Harry Potter Imaginas

Mini-Fic SiriusxRemus Parte II

Imagina estar en una relación extraña con Sirius y Remus al mismo tiempo.

Hace días que habías comenzado esta extraña relación con ambos chicos, ellos por su parte no tenían problemas y seguían tratándose igual de bien; mientras que a ti, te trataban con una notable mejoría en su comportamiento, aunque aún no entendías muy bien la situación. Solo James sabia de su extraña relación, aunque para ojos externos no sucedía nada fuera de lo común.

Te encontrabas muy temprano en la biblioteca con Sirius ayudándolo a terminar un ensayo de pociones, que no se te daban mal. La cosa es que el oji-gris te dificultaba un poco la tarea por diferentes razones...

-Y entonces agregas el cuerno de bicornio que... -dictaste y paraste en seco al sentir la mano de Sirius subiendo por tu muslo- ¡Detente! -susurraste avergonzada.

-¿Por qué? -alargo como niño pequeño mientras hacía círculos con sus dedos en donde detuvo su mano.

-¡Porque me pones nerviosa! -tartamudeaste bastante roja y quitaste su mano.

-Oh, eso es justamente lo que trataba de hacer -dijo en voz baja y ronca mientras acercaba su cara a la tuya robándote un corto beso- ¿Por qué no tomamos un descanso? -dijo coqueto.

Miraste a todos lados para asegurarte que nadie los veía, pues estaban en una mesa bastante alejada y algo escondida entre estantes. Cerraste el libro y suspiraste.

-Bien, mejor sigamos después y...

-¡No! ¡Solo será un descanso, luego prometo concentrarme! -hizo un puchero y no pudiste resistirte.

-De acuerdo -sonreíste.

-Y qué mejor forma de descansar que...

Antes de que pudieras reaccionar, Sirius te estaba besando lenta e intensamente. Te dejaste llevar por el calor que emanaba el beso. Mordió suavemente tu labio inferior y comenzaron una guerra de lenguas. No sabes en que momento terminaste sentada sobre la mesa con Sirius entre tus piernas aun besándose apasionadamente, y como todos somos humanos, cortaste el beso por falta de oxígeno.

-S-Sirius no debemos de hacer esto aquí -comentaste nerviosa mirando a todos lados.

-¿Hacer qué? -murmuro contra tu cuello dando pequeños y húmedos besos.

-E-esto -respondiste con dificultad.

-Relájate... nadie nos verá -dijo confiado y dio un pequeño mordisco en tu cuello, logrando sacarte un pequeño gemido- Me encanta como suena eso, pero nos conviene hacer silencio -dijo divertido-, ya sabes... una biblioteca... -rió.

-No es chistoso -murmuraste con los ojos en blanco.

-No lo es, solo estoy feliz... -te sonrió tímidamente y te sorprendiste-, cualquier situación en la que te haga sonrojar y tener así a la chica que me gusta... es motivo para sonreír o reír -se encogió de hombros.

Te sonrojaste aún más si cabía por sus palabras. Sirius soltó una pequeña carcajada y siguió acariciando tus piernas.

-Eres un tonto, Canuto -murmuraste apartando la mirada.

-Estoy tonto por ti -te volvió a besar dulcemente mientras llevaba sus manos a tu trasero y lo apretaba.

Diste un saltito de la sorpresa y te separaste.

-¡Sirius!

-¿Qué? -pregunto divertido y volvió a apretarlo- ¡Me gusta! Y me gustan tus piernas.