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Capitulo 16: Llamas en el Lobby

"Un rapidito en Versalles, Robo de identidades en Montparnesse y Vandalismo en Notredame. Nada mal, francesito. Nada mal...."

El rostro de Cyrell Bernard giro para comprobar la sonrisa de su inesperada compañera del crimen. El sol se reflejaba por sobre sus hebras oscuras de medianoche y sus alegres azulejos hacían olvidar la mirada felina de la chica con la que él se había encaprichado.

"Te dije que no hay París, como el París de Cyrell Bernard" Eres un romántico, lindo Cy. "Espero recibir el mismo trato, cuando visite Mancarán" Un hoyuelo se dibujo en las mejillas de Barb. "Manhattan... se dice Man-ha-ttan" Contesto Barbarella, repitiendo lentamente el nombre de su ciudad natal.

Aunque el ridículo acento de los franceses, hacia incomodar los tímpanos de Barb. La lengua enrollada de Cyrell Bernard le causaba cierta gracia y dulzura.

Cuidado Barb, es apodada la ciudad del amor por una razón.

"Sabes francesito, contigo rompí mi regla de no mezclar negocios con placer" no eres la primera, querida Barb. "¡Al carajo las reglas! Ese es lema de vida" todos los sabemos, joven Bernard. "¡Ven! ¡Tengo algo que mostrarte!"

Las manos fuertes de Cy tomaron la muñeca de Barbarella Bass, en la esquina del boulevard de pound de clei. Barb visualizo la sombra de un extraño sujeto, esconderse en el callejón que estaba a su derecha. Sus elevados sensores supra humanos, recibían un mensaje de atención.

"Alguien nos está siguiendo" Dijo barb, soltando la propuesta del chico Bernard. "¿Qué?" humano promedio. "Quédate ahí, ya regreso".

Las manos de Cyrell Bernard se resignaron a esconderse en los bolsillos de su pantalón desteñido, Barb giro el tacón de sus altas botas de cuero, y se dirigió hacia el callejón empedrado en donde se escondía su depredador.

Camino hacia el lentamente y con pausa. Enrollo un mechón de su cabello sobre su dedo como arma de distracción y cuando estuvo a tan solo centímetros de él, clavo sus afilados colmillos en el cuerpo de su presa.

"¡Carajos, Barb!"

El cuerpo de Willian Humphrey, parecía un muñeco de hule que es tomado por una fuerza sobre-natural. Los dedos de Barbarella Bass envolvían la piel de su cuello y lo mantenían inmóvil sobre una pared con arte callejero.

"Así que han estado acostándose..." Pronuncio el rubio, tras haber perdido la batalla con el dragón cola-cuerno "Así que has estado espiándome..." los labios de Barb se juntaron en una media sonrisa. "¿Desde cuándo? ¿Desde cuándo has utilizado al sonrisa de guasón como tu juguetito sexual?" Buen trabajo magnifico Will, has experimentado un ataque de celos. "¡Patético Humphrey! ¡Suenas como una madre! Y por madre, me refiero a una real. No el intento fracasado que es Georgina Bass-Sparks" mommy issues "Y tal vez desde hace 1... 2...3 días, no lo sé.... Esta ciudad ya se estaba volviendo muy tediosa y aburrida para mi gusto, y el francesito es todo menos aburrido..." los labios carnosos de Barb se juntaron con gusto al imprimir esa última palabra. ¡Vamos Barb! Al menos Georgina te enseño un poco de cinismo. "Porque.... ¿Por qué te gusta tanto ese insípido chico francés? Hay muchos otros casos en los podrías trabajar..." en ti, por ejemplo. "¡Ahora él es mi trabajo, Humphrey! ¿Y acaso no era tu trabajo encargarte de la novia obsesionada?" lo era... antes de que su corazón despertará. "Ella está comprando en el triangulo dorado, no hay penas que sus tarjetas de crédito no puedan remediar" porque para todo lo demás, existe Máster Card. "Como sea..."

Los pasos de Barbarella Bass se adelantaron al cuerpo enamorado de William Humphrey. Él la persiguió como una cometa que se aleja en el viento y que por más que este intente atraparla, la hija de perra se enreda en otros hilos, y decide actuar bajo su propio juicio.