Yo, ¿en Betty la Fea?

Capítulo 6

DESCLAIMER: Los personajes y situaciones narradas en ésta historia no me pertenecen, ésto es propiedad de Fernando Gaitán y RCN, yo solo escribo para mi entretenimiento y sin fines de lucro.

Bien, aquí estoy de nuevo con una entrega más de Betty la Fea y espero que sea de su agrado, éste es un capítulo especial desde el punto de vista de Armando Mendoza, siendo éste para compensar mi retraso en todo éste tiempo que no actualicé.

Esperando que cubra sus expectativas, les dejo con la lectura.

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Capítulo especial (6)

POV. Armando Mendoza

Cuando era muy pequeño, no hubo momento en que no viera a mi padre, Roberto Mendoza, trabajar arduamente para mantener a su familia, su actitud tan positiva nos contagiaba a mi hermana y a mí, al grado de esperar con ansias la mayoría de edad, a fin de que juntos pudiéramos apoyarle en EcoModa. Alguna vez me platicaron que fue mi mamá quien tuvo la idea de incursionar en el mundo de la ropa femenina, a fin de que la empresa se convirtiera en lo que es hoy.

Julio Valencia, el mejor amigo de mi padre y socio, mantenía a la vanguardia el crecimiento de la compañía, obteniendo el apoyo de Margarita Sáenz, y Susana Linero*, de lo contrario a ésta petición, mi padre y el Dr. Valencia habrían seguido al mando de un buen grupo de sastres. Siendo ellas quienes dieron el realce a nuestra amada EcoModa, trayendo telas y diseños que revolucionarían por completo el concepto de moda en Bogotá.

Hacia el año 1980*, se habían lanzado dos colecciones al mando de Margarita y Susana, cada vez comenzaba a tener mayores clientes y su capacidad productiva en aumento con el pasar de los meses, tras 16 años en el mercado, EcoModa recibió un posicionamiento alto por sobre el resto de los negocios dedicados al mismo giro y ello, hinchaba de orgullo el pecho de los dos socios.

Tras la habitual convivencia que existía entre las dos familias, Camila y yo conocimos a los hijos de los señores Valencia, Daniel, Marcela y María Beatriz, cada uno con personalidades tan similares y distintas a la vez, pues Daniel no podía ver que su "amigo" Armando, obtuviera mejores cosas que él, siendo éste el nacimiento de la rivalidad entre ese hombre y su servidor.

Con Marcela las cosas se daban con mayor naturalidad, mi hermana Camila estaba encantada de que sus padres las dejaran jugar juntas, desde pequeña se le veía el entusiasmo por entrar a la empresa y ayudar, del mismo modo en el que yo lo hacía. María Beatriz era excluida de mi línea de pensamientos, pues el desinterés que mostraba por el negocio que le daba de comer, me tenía irritado con su sola presencia.

— Papá, quiero estudiar Ingeniería Industrial — le comenté a mi papá un par de años después, me miró con el ceño fruncido y el reproche reflejado en sus ojos, quizá no esperaba que deseara una carrera así, mi intención siempre había sido entrar a EcoModa y que mi padre estuviera orgulloso de su hijo, sin embargo, el accidente que habían tenido Julio y Susana Valencia, lo volvieron sobreprotector con los hijos de ellos.

— ¿Quieres estudiarla por ti o por competir con Daniel? — la pregunta me descolocó por completo, me acomodé los lentes y di un paso hacia atrás, había sido un revés a mis expectativas.

— Papá, por Dios, es por mí, quiero ayudarle en EcoModa, deseo ser alguien importante para la empresa — comencé a explicarle con el corazón latiéndome desbocado, me impresionaba que no creyera en mis palabras.

— Hijo, ya eres importante en la empresa, así que ésta rivalidad que tienes con Daniel, me parece absurda — unió sus manos por la yema de los dedos y me miró del mismo modo en que se ve a un sentenciado; guardé silencio al comprobar que no habría manera de hacerlo cambiar de parecer.