Capítulo VII Amigos

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— Nadie se le acerca. Nadie quiere ser su amigo.

¿Por qué Tsubaki decía esas palabras? Se supone que son hermanos. Son familia, están para apoyarse en cualquier momento y mutuamente. Pero el azabache parece decir aquellas palabras con ese toque de rencor que él no lograba descifrar.

— Nadie se preocupa por él... ¿Sabes por qué?

¿Por qué había cierto toque de odio en sus voz? Mahiru lo miró de reojo y se encontró con la penetrante mirada azulina de Tsubaki. Un extraño sentimiento de tristeza lo invadió. Contrario a asustarlo, las frases de Tsubaki le dieron entender lo incomprendido que quizás era Kuro. Y su hermano quería envenenarle la cabeza y alejarlo más de él.

—Todos lo llaman—

Puso sus manos en el pecho contrario y de un empujón lo alejó, mirándolo serio y cortando la frase. Tsubaki con cierta sorpresa miraba las decididas orbes avellanas.

—Si la gente dice cosas malas de Kuro, no quiero escucharlo de terceros. No estoy interesado en escuchar rumores o chismes de él. Aun si son ciertos... o son mentiras. No quiero escuchar esas palabras ni de tu boca, ni de nadie.

Una pequeña sonrisa asomo en los labios de Mahiru al ver el desconcierto en el azabache. Sonrió con confianza para hacerle ver que estaba dispuesto a permanecer cerca de su hermano a pesar de todo.

—Soy amigo de Kuro. Si hay algo malo con él. No quiero escucharlo de alguien más sino de él directamente. Así que por favor, mantente alejo de mi, si solo me hablaras para alejarme de él.

Kuro no pudo evitar abrir más sus ojos al escuchar tales palabras. ¿Mahiru hablaba enserio? El castaño realmente quería ser su amigo. No es que lo dudara, el problema era precisamente su hermano. Ya encontraba raro que Tsubaki no se acercara para hacer su acostumbrado ritual de alejar a todos de él. Pero Shirota le sorprendió, y una vez más, no pudo evitar el descontrolado ritmo de su corazón llevándose una mano al pecho.

Tsubaki miró la seguridad que irradiaba el castaño. Frunciendo ligeramente el ceño, chistó molesto mientras se giraba y caminaba para alejarse del chico. Ese tonto castaño no querrá ser amigo de su perezoso hermano. Claro que no. El se encargaría de alejarlos, en su momento lo hará. No hay mejor venganza que darle duro donde más le duele a su querido hermano Ash. Y una torcida sonrisa asomó en su rostro.

Mahiru lo vio irse y se rascó la nuca. No negaba que aquello le puso algo nervioso e inquieto, fue por demás extraño. Y cuando perdía de vista la figura del azabache, sus orbes miraron otra figura detrás de una de las carpas. Ladeo el rostro y con cautela se acercó hacia aquel que se escondía. Alguien los había escuchado estaba seguro. Pero se llevó una gran sorpresa de ver quien los había escuchado.

—¿Kuro?

Su corazón saltó en un vuelco, no supo si de vergüenza o miedo porque Kuro los haya escuchado. Especialmente por las palabras de quien era su hermano, y con las claras intensiones de odio en ellas.

—¿Escuchaste todo?

Todo lo que obtuvo fue un bostezo y después silencio. Se quedó un minuto viendo a Kuro y este solo miraba a la nada, Shirota se preguntaba que tanto pensaba ¿Dudaba de él? ¿Realmente no le interesaba tener a nadie a su lado? viendo que de seguro Tsubaki no es la primera vez que aleja a la gente a su alrededor. Se preguntó por cuánto tiempo Kuro no tuvo un amigo.

Se acercó y se sentó frente al chico mirándolo detenidamente cada expresión en su aburrido rostro .

—Kuro. Quiero que sepas que lo que dije es verdad.

El otro le dirigió la mirada dándole a entender que al menos ponía atención a sus palabras.

— Ya te lo dije. Somos amigos. No me importa lo que la gente diga de ti—

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