La hermana de Vegeta | 1

3.

Vegeta.

Me desperté gracias a un sonido a los segundos me di cuenta de que era el llanto de un bebé y se escuchaba un poco lejano.

Yo estaba dentro de la nave espacial, eso me hizo pensar ya que lo último que recuerdo fue que estaba junto con mi madre y sus amigos en el puerto de lanzamiento pero después me desmayé porque mi Padre me noqueo ¿cómo me pudo noquear en un momento como ese?

Salí de la nave un poco mareado y me dirigí a la nave de Kakarotto que aún estaba cerrada, presioné el primer botón que vi y la puerta se abrió.

Kakarotto aún estaba en el asiento. Fruncí el ceño, de seguro tenía hambre y por eso lloraba. Miré a mi alrededor, había muchos árboles. No creo que hayan habitantes cerca de aquí, ¿Qué haremos aquí?

― Mm..

― ¡Waaa!¡Waaa!.―Grita Kakarotto cada vez más fuerte.

―Ya. Ya basta, Kakarotto. Detente, por favor.―Lo tomé en mis brazos y él se tranquilizó, mientras que me miraba sonriente.―Mm.. ¿sólo querías que te tomará? No pareces ser un mal niño.―Él me sonríe y aplaude.― solamente estamos los dos

De pronto escucho como una rama se quiebra detrás de mí y las hojas se mueven. Me giro y me encuentro con un anciano, el cual me miraba de manera preocupada.

―Oh, niño, dime, ¿estás bien? Escuche uno llantos y vine de inmediato

―Sí, es que Kakarotto estaba llorando pero ya se tranquilizó.― Él se acerca.

―Dime ¿y tus padres?¿dónde están?

Suspiré.― no lo sé, desperté aqui..

―Mmm..― observó el lugar con preocupación y luego a mí.― anda dame al niño, seguro que pesa mucho.

―¿eh? Claro.―El anciano lo levanta en el aire y el bebé le sonríe.―¿sabe acaso en donde estamos? o ¿usted también esta perdido,señor?

―No, no estoy perdido. Yo vivo cerca de aquí Este es el monte Paoz. Ven sígueme, te llevaré a mi casa para que descanses y comas.

Asentí y lo seguí con la cabeza gacha. Él metió a Kakarotto, en lo que parecía ser un gran bolso o algo así que estaba en su espalda. Yo iba detrás y Kakarotto me miraba sonriente, mientras que trataba de agarrar mariposas con su manos, pero éstas se escapaban de su diminutas manos.

Pasó cerca de una hora en la que el anciano me contó muchas cosas interesantes. Se llamaba Son Gohan, entrenaba algo que se llama Artes Marciales, es como lo hacemos los saiyajines en batalla pero ellos son más débiles y lo ocupan solo por diversión.

Luego de que él se callara por un momento comencé a pensar.

¿En dónde están mis padres y por qué no mandaron hasta aquí?

Muchas preguntas rondaban por mi cabeza pero nada me parecía razonable.

Me tranquilizo pensando en que si mi hermana se entera que yo estoy aqui vendrá por mí o mis padres.

Aunque ella estaba junto a Nappa y Raditz en una misión, muy lejos a nuestro reino por lo que es imposible que haya llegado tan rápido. No sé cuánto tiempo estuvimos dormidos.

Solté un suspiro.

―A propósito, pequeño.― lo observé.― no me dijiste tu nombre,¿cómo te llamas?

―¿Eh? V-vegeta. Vegeta, señor

―Por favor, dime Gohan.. ¿llevaban mucho tiempo en ese lugar?

―No la verdad, es que recién había despertado por los llantos de Kakarotto.

Él asiente y sigue mirando al frente, yo baje la mirada ¿y si nunca más vuelvo a ver a mi hermana?

No, ella sabrá que estoy vivo y estoy aquí junto a Kakarotto, pero ¿querrá venir a buscarme?