Capítulo Doce

3.5K 295 6
                                    

"el temor tu mayor virtud y la obscuridad tu única luz, yace ahí el cielo azul con un punto de luz que es el sol"

Narra Orlando

Estar junto a él en estos momentos es lo más hermoso que me pudo haber pasado, rodeado de una hermosa vista que es solo para nosotros, con un aura tan romántica, y con mis nervios a flor de piel por lo que voy a hacer.

-vamos –dije dejando mi ropa en aquella roca, tomé su cintura y lo atraje hacia mí, él me sonrió y comenzamos a caminar hacia el lago, él se aventó primero, luego salió con todo su cabello y cuerpo mojado, me miró

-¿Qué esperas? –dijo comenzando a flotar, es lo más hermoso que he visto, lo imité y me lancé salpicándolo un poco, comencé a reír y él se acercó a mí, comenzó a salpicarme

Lo tomé por la cintura y lo levanté en el aire con mucha facilidad, él me miró a los ojos y me sonrió, tomó mi mejilla y lo bajé poco a poco, lo acerqué a mi rostro hasta que nuestras narices rosaron, tomé su hermoso rostro y lo besé con ternura, con delicadeza, temiendo que sucediera algo que no estuviera planeado por ahora

-te amo –dijo sobre mis labios

-No más que yo –dije sonriendo, pasé una mano por su cabello mojado y lo hice para a un lado

Comenzamos a jugar bajo el agua, nos dábamos tiernos besos y alguna que otra caricia, decidí que era hora para lo que tenía planeado

-Amor –dije un poco agitado por estar debajo del agua tanto tiempo

-dime –dijo de la misma forma

Suspiré- quiero mostrarte algo, ven –dije saliendo del agua y él me siguió, aún mojados, tomé mi corbata y se la puse en los ojos

-¿es una sorpresa? –preguntó emocionado

-así es cariño –dije besando su mejilla, tomé su mano para guiarlo por el camino por el cual caminábamos, solo era subir un poco hasta llegar a la punta de la cascada, donde yacía la sorpresa.

Subimos, lo dejé tantito ahí parado y tomé algunas cosas que necesitaba para la sorpresa, comencé a acomodar todo y me acerqué

-¿listo? –pregunté y él asintió

Narra Abel

Me quitó la corbata de los ojos, comencé a pestañear, cuando los abrí me quedé muy sorprendido y conmovido por lo que estaba frente a mi

Tapé mi boca y de mis ojos cayeron lágrimas, en el suelo estaban varias ramas y flores formando la oración de "¿quieres casarte conmigo?" y en una roca una caja con un hermoso anillo

-¿y-y...que dices?-preguntó nervioso

-s-si... -dije comenzando a sollozar, él me sonrió con una perfecta sonrisa, se acercó a mí y me besó con pasión

-te amo y te amaré por siempre –dijo tomando mi mano, sonreí, pues no podía hacer ni decir nada, estaba en shock, se acercó a la roca y tomó el anillo, estiré mi mano y me colocó el anillo- para siempre –dijo y me miró a los ojos, me abracé a él y me abrazó con ternura por mi cintura, alzó mi mentón y limpió con su dedo pulgar mis lágrimas, lo miré a los ojos, hallando alguna respuesta a todo esto, alguna mentira, una traición, pero no... solo se hallaba amor, amor hacia mí y eso me ponía muy feliz, confiaba en él, me hizo confiar en él y sobre todo a amarlo. Me acercó más y más a su rostro, con lentitud, examinándome, apreciándome, con una expresión de amor y ternura en su rostro, los escasos centímetros que nos quedaban se esfumaron, para dar paso al contacto con nuestros labios.

Él tuvo que inclinarse un poco y yo levantarme de puntillas, pues la diferencia de peso y estatura era mucha, me encogí de hombros por el grato sentimiento de estar en los brazos de él, posé mis manos en sus hombros mientras él las tenía en mi cintura y una en mi mejilla. El beso se fue intensificando, pidió permiso para entrar a mi cavidad bucal, lo cual acepté con gusto, los chasquidos de nuestros labios se escuchaban acompañados del sonido de la cascada y de algunos animales, nos tuvimos que separar por falta de aire, comencé a respirar entrecortadamente, lo miré a los ojos y los tenía de color amarillo, supuse lo que pensaba, sus colmillos se hicieron presentes y su olor de hombre lobo comenzó a inundar mi nariz, ese olor me excitaba.

-¿sabes cuan paciente fui para no tomarte hasta ahora? –dijo inclinándose para lamer mi oído

-O-Orlando –jadee su nombre muy bajito, ladee mi cabeza para darle mayor acceso

-no puedo esperar más mi amor –susurró con su voz gruesa y ronca cerca de mi oído provocándome escalofríos, no dije nada, solo me dejé cargar por él, me bajó y llegamos hasta donde estaba la manta donde comimos, él quitó todo haciéndolo a un lado, me depositó con cuidado en la manta y se puso sobre mí, sus mechones caían sobre sus ojos, entreabrí mis labios y él me besó, cerré mis ojos disfrutando de sus besos, sus manos comenzaron a acariciar mis piernas desnudas, me rasguñaba levemente con sus garras, llegó hasta mi entrepierna y la acarició

-ah... -gemí y mordí un poco su labio inferior, él jadeó y tomó el elástico de mi bóxer para después bajarlo poco a poco

-te haré el amor, sentirás tanto placer que te sentirás desfallecer –susurró y me quitó por completo la única prenda que tenía, comenzó a masturbarme, me arqué un poco haciendo que mi rodilla tocara su entrepierna, él gruñó como respuesta, se alejó de mí y se quitó su bóxer dejándome ver su hermoso miembro, me deleité con esa vista que no me di cuenta que me lamí los labios- ¿te gusta lo que ves? –dijo mordiendo mi cuello, ahí donde tenía mi marca, esa marca que él me hizo

-¡si! s-si.... Pero te quiero a ti –susurré pasando una mano por su cabello, esa zona de mi cuello era la más sensible

-como gustes amore mío –dijo con su hermoso acento italiano, movió sus caderas simulando embestidas, rosando su miembro y el mío, pasé mis manos por su ancha espalda, cuando sentí que sus dedos húmedos entraron en mi

-¡Orlando! Nghhh... -mordí levemente su cuello y él soltó una ronca risa

-dime lo que quieres amor, pídemelo –dijo lamiendo el lóbulo de mi oreja, luego comenzó a rasgar con sus colmillos la marca en mi cuello, me revolví debajo de él

-hazme el amor O-Orlando por favor –supliqué como pude, ya no aguantaba y lo quería dentro de mí ya

-perfecto –dijo y se acomodó entre mis piernas, yo las abrí lo más que pude y él comenzó a entrar con delicadeza, me aferré a sus brazos jadeando cada vez más que se adentraba. Gemí a lo alto cuando entró completamente en mí, tocando ese punto que me vuelve loco. Comenzó a besarme mientras entraba y salía de mí, gemía sin vergüenza alguna sobre sus labios, cada vez que daba una estocada y tocada mi punto enterraba mis uñas en su espalda

-m-más... ahí nghh... -movía mis caderas, el mordía la marca, haciéndome gemir y jadear cada vez más, si es que se podía

-me encantas...agg –gruñó y comenzó a moverse con rapidez y violencia, arquee mi espalda, estaba a mi límite del placer, no podía más. Sus estocadas eran profundas, precisas y rápidas, erráticas.

-¡AAH!.. Orlando... -me corrí, él dio unas cuantas embestidas más y terminó dentro de mí, tomó mi mejilla y me besó

"te entregas a mí en cuerpo y en alma, esto para mí es un tesoro, y créeme cuando te digo que jamás te irás de aquí, eres mío y de nadie más, te amo"

Continuará...

^VĚ

Embriagante Destino©Where stories live. Discover now