Capítulo Dieciocho

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-todo está mal, esa mujer tiene mucho que no pisaba la Hacienda porque Orlando la corrió por fraude, algo está mal aquí –dijo tratando de tranquilizar a Abel

-¿qué dices? –dijo confundido

-mi sospecha es que ella pueda ser el peón del padre de Orlando –dijo Cameron

-pero... ¿cómo? –susurró

-infiltración, por las afueras del bosque, donde no está vigilado y da a una cabaña cerca de la hacienda –dijo con seriedad Cameron

Abel se asustó de cierta manera, los vigiló en todo momento y eso lo puso en alerta- tengo que decirle a Orlando –se paró rápidamente pero un disparo se escuchó.....

Era una mujer de cabellos negros, ojos grandes color café, sus labios rosados, su nariz respingada y un cuerpo de muerte. Cargaba una pistola walther P99

-Vengo a hacer el trabajo sucio de mi hermana, arrodíllate mosca muerta –dijo aquella mujer mirando con odio a Abel, Abel no tuvo de otra que arrodillarse

-¡estrella no lo hagas! –gritó Cameron llegando detrás de ellos

-Lárgate de aquí brujo de cuarta, si no quieres que te mate a ti también –tomó a Abel del cabello y lo hizo pararse

-no te conviene, sabes de lo que es Capaz Orlando si se entera de esto –dijo Cameron

-me importa poco lo que piense, claro que tengo lo que él más quiere y hará lo que mi hermana le pida –sonrió con malicia

-¡Baja el arma! –una voz reconocida para Abel se escuchó detrás de ellos, se giró y miró a Fernando apuntándole con otra arma a Estrella

-¿Quién demonios eres tú? –dijo Estrella sin dejar de apuntar con la pistola a Abel

-Omitamos las presentaciones, baja el arma –quitó el seguro apuntándole a la cabeza

-bien como quieras, aun así si tú disparas los sesos le volaran a este idiota –sonrió de lado

-lo mismo digo para ti preciosa –dijo Fernando

-Fernando no –dijo Abel

-Hazle caso al muñeco, no es necesario –rió

Fernando Gruñó y le disparó en la mano de aquella mujer haciendo que su mano sangre y suelte el arma

-¡AHHHH NOOO! –gritó con dolor

Abel corrió hasta Fernando y lo abrazó

-¡Abel! –la voz de Orlando se escuchaba a lo lejos

-debemos irnos –Dijo Cameron que llamó la total atención de Fernando

-¿y tú eres? –miró a Cameron

-Omitamos las presentaciones –sonrió y Fernando también

-Abel –era Orlando pero detrás de él venía Helena

-Sabes muy bien que ser un omega es una blasfemia, no puedes estar con alguien como él –dijo Helena y señaló a Abel

-¡Helena! –estrella se levantó con la mano sangrando

-Dios mío Estrella –se acercó rápidamente a su hermana- ¡Maldito juro que te mato! –miró a Abel

-no fue él, Fui yo... Esa mujer quiso matar a Abel y yo lo defendí –dijo Fernando

-¡¿cómo?! –dijo Orlando y abrazó a Abel

-Se lo merece –dijo Helena y Orlando Gruñó, Helena y Orlando eran Alfas de reinos distintos, no de los mismos clanes pues Helena pertenecía a otro país

-¡lárgate ahora mismo! –dijo Orlando

-YO SOY TU ESPOSA NO ÉL –se lavantó furiosa

-Tú nada más eres la puta de mi padre –dijo Orlando, Helena de la furia se convirtió en un lobo rojo y ladró tres veces con potencia

Orlando Empujó a Abel y Fernando lo cachó, brincó y se convirtió en el aire en un hermoso Lobo Negro, gruñó y mostró sus potentes Colmillos

-¡NO! –Abel sabía que pasaba, no quería que pasara esto, no por él

-Tranquilo –dijo Fernando, Cameron,  Abel y Estrella se alejaron, esta era una lucha de vida o muerte donde si uno muere el ganador tendrá el poder de hacer lo que quiera con el clan contrario. A Helena la conocían por ser tan agresiva que mató al lobo más prestigioso de todos los clanes y ella se quedó con el clan del país contrario

-¡no por favor ORLANDO NO LO HAGAS! –gritó

Antes de que la pelea comenzara, segundos fueron los que tardaron en llegar los padres de Orlando, Abraham, Auguste y unos cuantos peones para ver esa épica batalla entre un alfa y una alfa

El padre de Orlando se veía más asustado que nada, La madre estaba con un rostro frío y sin importancia

-Dios no –dijo Abraham

La lucha comenzó cuando Helena dio la primer mordida en el cuello de Orlando, un punto débil para un lobo, Orlando soltó un chillido tratando de liberarse de los colmillos de aquella mujer

Abel se sentía muy mal, el tiempo pasaba lento para él, solo podía escuchar su respiración y el latido rápido de su corazón, ver como Orlando iba perdiendo lo mareó

-Abel... Abel reacciona –dijo Fernando pues Abel no reaccionaba y su respiración era irregular

-Tenemos que llevarlo –dijo Cameron y por alguna extraña razón tocó el vientre de Abel

-No –susurró Abel con lágrimas en los ojos

-Abel va... -fue interrumpido cuando Orlando fue aventado contra un Arbol

-¡NO! –Abel intentó zafarse del agarre de Fernando

Orlando estaba perdiendo la batalla, pero en cuanto vio como Abel caía desmallado en los brazos de Fernando se levantó, sacó un sonoro ladrido y atacó a Helena mordiendo su cuello arrancando un pedazo de carne que dejó un hoyo profundo, helena cayó muerta en el pasto de aquel bosque, nadie dijo Nada, Orlando se transformó quedando desnudo y corrió hasta Abel

-¡ABEL! –dijo viendo como la piel de Abel no respondía

Continuará

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Embriagante Destino©Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin