó Taylor molesta.

-        ¡¿Qué?! – preguntó Tábata emocionada – no me digas que va a venir…

-        ¡Ni menciones su nombre! – gritó su madre enojada – ella es como la innombrable... algo así como Voldemort para Harry Potter.

-        Mamá, cuando te preguntes por qué soy tan exagerada mírate en el espejo.

-        ¡¿Qué?! – preguntó Taylor de manera incrédula - ¡La odio! Ella quiere quitarme a mi marido y no lo permitiré.

-        Mamá, pero Lourdes es genial

-        ¡¿Qué te dije de mencionar su horroroso nombre?!

-        Vamos, mamá… ir al gimnasio con ella será divertido.

Taylor aún recordaba con odio el día de ayer, que Lourdes, la anciana secretaria de su esposo había llegado a su casa a entregar unos supuestos papeles importantes a Harry. Lourdes ya debía haberse jubilado hace mucho, pero ella conoció a Harry desde que él comenzó a trabajar en la estación de Policías, y se llevó tan bien con él que siempre se negaba a jubilarse. Para Harry estaba bien, ella era muy buena secretaria y era graciosa. Para Taylor ella era “La innombrable”. La odiaba. Y todo porque ella le ha dicho a Taylor a la cara que sentía una tremenda atracción por su jefe Harry. Taylor sabía que Harry jamás se fijaría en ella, pero detestaba que Lourdes la molestara con eso.

Ayer, que entregó los papeles, Harry la invitó a pasar y a tomar algo a la casa. Taylor, como toda mujer sensata, madura, respetuosa y educada… que no es, le ofreció agua y galletas María que jamás tiró a la basura.

Obviamente Lourdes no había consumido nada de las galletas radiactivas de Taylor, y no necesariamente porque temía convertirse en Hulk, no claro que no. Sino porque ella había mencionado que se encontraba haciendo una dieta. Taylor cruzó los dedos esperando que Harry no mencionara nada de su excursión al gimnasio. Pero Harry tenía su cerebro en off respecto a su telepatía con Taylor. Harry contó todo con lujo de detalles, incluso le mostró lo que llevaría puesto.

Lourdes comenzó a hacer caras pervertidas con los shorts que Harry estaba dispuesto a usar el día de mañana. Taylor temía que ésa mujer se llegara a emocionar de más que sus pezones sobresaltaran su blusa que alguna vez fue blanca. Luego recordó que ella es una anciana y sus hormonas calenturientas ya habían terminado su fase, incluso que la menopausia le había llegado hace cuatro décadas. Ella desvió la mirada, ya no quería ver a ésa mujer, la detestaba, ni siquiera Taylor sentía tantos celos con su vecina sexy y soltera de enfrente, no, su única enemiga era ella: Lourdes.

Drama QueenWhere stories live. Discover now