Capítulo 17 - El Rescate (parte 2)

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Capítulo 17: El Rescate (parte 2)

Me escondí detrás de unos arbustos, feliz de haber podido burlar a los policías.
 Volví a mi forma humana y entré de nuevo a la comisaría. Me alivié mucho al ver que Marion no estaba junto a la jaula. Fui a toda prisa y probé la primera llave. No funcionó. Sharon me miraba con ansiedad. La segunda ni siquiera era una llave de candado, pero la tercera sí logró abrir la reja.

-Vamos, no tenemos mucho tiempo.

Aprovechamos que todos estaban distraídos con el tema de la oficina del padre de Marion, y salimos corriendo por la puerta. Una vez fuera cambió a su forma humana y seguimos corriendo hasta llegar al bosque, donde fuimos nuevamente lobos los dos.

Entonces ella se detuvo, jadeante, y cayó al suelo.

Me paré en seco y gimoteé con preocupación, apoyando mi hocico contra su mejilla, y luego revisé las heridas con más atención. Eran profundas cortadas y unos cuantos moretones y cardenales de aspecto grave.

-Tranquila…vas a ponerte bien. No es tan malo como parece. –mentí, intentando ocultar mis nervios.

Ella ni siquiera contestó, parecía estar perdiendo la conciencia.

Con mi forma humana, la alcé y llevé en brazos hasta el departamento, sin que me importaran las miradas confusas que me echaba la gente.

Kim me recibió asustada y con sorpresa, y se precipitó hacia ella.

-¡Sharon!- exclamó, al tiempo que yo la depositaba en el sillón. Mientras la traía hacia aquí, había perdido totalmente la conciencia.

- ¿Qué pasó? ¿Cómo la encontraste? –preguntó acelerada, mientras revisaba sus heridas.

-Seguí a uno de los cazadores, luego te explico mejor, ¿dónde están Jack y Luka?

-Pensé que Luka estaba contigo, Jack aún no ha vuelto.

Asentí con lentitud.

-Entonces iré a buscarlos, quédate aquí con ella.

Y dicho esto me precipité hacia la puerta.

Alrededor de una hora después los cinco estábamos en la sala del departamento. Sharon se había recuperado un poco, y comía un trozo de pollo. Estaba bastante malhumorada; odiaba pensar que no había podido con todos los cazadores. Y además no le gustaba nada estar herida.
Jack finalmente había entrado en razón, y estaba avergonzado por su comportamiento. Reconocía que yo me había comportado mucho más como un líder que él, y que había logrado resolver la situación. Yo sólo sonreí con modestia ante sus comentarios.

Me alegraba que todo estuviera estable de nuevo, pero, aunque no lo decíamos en voz alta, había algo claro que rondaba en las mentes que ocupaban la habitación: había que hacer algo con esos cazadores. Y eso, pensé con amargura, incluía al padre de Marion.

Huellas De Un LoboWhere stories live. Discover now