¿Puede la atracción convertirse en algo más?
¿Podrá el destino unir dos vidas tan desiguales?
《1er libro de la Saga Rainbow》
#1 en los premios Ice and Fire Awards.
#MejorPareja en los premios Ice and Fire Awards.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Nathan.
El timbre suena, y pretendo ignorarlo.
No quiero moverme de la cama. Me tapo hasta arriba con las mantas y trato de dormir, intento que su rostro no aparezca en mi mente. Fallo, como venía siendo habitual.
El timbre vuelve a sonar. Si es Kyle que se ha olvidado las llaves, lo mataré con mis propias manos. Tardo en levantarme. Ni siquiera me preocupo por arreglarme un poco.
Llego hasta la puerta y la abro.
Mi corazón se salta uno, o varios latidos. La imagen de Elliot con las mejillas húmedas y los ojos rojos hace que me den ganas de abrazarlo, besarlo y llorar con él.
—Hola... —Dice con la voz quebrada.
No aguanto más y lo abrazo con todas mis fuerzas. Él se sorprende un poco pero en menos de un segundo sus manos están apretando mi espalda, acercándome más a él.
—¿A quién engaño? No puedo estar sin ti.
Elliot me empuja hacia adentro y cierra la puerta detrás suyo.
Mis mano suben hasta su cabello y tiran despacio, levantando su mirada, encontrándome con esos hermosos ojos verdes cargados de amor y tristeza.
Nos miramos unos segundos sin decir nada, no hace falta, y finalmente nos besamos.
Empezamos a caminar de nuevo, no sé hacia dónde ni tampoco me importa, lo único importante en ese momento es Elliot y mi necesidad incesante de besarlo.
—No puedo dejar de besarte. —Digo entre sus labios.
—Yo tampoco. —Y lo beso con más énfasis, tirando de su cabello y caminando hacia atrás, hacia donde él me lleve.
—No lo hagas. No me dejes. —Lo escucho susurrar y se me parte el corazón.
Choco contra algo y caigo en el sillón, Elliot se sube a mis piernas y sigue su camino de besos y mordidas por mi cuello.
—Espera... —Su mano baja y me aprieta, suelto un gemido y detengo su mano—. Espera, enano, tengo que hablar contigo.
Detiene todas sus actividades y me mira preocupado. Odio hacerle poner esa expresión.
—¿No puede ser después de... ya sabes... —Sonríe y siento que pasaron años desde la última vez que vi esa sonrisa.
Niego y él asiente, se baja de mis piernas y se sienta a mi lado.
Tomo una respiración profunda pero nada calma mis nervios.
—Mis padres... —En cuanto digo eso, Elliot suelta un suspiro y deja caer su cabeza en el respaldo del sillón.
—Ya me sé esa historia, y no me importa. Quiero estar contigo, nos acepten o no. —Suena totalmente decidido. Me pregunto si habrá ensayado esa frase de camino aquí.