Capítulo 11: Cuéntame de ti.

21K 2.3K 513
                                    

Nathan

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Nathan.

Creo que mi comentario lo incomodó un poco.

Se revuelve en su asiento y tarda más de lo debido en masticar y beber.

—¿Desde cuándo te gusta el boxeo? —Sé que ese sí es un tema que le gusta hablar. No sé la razón por la cual quiero desesperadamente saber más de él.

No me equivocaba. Sus ojos se iluminan y toda su atención pasa a mí.

—Mi padre fue boxeador y me crió viendo peleas. Por lo que de chiquito ya me gusta golpear a la gente. —Lo dice con un tono orgulloso en su voz lo que hace inevitable que suelte una risa. Qué ternura.

—¿A ti desde cuándo te gusta posar para una cámara?

Veo que realmente quiere saber la respuesta y que no solo lo preguntó por educación.

—Supongo que desde siempre. Aunque mis padres no estén muy contentos con mi trabajo.

Y era cierto, mis padres son los típicos padres que quieren que sus hijos sean abogados o doctores, y no un modelo. Supongo que esperan que Kyle sea el ejemplo.

—A la mierda lo que piensen ellos si tú eres feliz. —Lo dice de forma tan natural que me sorprende. Yo jamás me atrevería a contradecir a mis padres.

No digo nada y me centro en mirarlo. La brillante luz hace que su pelo se vea aun más azul y sorprendentemente le queda bien. El contraste entre el color de su cabello y sus ojos verdes es inusualmente lindo. Porque sí, es lindo. Lo admito.

—No entiendo cómo no has dado tu primer beso. —Me asesina con la mirada, cree que voy a volver a molestarlo con el tema pero ahora lo pregunto en serio—. No te creo.

—No me importa que me creas o no. Y para tu información, las chicas sí se me acercan pero yo nunca quise nada con ellas. —Levanta el dedo índice dando énfasis a sus palabras—. Mi teoría es que aún no ha llegado la indicada.

Reflexiono sus palabras y le creo ciegamente, porque estoy seguro de que las chicas se le acercan.

—Quizás deberías probar con algo más... masculino. —Lo molesto.

—Quizás... ¡No! ¿¡Qué!? —Levanta la voz y todos en el lugar nos miran.

—Bueno has dicho que no te sentías atraído hacia ellas.

—¡No he dicho eso! No me saques de contexto.

—Has dado a entender eso.

Elliot está tan rojo que fácilmente podría confundirse con un semáforo.

—Te lo demostraré.

Levanto el mentón desafiándolo, repentinamente interesado en su propuesta.

—El sábado en el club daré mi primer beso. —Dice confiado.

No dudo que tenga las capacidades para hacerlo, pero algo en el fondo de mí no quiere presenciar ese momento.

Blue. Where stories live. Discover now