(S) Cedric Diggory.- Monotonia

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Advertencia: *LO QUE PASOO, PASOO, ENTRE TU Y YOO, ES UNA ASESINA, ELLA CONLLEVA LA MEDICINA ENGAÑADORA QUE TE ENVUELVE Y TE DOMINA (8)* okno

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Advertencia: *LO QUE PASOO, PASOO, ENTRE TU Y YOO, ES UNA ASESINA, ELLA CONLLEVA LA MEDICINA ENGAÑADORA QUE TE ENVUELVE Y TE DOMINA (8)* okno

Seis de la mañana y los rayos del sol s abren paso por la desordenada habitación de los chicos, Cedric Diggory comenzaba su rutina, el chico se dirigió al baño, se lavó, logró vestirse rápido y bajar a desayunar; su sonrisa estaba a la vista desde muy temprano, saludos a sus amigos, le sonrió a los conocidos y se dirigió a sus respectivas clases, disfrutó de reírse en algunas con sus compañeros, sin olvidar tomar nota por supuesto. Fue a la librería, estudio un poco, salió al campo de Quidditch, practicó por un largo rato, y se dirigió a sus compañeros, mostró el ejemplo de ser un buen capitán; logró llegar a tiempo a la cena, volvió a ser el centro del grupo, ¿Quién no extrañaría a Cedric en la cena?, regreso tarde a su habitación, charlo con sus amigos, escucho de nuevo como su compañero se había follado a la más puritana de Ravenclaw, como su amigo estaba preocupado por no pasar el examen de pociones, y como su compañero no lograba asimilar que había roto con su pareja, después de un rato se fueron a dormir, al fin el dia había terminado, la rutina de Cedric Diggory había terminado.

Seis años y el chico prodigio de Hufflepuf no había quebrantado ni una regla, era respetuoso con otros, era amable y bondadoso; no diríamos que estuviera cansado, pero el chico necesitaba un respiro, necesitaba quitarse la cara de angel por un rato, y eso fue lo que hizo, a sus dieciséis años Cedric decidió romper las reglas, decidió ser rebelde por un día, y aprovecho la noche más oscura y más larga para hacerlo.

Pero es mejor contar los hechos como son, el tejón desde el principio de su sexto año había captado la mirada de la chica de ojos profundos, una estudiante de su misma edad, pero de la casa de Gryffindor con quien pocas veces había tenido el placer de hablar no dejaba de atraerlo con la mirada.

La primera vez fue en la biblioteca, ella descansaba con un libro en la mesa y él, justo diagonal a ella, trataba de terminar la asignación que había olvidado hacer, ella primero lo miró por el rabillo del ojo, él lo notó y solo dio un vistazo, ella luego se fijó un poco más en él, Cedric se sentía incomodo, no lo miraba como una acosadora, lo miraba aun peor, con pasión, la chica abrió un poco los labios en sorpresa al notar que él no soltaba la mirada sobre ella, el chico notó la curva de sus labios, rojos por naturaleza, se fijó en su rostro fino, cómo su cabello caía bajo sus hombros, de su cuello un poco alargado y lo misteriosa que lucía, su garganta se secó al ver como ella se mordía el labio inferior y bajaba la miraba, la chica lo volvió a mirar mientras sus pupilas se dilataban; su encuentro fue cortado por el sonido de un libro caer en la mesa, su amigo había llegado quejándose de su novia, y la chica rompió la mirada, recogió sus cosas y se fue.

La segunda vez fue en el alboroto de la pronta aparición de Sirius Black en el castillo, Cedric volvía de la visita a Hogsmade y trataba de guiar a los más jóvenes al salón común, el lugar estaba a reventar, todos los alumnos de las cuatro casas trataba de entrar, hombros con hombros, se empujaban por salir de allí, se sentía la presión y el calor, el temor y la desesperación de estar en un lugar a salvo, Cedric estaba estresado, se notaba por la vena que aparecía en su frente, tenía tanta presión de al menos salvar a los más pequeños que no notó una presciencia a su lado, el chico se tensó al sentir como alguien recostaba su rostro en su espalda, y suspiraba, "Calma, soy yo", susurró, era la voz de una chica, el chico aún no se lo explica, pero él sabía que era ella; la chica pasó su mano es su espalda y la bajó lentamente, acariciándolo un poco más de lo norma, luego con esa misma mano acaricio su brazo y sintió los no tan notables pero bien ejercitados músculos que tenía, por último tomó su mano, acaricio su palma, sonrió contra su espalda, y desapareció.

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