¿Puede la atracción convertirse en algo más?
¿Podrá el destino unir dos vidas tan desiguales?
《1er libro de la Saga Rainbow》
#1 en los premios Ice and Fire Awards.
#MejorPareja en los premios Ice and Fire Awards.
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Elliot.
Sus pasos parecen resonar cada vez más fuerte. Cada vez más cerca.
Mi determinación parece extinguirse cuando al fin lo tengo delante.
Me da un beso como saludo. Si tengo que hacer esto no puedo besarlo, o podría retractarme de lo que estoy por hacer...
Lo separo. Nathan me mira extrañado.
—¿Qué pasa, Elliot? —Pregunta casi con miedo. ¿Acaso presiente que voy a decirle algo que no le va a gustar? Siento un nudo en la garganta.
—Tengo que... decirte algo. —No puedo mirarlo a la cara. No puedo ver sus ojos preocupados, su sonrisa tranquilizadora. ¿Estoy haciendo lo correcto, verdad?
No dejo de recordarme que hago esto por mi padre. No puedo dejar que lo sepa, ¿y si no me acepta? Él es toda la familia que me queda. ¿Realmente voy a arriesgarme por Nathan? ¿Vale la pena?
—Yo... Nosotros... —Nathan me mira alzando una ceja. Podría jurar que está tan confundido como yo. Suspiro ¿qué estoy haciendo?—. Creo que me apresuré al preguntarte si querías ser mi novio.
El aire abandona mis pulmones y sigo sintiendo el mismo nudo en la garganta.
No puedo mirarlo pero necesito saber qué expresión tiene en este momento.
—¿Es otra manera de mentirte a ti mismo? —Su voz suena baja y entrecortada, con una pizca de burla, como si tuviera que convencerse a sí mismo de sus palabras. Inevitablemente, levanto la vista, topándome con esos hermosos ojos color miel llenos de desesperación y... ternura.
No sé qué decir.
—No... —Tengo que decir algo más, sonar convencido de lo que estoy haciendo, pero las palabras no salen—. Creo que deberíamos... dejar de vernos.
Sin mi permiso, las lágrimas hacen su camino por mis mejillas. Bueno, ahora sí que no soy creíble. Ni siquiera puedo mentirle.
Nathan no dice nada, me toma entre sus brazos y me aprieta contra él. Aspiro su aroma y no veo cómo esto podría estar mal. Me invade el sentimiento de que el único lugar en el que estoy seguro es entre sus brazos.
—¿Tiene mi hermano algo que ver con esto? Lo vi hablando contigo hace unos minutos. —Murmura contra mi cabello.
Yo suspiro, derrotado. Solo queda decirle la verdad.
—Él le dirá a mi padre. No puedo dejar que lo sepa. No lo aceptaría.
Nathan se queda en silencio, meditando mis palabras. Cuando estoy seguro de que no va hablar, agrego:
—¿Entiendes por qué tenemos que dejar de vernos?
—¿Qué idioteces estás diciendo? —Me separo de su abrazo sorprendido—. Trabajas conmigo, no podemos solo "dejar de vernos". Además no sabes si tu padre lo aceptaría o no. No decidas por él.
