Capítulo XXI Deja salir ese dolor

3.7K 416 247
                                    

"¿No morí?... Ahh, que desgracia"

Fue el primer pensamiento de Kuro al abrir los ojos y mirar el techo anaranjado con toques violetas. Una punzada en el costado izquierdo de su cabeza le molestó cuando intentó girarse y seguir durmiendo. Quería volver a cerrar los ojos y descansar.

Pero solo constató una figura en su costado. Alguien estaba sentado en una silla, y precisamente la puesta del sol le daba en su persona, haciendo que la misma luz le fuera difícil ver de quien se trataba.

Arqueó una ceja al comprender más o menos quien era. Quizás su cabeza estaba aun media aturdida porque veía a su hermana sentada ahí.

— ¿Mahiru...?

Quiso arriesgarse y preguntar por el castaño, aun cuando su vista comenzaba a adecuarse al ambiente del cuarto, y sabia que esa figura femenina no pertenecía a Shirota.

— Él está en la cocina. Hyde lo llevó a tomarse un té. Estaba un poco alterado.

Kuro quiso hacer un esfuerzo y sentarse, pero la acción quedo en un pensamiento al ver a su hermana confundido. ¿Mahiru si estaba ahí con él? ¿Y se había preocupado?

— Has estado dormido por casi dos horas, Ash.

Kuro tiró su cabeza hacia atrás, mirando completamente el cielo de la habitación. Y sintió a su hermana cambiar de asiento, y ahora acomodándose en el borde de su cama.

Dos horas. Era tiempo suficiente para preocupar a Mahiru. No le extrañaba que incluso, aunque estuviera enfadado por el beso, estaría de igual manera a su lado en ese momento. Atento para ver cuándo abriría los ojos.

— Soñé... — llamó la atención de su hermana— soñé con ese día cuando ella murió. Ese día donde salí de casa a buscar un gato perdido...

Kuro ladeo el rostro e instintivamente, su mano fue a los bolsillos de su pantalón buscando el móvil de Shirota. Grande fue su sorpresa al ver que éste no tenia bolsillos. Desorientado busco en sus ropas, pero éstas no eran las que había usado en la mañana.

Eso quería decir que habían cambiado sus ropas mojadas por una nueva.

— Emm... en mi ropa anterior, tenía algo.

La chica no necesito mas palabras, y adivinando donde estarían las prendas, fue al baño a buscarlas. Hurgo con delicadeza encontrando lo que posiblemente su hermano proclamaba.

— No es tuyo este celular. ¿De quién es? — Kuro acepto el móvil cuando ella llego a su lado nuevamente.

— Era de Mahiru... bueno, Tsubaki lo arrojó a la piscina.

Kuro sintió el ceño de su hermana fruncirse, y casi se sintió como un niño que delata a su hermano por hacer una fechoría. Aunque no le preocupaba qué clase de regaño podrían darle a Tsubaki. Por él el azabache podría lanzarse al mar y ahogarse.

— También, Mahiru no sabe lo de su móvil... creo. Así que...

Ella no necesito mas palabras. Ya comprendía perfectamente la razón por la que sus hermanos estaban en pleito, y entendía también que Kuro no quería que Mahiru se enterara lo de su móvil, al menos, no aun. La chica se levantó y camino a la puerta, deteniéndose en el marco de ésta para observar por última vez al perezoso.

— Descansa un rato Ash. Iré a ver a Tsubaki ahora — y antes de desaparecer de la vista de Kuro añadió con maternal voz un pequeño cumplido— Mahiru es un lindo niño. Ahora veo porque te enamoraste de él. Es muy dulce y encantador.

Kuro trato de permanecer estático y lo mas estoico posible, pero el rojo en su rostro le delato de igual forma.

Su hermana acababa de avergonzarlo.

SUMMERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora