Blue.

Capítulo 2: Perdón.

Elliot.

Curar mis heridas se había convertido en una rutina.

Mi reflejo en el espejo me devuelve la imagen de un chico con cabello azul, con un corte en la ceja y en el labio, y una sonrisa triunfante.

No había ganado la pelea con Kyle pero estaba seguro de que, si el idiota de su hermano no se hubiera puesto en medio, la victoria hubiese sido mía.

Un mensaje hace que mi celular vibre. Incluso antes de mirar el remitente, sé que se trata de Kendra.

Lo sé porque todos los sábados vamos al mismo bar en busca de acción. Bueno, si por acción se entiende quedarnos sentados tomando, esperado que una chica se me acerque y me invite a bailar para así, de una vez por todas, dar mi primer beso. Sé que el primer beso tendría que ser especial, con una chica que me guste y no con una cualquiera en un boliche, pero a los 18 ya me encuentro un poco tristemente desesperado.

Contesto el mensaje de Kendra rápidamente para así seguir cambiándome. Normalmente son las chicas las que tardan años en prepararse, pues con Kendra es al revés. Mientras que ella tarda 5 minutos, yo tardo sólo media hora buscando la ropa. Soy todo una diva, lo sé.

Finalmente me decido por unos jeans negros, una camiseta blanca y mis zapatillas.

Voy hacia la salida apresuradamente, sabiendo que mi amiga está esperándome en la puerta, y Kendra no es muy paciente que digamos.

Mi padre está sentado en la sala viendo la tele.

—¿Te vas? —Pregunta cuando ve que paso corriendo hacia la puerta.

—Sí, no me esperes despierto.

Para cuando salgo, Kendra se encuentra esperándome en su moto con una mirada de fastidio por haberla hecho esperar.

—¡Que raro el pitufo tarde!

Golpeo su hombro a modo de saludo y, luego de ponerme el casco, salimos a toda velocidad rumbo al bar.

Esta noche el famoso bar The Hell Hole está repleto de gente.
La música electrónica suena a todo lo que da y las luces y el humo me provocan un mareo sin siquiera haber ingerido alcohol. Después de tanto tiempo no me canso de este lugar.