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En algún momento del trayecto desconoció el camino, detalle que le pareció sumamente extraño. Se quedó pegado a la ventana lo que restaba del viaje, esperando encontrar algún indicio que le dijese hacia donde iban. Puede que esté demasiado oscuro como para captar algo, pero el camino le resultaba desconocido.

— ¿Hacia dónde vamos? —preguntó al fin, luego de aguantarse la duda por varios metros.

— A la casa de verano de la familia Im. —respondió la mujer de origen japonés. — Los anfitriones prefirieron celebrar allí esta ocasionando.

— ¿Esta ocasión? ¿Habrá más? —preguntó de vuelta, sin poderlo creer. La señora Ayaka asintió y JinYoung sintió que se le venía el mundo encima. Oh no, sólo esperaba que los anfitriones no escupieran tanta basura como otros que ha conocido.

— No te puedes quejar, la comida es deliciosa. —dijo Arthur, el chófer.

— Lo único bueno entre tanta basura. Pero Arthur, en serio, las reuniones de los ricos son tan aburridas. Se creen que son mejores que los demás por tener más dinero. Son todos unos idiotas. —le respondió y la señora Ayaka tosió. — Claro, excepto usted. Es la mejor de todas.

— Más te vale. Volviendo al tema, la familia Im celebrará el regreso de su único hijo a Corea, estuvo tres meses en Estados Unidos en un curso de administración de empresas. —JinYoung sólo asintió, porque no estaba para nada interesado en el motivo de la celebración. Pero le llamó la atención que la razón de la fiesta fuese por algo importarte y no simplemente alardear de sus riquezas y de sus amistades.

Se quedó callado lo que restaba del camino, mirando el cielo estrellado y la luna llena, la cual brillaba en todo su esplendor. Había una suave brisa y el clima se encontraba templado, en noches así le daban ganas de dar un paseo e imaginar los distintos lugares del mundo.

JinYoung sólo era un joven con sueños y que deseaba por fin alcanzar la felicidad, esa que le hablaron tanto sus maestros cuando era pequeño.

Minutos más tarde llegaron a una bella y amplia casa, la cual estaba iluminada por los faroles de la entrada. Miró a su alrededor, había una gran cantidad de autos, muchos eran último modelo y otros eran los clásicos de los automóviles, esos le gustaban mucho más.

Arthur les abrió la puerta y una vez más, entrelazó su brazo con el de su señora, despidiéndose del chófer para ir a la entrada de la casa. El joven respiró profundamente, era hora de convertirse en el aclamado Park JinYoung.

[...]

Hizo una mueca antes de ir a la sala principal, donde todos los invitados lo esperaban. Le había expresado a sus padres que no quería una fiesta de celebración, puesto a que sus amigos ya le habían planeado una fiesta de regreso en casa de Jackson, pero resultaba que sus progenitores sólo tenían cabeza para sus propios intereses y realizaron la celebración sin su consentimiento.

Odiaba esa clase de reuniones que llamaban fiestas, porque eran horriblemente aburridas. JaeBum quería divertirse y beber del vodka más caro, estar apegado a una linda joven toda la noche y, si las cosas se daban bien, acostarse con ella. No deseaba estar entre vejestorios con aroma a perfume caro y que sólo les importaba que siguiera los pasos de su padre.

Idiotas.

Sonrió apenas puso un pie en la sala, cambiando su actitud de ricachón fiestero y alocado a uno con clase y que había deseado ver a cada uno. Compartió palabras con varios de los invitados, comentándoles de cómo le había ido en Estados Unidos y que lugares había visitado, además de que tuvo buenos resultados con el curso de administración de empresas. Todos estaban maravillados que quisiera formar parte de la empresa de su padre, pero él no tenía idea si realmente deseaba seguir los pasos de su progenitor.

Todos daban por hecho que ese sería su futuro, nunca nadie le había preguntado que quería hacer de su vida. Tampoco podía decir que no tenía la mínima idea sobre a qué se dedicaría en un futuro o que formar parte de la empresa familiar podría no estar dentro de sus opciones.

Eso sería un bochorno dentro de la clase de elite de Seúl y lo que importaba era tener una muy buena reputación. Si no, adiós reuniones y sus padres no querían eso. Ellos dependían de lo que su apellido significaba.

En estos momentos lamentaba tanto no haberle hecho caso a Mark y escaparse para ir a casa de Jackson, porque se estaba aburriendo como nunca antes. No había nadie quien merecía la pena.

No hasta que lo vio a él.

Venía junto a una mujer claramente mayor que él y se notaba que tenía grandes ingresos por las prendas que traía. Al parecer ella igualmente era muy conocida, porque apenas dio un paso todos la rodearon junto al atractivo joven que la acompañaba.

Pero a JaeBum sólo le importaba ese chico que lucía un traje carísimo y que iba del brazo con la mujer, ¿acaso serán familiares? ¿O puede que pareja?

— ¡Oh! La señora Ayaka ya llegó. —dijo su madre, conmovida. — Se ve preciosa con ese vestido, ¿y quién es ese muchacho que la acompaña?

— Es su acompañante predilecto, siempre va junto a ella a todas las reuniones.

JaeBum escuchaba atento la plática de sus padres, con el objetivo de obtener más información del joven. Pero la suerte estaba de su lado, o simplemente un favor del destino, porque él se dirigió a su dirección junto a la mujer.

— Señor y señora Im, un gusto volverlos a ver. —saludó la señora Ayaka, dedicándoles a ambos una sonrisa. Luego se dirigió a JaeBum. — Ayaka Konoe, mucho gusto.

— Im JaeBum, un placer. —le dedicó una sonrisa, la mujer le resultó muy agradable. Pero sus ojos rápidamente fueron al joven a su lado, quién verdaderamente le interesaba.

— Él es Park JinYoung, mi acompañante.

— Mucho gusto en conocerlos, su casa de verano es emplendida. —dijo el muchacho con voz serena y con un toque aterciopelado que terminó por encantarle al hijo de la familia Im.

Siguieron conversando y JaeBum se percató que sus padres quedaron encantados con JinYoung. ¿Cómo no? El chico era una maravilla, con una actitud fascinante y una facilidad para desenvolverse que llega a impresionar.

Que decir de su belleza. JaeBum había conocido a muchas personas en su corta vida y bastante agraciadas físicamente, pero JinYoung las superaba y con ventaja. Sus ojos cafés, su sonrisa, su piel morena y bien cuidada, pareciera como si hubiese sido creado con todo el cuidado y el amor del mundo.

Se arrepentía de lo que había pensado minutos atrás, la fiesta valía totalmente la pena. Valdría cada una con tal de verlo.

Ruta De Escape ; BNiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora