Capítulo 12 - Más Engaños

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Capítulo 12: Más Engaños.

 

PDV Connor.

Esperar. Eso era lo que tenia que hacer. Esperar, esperar y esperar a que pasara el tiempo. Por supuesto, yo ni bien me desperté al dia siguiente fui a comprar un celular, con el propósito de llamarla cuanto antes. Sin embargo Kim, quien estaba decidida a “ayudar en la relación” me confiscó el teléfono, asegurándome que no podía quedar como un patético desesperado, y que tenia que esperar, hasta que ella me dijera que podía llamarla. Como si supiera tanto de humanos.

-Vamos, solo una corta llamada…un mensaje de texto.-intenté convencerla, pero ella no cedió, manteniendo el celular escondido quién-sabe-dónde.

-Es por tu bien-repuso ella- no querrás quedar como idiota como la ultima vez, ¿verdad?-sonrió ante el recuerdo de lo que Luka le había contado de aquella cafetería.

-...No…-admití, resignado.- ¿Y cuándo me lo vas a devolver?

-Mm..en unos días.

-¡¿Días?! Me las vas a pagar Hunter.-dije, completamente seguro de que iba a vengarme.

-Ya lo veremos, Harper.

Nunca me había enfrentado a tanta ansiedad.  Generalmente, en el bosque podía distraerme con algo, ser lobo te abría los sentidos y era mucho más interesante. Pero ahora, tan limitado, y sin nada que hacer más que mirar el reloj, el cual lentamente me encaraba que aún faltaba mucho, sentía que el tiempo nunca iba a pasar. Ni siquiera podía ir al trabajo, puesto que hoy, por ser sábado (aunque no entendía por que este día significaba que no se hacía nada) la tienda estaba cerrada.

Luka salió de su habitación y fue hasta donde yo estaba, en el sillón.

-Eh, deja de torturarte a ti mismo. Vayamos al parque, podríamos respirar aire fresco y comer unos perros calientes.- me imaginé ese asqueroso trozo de comida humana pasando por mi garganta, y vi mi expresión reflejada en la de Luka. Pero, al igual que yo, estaba desesperado por salir de estas horribles cuatro paredes.

-Está bien, vamos.

No bien puso un pie en la calle, fuera del apartamento, gritó que hiciéramos una carrera, ya precipitándose a toda velocidad hacia adelante en dirección al parque, que no quedaba demasiado lejos. Era algo infantil, pero correr se sentía grandioso, así que me impulsé hacia adelante, y no tardé en igualarle el paso.

Llegamos al parque en lo que habrá sido un minuto, y el me ganó por medio segundo.

-No es justo, ¡empezaste antes!-me quejé, pero divertido.

Él se echó a reír.

-¡Nunca es justo para el que pierde!

Había poca gente, puesto que era una tarde muy fria, además de ser el dia en que todos descansaban. Esa era la razón por la cual nadie notó nuestra velocidad, que, aún siendo humanos, superaría a cualquier persona.

En el puesto de salchichas pedimos cuatro, dos para cada uno. A pesar de nuestras quejas, el vendedor dijo que iba contra las normas dárnoslas crudas. Y para empeorar, estaba rodeadas de pan y alguna cosa pastosa de color amarillo, que ellos llamaban mayonesa.

Lanzamos las cosas de más en el primer basurero que encontramos, y comimos cada salchicha de un bocado. Claro, sabía muy mal, pero era bueno llenar el estómago hambriento aunque sea un poco.

-Hey, mira hacia allá-señalo Luka con un asentimiento, y me sorprendió verlo repentinamente serio.

Busqué con la mirada hacia donde apuntaba, y divisé a un hombre solitario en una esquina del parque, casi hundido entre la espesura, leyendo un libro.

Huellas De Un LoboWhere stories live. Discover now